Mikel Merino: «Cuando me reuní con Olabe y Bretos en 2018 nos planteábamos el objetivo de la Champions»

Su incorporación a los entrenamientos ha sido una de las notas más destacadas en la segunda semana de la pretemporada. Mikel Merino (Pamplona, 1996) ya está de regreso en Zubieta después de vivir una última temporada de ensueño. La Champions y el título de la Nations League han coronado su quinta campaña como realista, aunque ahora afronta la sexta con ganas de más.

- La actualidad obliga a empezar por Silva. ¿Cómo han digerido la noticia de su lesión?

- Que un compañero sufra la lesión más complicada que puede tener un deportista siempre es un palo. Si ese compañero es David Silva, con todo lo que significa para nosotros, el palo es doble.

- Tiene la intención de dejar el fútbol. Palo aún más duro para empezar la temporada.

- No he hablado con él sobre eso, creo que una leyenda como David se merece todo el tiempo necesario para tomar la decisión que crea oportuna. Nosotros como compañeros lo único que vamos a hacer es ayudarle en la recuperación y en lo que necesite. Se lo merece.

- Por su parte, ¿tantas ganas tenía de volver que no le ha importado regalar tres días de vacaciones?

- Había hecho todo el trayecto de vacaciones y ya volvía a casa y me dije que para estar por aquí descansando volvía antes. No paraba de ver vídeos de los compañeros corriendo y ya volando por el campo y cuanto antes volviera, antes estaría al mismo nivel. Ha sido para ahorrarnos sufrimiento después y tenía ganas de volver.

- Zubimendi, Le Normand, Remiro y Sadiq también volvieron antes. ¿Qué les da Imanol para tener tantas ganas de empezar?

- Es una mezcla de egoísmo, porque cuanto antes vuelves, antes te vas a poner al 100%, y de demostrar que tienes ganas de empezar la dinámica. La clave es encontrar el equilibrio entre conseguir el descanso suficiente durante las vacaciones después de un año tan exigente y volver como para tener tiempo para prepararte bien. No sé qué nos dan, pero habla muy bien de los jugadores, de la plantilla y de la mentalidad que inculca Imanol.

- ¿Siguen sufriendo los futbolistas las agujetas y las ampollas en estos primeros días?

- Esas cosas no pasan de moda -sonríe-. Da igual que sea 1970 o 2023, eso siempre hay. Las agujetas son el pan nuestro de cada día y con las ampollas tienes que tener mucho cuidado porque con el calor y las botas nuevas sometes otra vez a los pies que llevan mucho tiempo sin recibir roces. Sobre todo al principio toca controlar las cargas, porque lo último que quieres es lesionarte en plena pretemporada y cortar ese proceso de ponerte al 100%. No hay que pasarse de la raya.

- ¿Qué es lo que más le gusta de la pretemporada?

- Es un momento bonito a nivel de grupo porque ves mucha ilusión. Hay toda una temporada por delante y unos objetivos muy ilusionantes y ves ese brillo en los ojos de los compañeros. No ves la otra cara de la moneda de la temporada de la gente a la que le toca jugar menos. En la Real tenemos mucha suerte de que durante el año se haya formado un ambiente buenísimo y en pretemporada es espectacular porque no tienes la competición cerca para estar triste.

- ¿Y lo peor?

- Los fantasmas que se te pasan por la cabeza. Que estás corriendo, cansado, no te ves como tienes que estar y tienes que ponerte bien porque llega la temporada. Es lo que te empuja y llena de energía para cuidarte y comer bien.

- Los dos primeros amistosos llegan pronto para usted.

- Hay que gestionar las cargas y saber cómo estás y cuánto tiempo llevas entrenando. El de Osasuna llegaba muy pronto y para el siguiente ya iremos viendo cómo están las piernas y el cuerpo. Si jugar ese partido significa que a los dos días estoy tieso y no puedo completar una semana buena de trabajo igual es mejor no ir.

- Esta preparación va a ser algo diferente porque hay una gira por América.

- Trastoca un poco los planes de lo que han sido las últimas pretemporadas y la comodidad que teníamos, pero una vez que nos comunican que hay que hacer este viaje se pone la mejor cara posible y se hace con toda la ilusión del mundo. Es una experiencia distinta y nueva. La parte mala es que tenemos muy poco tiempo libre para ver cosas, pero iremos como soldados a seguir preparándonos de la mejor forma posible y a centrarnos en nuestro cuerpo.

- Arranca su sexta temporada en la Real. ¿Qué ve si echa la vista hacia atrás?

- Son muchos años y veo muchas cosas. Me siento un veterano, a pesar de que todavía soy joven. El club ha evolucionado desde que llegué, se han transformado las instalaciones y el estadio. De no estar en Europa hemos pasado a entrar en cuatro años consecutivos y ahora además a la Champions. Soy muy feliz y estoy orgulloso de formar parte de esta etapa dorada de la Real. Se están construyendo cimientos desde la base con unos procesos muy claros y de manera paulatina.

- Va a jugar la Champions con la Real. ¿Cuando firma en 2018 tenía en mente esta posibilidad?

- No te voy a mentir, la realidad es que era uno de los objetivos que nos planteábamos. Parece que se juntaron tres personas muy ambiciosas en aquella reunión que tuve con Olabe y Bretos, porque sonaba este tipo de cosas. También se hablaba en mi caso de poder jugar con la selección absoluta y tenía 21 años. Ellos decían que querían crear un proyecto ganador, que jugara en Europa y Champions y seis años después estamos cumpliendo esas metas. Todas estas cosas empiezan por imaginárterlas, quererlas y por ponerte a empezar a trabajar de verdad para conseguirlas.

