Una historia conocida
La banda izquierda con Sergio Gómez fue la principal vía de peligro de la Real en la primera parte, pero los ajustes defensivos de Diego Martínez complicaron el guion de partido
La Real cierra el año en casa de manera coherente. Sin ganar, pese a merecerlo. Como tantos partidos que se han repetido en el último año. O quizás algo más. Esta vez bien pudo ser diferente la historia si Mata o Moleiro hubieran aprovechado sus claras ocasiones de gol en el primer cuarto de hora, pero el relato final no quiso ser más cruel de lo necesario. Se proyectó la película que están acostumbrados a ver los realzales. Cambiaron los matices, pero no el desenlace. El Las Palmas fue un gran rival, puso más resistencia de la que cabía esperar en los primeros compases del encuentro. Se adaptó a lo que le exigía el partido bien dirigido desde el banquillo. A la Real no le dio para ganar, como siempre más por una falta de acierto que de actitud.
-
1
Sergio Gómez saca punta a Javi Muñoz por izquierda
Las acciones más prometedoras de la Real en ataque en la primera mitad tuvieron a Sergio Gómez como gran protagonista. El conjunto txuri-urdin utilizó al catalán como medio para buscar área, bien a través de cambios de juego llevados a cabo por los centrocampistas (Sucic, Brais y Zubimendi) o mediante envíos frontales directos de Nayef Aguerd desde el mismo perfil izquierdo. Esta orientación de juego al costado izquierdo quedó patente a los siete minutos con una acción totalmente automatizada en salida de balón en la que Zubeldia se apoyó en Oyarzabal que cayó a recibir para poner de cara a Zubimendi y el donostiarra lanzara sin mirar una diagonal a la posición de Sergio Gómez. El balón no llegó a destino, pero mostró la clara intención de percutir por ese lado, donde Javi Muñoz, pivote que había sido reconvertido al lateral derecho, sufrió mucho para sujetar al '17' txuri-urdin.
-
2
La presión rival se ajusta, surgen los problemas
La Real arrancó el partido sin aparentes problemas en construcción de juego. No le hacía mucho daño la presión canaria. El conjunto de Diego Martínez formó en un dibujo 1-4-2-3-1 en fase ofensiva que se transformaba en un 1-4-4-2 sin balón, y ese segundo sistema apenas generaba inquietud en iniciación. Mata y Campaña formaban esa primera línea de presión que se ocupaba de tapar la salida del central poseedor del balón y la vía de pase con Zubimendi, mientras dejaba al otro central libre de marca. Era un tres contra dos asequible para los realistas. Lo que ocurrió fue que Diego Martínez reajustó esa presión a la media hora de juego consciente de que no le estaba funcionando el plan. Intercambió las posiciones de Campaña y Kirian Rodríguez. El capitán pasó a apretar a la par de Mata, pero el sevillano no caía al doble pivote junto con Essugo, sino que se emparejaba con Zubimendi. De esta manera el cuadro visitante pasaba a dibujar un 1-4-1-3-2 sin balón, con el que Zubeldia, Aguerd y Zubimendi reducían sus posibilidades de pase.
-
3
Los interiores no conectan lo suficiente
Ese nuevo escenario dificultó sobremanera la creación de juego ya en el tramo final de la primera mitad. La alternativa pasaba por enlazar con los interiores realistas, Sucic o Brais, o bien con los laterales, ya que tanto el croata como el gallego estaban vigilados por los extremos rivales, que también vivían pendientes de Aramburu y Javi López. Brais trató de bajar para recibir, mientras Sucic hacía la labor opuesta de estirar, pero sin demasiado éxito. No se dividió bien. La Real no supo sacar demasiado rédito a la inferioridad de Essugo por dentro, en parte también por el gran despliegue que mostró el portugués durante todo el encuentro.
-
4
Olasagasti y Barrenetxea reactivan al equipo
La segunda mitad arrancó por el mismo camino con el que había concluido la primera. Eso sí, el Las Palmas volvía a defender a través del 4-4-2 y Campaña se instalaba de forma definitiva junto a Essugo en el centro del campo como contención. La Real seguía sin dar con la tecla, mientras sufría las internadas de Moleiro por izquierda cuando Aramburu saltaba alto a lateral contrario y Kubo no ayudaba en defensa. Pasada la hora de juego Imanol llamó a Olasagasti y Barrenetxea para reemplazar a Brais y el japonés, menos brillantes que en ocasiones anteriores, y la respuesta sobre el césped fue inmediata. Los dos canteranos imprimieron una marcha más a la circulación de pelota txuri-urdin y participaron en ese conato de arrebato que se vivió en el Reale Arena antes de enfilar los últimos veinte minutos de partido.
-
5
Retrato de lo que ha sido el año en casa
A medida que ambos equipos fueron introduciendo cambios se notó la diferencia que existía en el fondo de armario de cada uno. Mientras la Real se volcaba totalmente hacia la portería de Cillessen, el conjunto amarillo perdía referencias arriba con las entradas de McBurnie y Benito. Dejaba de inquietar en ataque, pero mantenía la postura atrás, para que se viera el guion de un partido mil veces visto ya en el Reale Arena durante el último año. Una Real totalmente volcada y cargando área de manera constante, pero sin encontrar el premio. Imanol es consciente que este tipo de partidos en casa ante rivales cerrados siguen siendo el gran déficit del equipo. El deseo para el 2025 es evidente.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión