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Zubieta. Imanol y Arrasate se saludan antes de un partido entre la Real y Osasuna en El Sadar. josé mari lópez
De nuevo la carta de un hombre de la casa

De nuevo la carta de un hombre de la casa

Elección. Aperribay vuelve a recurrir a la fórmula que ya utilizó para dar la alternativa a Arrasate e Imanol y mira de nuevo a Zubieta para buscar el relevo en el banquillo

Imanol Troyano

San Sebastián

Sábado, 26 de abril 2025, 00:18

Por qué buscar fuera si lo que buscamos está en casa?». Fue la pregunta que lanzó Jokin Aperribay el 7 de junio de 2013, el día en el que anunciaba la contratación de Jagoba Arrasate como entrenador de la Real en sustitución de Philippe Montanier. El presidente txuri-urdin encomendó la labor de dirigir un equipo Champions a un técnico sin experiencia en la élite. Era una apuesta arriesgada, pero tenía la certeza de que era el candidato que mejor se ajustaba en ese momento a las necesidades del primer equipo.

«Dará continuidad al estilo de juego. Tiene un total conocimiento interno de lo que es la Real y el Sanse. Estamos convencidos de que es el entrenador que más puede influir en el crecimiento de los jugadores», valoró también el máximo mandatario blanquiazul acerca del vizcaíno. Esas palabras siguen vigentes doce años después.

Aperribay vuelve a recurrir a la carta del técnico de casa para coger las riendas de la Real y seguir en la partida. Arrasate fue la primera apuesta de esta índole, después de atravesar años de reconstrucción tras caer al pozo de la Segunda División. El técnico de Berriatua formaba parte del cuerpo técnico de Montanier, era el segundo entrenador cuando fue nombrado como primer técnico del equipo, a diferencia de Sergio Francisco, que no tiene ninguna experiencia en la élite en los banquillos.

La Real ha vuelto a utilizar la fórmula que ya empleó con Imanol. Mirar al Sanse para encontrar el entrenador ideal. Eso sí, el oriotarra accedió al equipo de forma interina la primera vez, en 2018, tras la destitución de Eusebio Sacristán. Luego regresó al Sanse y ese verano el club anunció la contratación de Asier Garitano. El bergararra duró hasta diciembre y la dirección deportiva rescató al todavía entrenador de la Real para llevar la batuta del equipo de forma definitiva. Sin fecha de caducidad.

La Real ha vuelto a mirar a puertas hacia dentro para encontrar a su entrenador ideal. No ha habido cásting. No ha dado tiempo para hacerlo. Sergio Francisco se ha erigido en la opción más natural para seguir reforzando la filosofía de juego implantada en Zubieta desde hace años. Se convierte en el noveno entrenador desde que Aperribay accedió al cargo en 2008. El tercero de la casa, la carta más empleada por el debarra en los últimos tiempos. Zubieta no solo abastece ya de jugadores al primer equipo, también suministra entrenadores.

Continuidad

Era uno de los mayores anhelos del debarra desde hace una década. Tirar de los técnicos de la casa cuando fuera necesario, también en el primer equipo. Al margen de los resultados, Arrasate e Imanol no tuvieron dudas a la hora de integrar todo lo bueno que se viene haciendo en Zubieta en el último pico de la pirámide que representa el primer equipo. Nadie mejor que Sergio Francisco para dar continuidad a esa filosofía de trabajo.

Arrasate no tuvo el éxito de Imanol en su periodo como técnico blanquiazul, pero con el paso de los años se ha descubierto como un entrenador lo suficientemente capaz para dirigir a un equipo en Primera División. Clasificó a Osasuna para la final de la Copa y para Europa y ha sonado en las quinielas para sustituir al oriotarra recientemente. Sobre Imanol, pocos hubieran esperado semejante legado tras permanecer seis años y medio en el primer equipo.

La Real no se puede permitir repetir experimentos del tipo de David Moyes, que tenía mucha más experiencia en la élite que su predecesor –Arrasate–, pero nunca llegó a entender realmente cómo funcionaba el club y la cantera. Él mismo reconoció abiertamente ese hándicap como uno de sus grandes errores durante su estancia en Donostia.

Parecía meridianamente claro que el relevo de Imanol debía conocer bien la casa y no suponer una ruptura con el estilo de juego arraigado en el club. Por tanto, la opción de incorporar a alguien de fuera de la Real perdía enteros. La entidad blanquiazul ha reaccionado rápido después de conocer la respuesta de Imanol y no le ha temblado el pulso a la hora de confiar el banquillo a Sergio Francisco, pese a su inexperiencia en la categoría.

El irundarra va a tener que adaptarse a su nueva realidad, aprender y seguir formando a los jugadores. Se va a encontrar con un bloque muy joven, con futbolistas que aún deben dar pasos en su proceso de maduración. Desde los potrillos Jon Martín, Mariezkurrena y Goti o Pablo Marín, Pacheco y Turrientes, hasta los fichajes como Sucic, Zakharyan o Javi López. Imanol ya advirtió al principio de temporada que habría que esperar dos o tres años hasta que el actual grupo pudiera ofrecer sus mejores resultados, pero la élite no se detiene ante nadie.

La exigencia no va a bajar

La exigencia no va a bajar. A Sergio Francisco se le va a pedir ganar desde el primer día, así que tendrá que saber convivir en ese nuevo contexto. Coge un equipo europeo, tal y como le ocurrió a Arrasate en su iniciática aventura como txuri-urdin. Imanol, por su parte, tuvo tiempo para preparar el salto continental sin tener que jugar cada tres días.

La comparación con el oriotarra va a estar presente desde el primer momento. Sergio Francisco tendrá que lidiar con ello. La confianza es máxima en la dirección deportiva. Lo ven preparado para asumir el peso del primer equipo. A partir de la semana que viene empezará a planificar su futuro en la élite. Después de Jagoba Arrasate e Imanol llega Sergio Francisco. Siempre nos quedará Zubieta.

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