- Champions, título de Copa, selección... ¿Se han cumplido ya todos esos objetivos que se pusieron en aquella reunión o queda alguno más?

- Tampoco hay muchas cosas más para desear que no hayamos conseguido. Es una charla en la que te preguntas cosas, quieres saber ambiciones y la dirección que quiere llevar el club, desde el día a día de los entrenamientos, al estilo de juego, los fichajes, la gente de casa... Ellos también tuvieron sus preguntas a cerca de mis ambiciones. Así funciona el mundo del fútbol. Todo empieza por quererlo y luego hacerlo.

- Con el Borussia Dortmund sí que estuvo cerca de jugar la Champions en el curso 16/17. ¿Cómo lo recuerda?

- Lo recuerdo muy bien. El partido en el que más cerca estuve de debutar fue el de Mónaco en casa. Estaba calentando y me llamó el míster (Thomas Tuchel) y cuando llegué cambió de opinión -ríe-. Justo el día anterior fue el atentado que sufrimos en el autobús. Fueron horas muy intensas en las que se te queda todo muy grabado. Me iba el corazón a mil, era un chaval y estuve cerca, pero parece que este año sí.

- Se puede cruzar contra ese entrenador, que ahora está en el Bayern de Múnich o incluso contra el Borussia Dortmund.

- Eso me haría mucha ilusión. Jugar contra el Borussia Dortmund o el Newcastle sería muy bonito porque siempre quieres volver a aquellos sitios en los que has sido feliz. Newcastle lo tengo marcado en el punto de mira. Ojalá nos toque jugar allí porque tengo excompañeros y amigos en el club que me gustaría volver a ver.

- ¿Se puede jugar en la Champions a imponer tu estilo o la entidad del rival impone demasiado y hay que saber adaptarse?

- Depende de cada partido y cada rival. Hemos demostrado que podemos jugar de tú a tú contra el Madrid o el Barça y hay pocos equipos mejores que ellos, ni siquiera en Champions. Contra el United también. En la Europa League hemos tenido la suerte de jugar contra equipos de Champions. Dependerá de cada partido y los jugadores que tengamos disponibles. Lo bueno que tiene este equipo es que ha demostrado que puede competir contra los grandes de las dos maneras. Manejar distintos estilos es la clave en el fútbol moderno para sorprender al rival y encontrar soluciones.

- ¿La victoria en Old Trafford les refuerza para salir con más confianza?

- Puede que sí. Cuando ganas en un campo como Old Trafford, más allá de llevarte 3 puntos, el tema mental es muy importante porque te lo empiezas a creer. Al final todo son experiencias. Los jugadores con más experiencias son mejores porque han vivido esas situaciones antes. Un futbolista que ha ganado en Old Trafford luego va a jugar a otro estadio icónico y ya sabe que es capaz de ganar en ese escenario. No le va a temblar el pulso a la hora de jugar porque ya lo ha hecho antes.

- Tienen muy complicado superar lo que han hecho en el último curso. Colarse entre los tres primeros de la clasificación parece una locura.

- La gente es muy optimista y para el aficionado es muy díficil estar en el punto medio. Durante las vacaciones ha habido mucha gente que me ha dicho por la calle que este año hay que ir a por más y mejorar, pero es muy complicado. Si este año no entramos en la Champions o no llegamos al mismo nivel de puntos habrá que entender que es un hito muy difícil de repetir, pero que la gente no tenga ninguna duda de que vamos a intentar hacerlo con la ambición que tenemos.

- Personalmente usted tampoco puede pedir mucho más después de terminar con el título de la Nations League.

- He vivido un año muy bonito con la Real. La suerte de poder ir con la selección y tener la confianza del seleccionador y encima cerrar el año con el título, cosa que no sucedía desde hace once años, es espectacular, no se puede pedir nada más. Pero si quieres mejorar y crecer tienes que pensar en más y a lo grande. Empieza una temporada nueva, hay objetivos por delante, jugamos Champions, hay una Eurocopa a final de año y lo que tiene que haber en mi cabeza es hacerlo lo mejor posible e ir a más.

- Parece que por fin ha encontrado su sitio en la selección con Luis de la Fuente.

- El tema de la confianza es muy importante, pero en el mundo del fútbol es muy relativo, porque está ahí mientras tú la devuelvas. Estoy muy feliz por la confianza que me ha dado Luis, pero al mismo tiempo sé que si he seguido yendo es porque yo he puesto de mi parte para hacer bien las cosas. Ha sido una experiencia espectacular volver a encontrarme con él después de la sub-19, sub-21 y olímpica.

- No se atrevió a lanzar a lo 'Panenka' en la tanda de penaltis frente a Croacia.

- Lo pensé, lo pensé -ríe-.

- Estaba muy presente lo que pasó en Elche.

- Fue más difícil por eso, porque el último penalti que había lanzado lo tiré de aquella manera. Tuvo un montón de repercusión, pero al final los jugadores tenemos que tener la mente fría. Si somos profesionales no solo es por lo que hacemos con el balón sobre el campo, también por la cabeza. En ese momento sabía que era un penalti importantísimo y que fallarlo repercutía enormemente en mi carrera posiblemente. Intenté evadirme de todo el ruido de los 40.000 croatas que había en las gradas, tenía muy claro lo que quería hacer y salió bien.

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