Y después de jugar en la Real, qué
Estudios ·
El equipo txuri-urdin cuenta con 39 universitarios y el club fomenta, con sus ocho profesores en Zubieta, que los futbolistas continúen con sus itinerarios académicos tal y como lo ha hecho Guevara, a punto de licenciarse en Derecho
Miles de niños guipuzcoanos quieren ser como él de mayor y, mientras tanto, él, que ya no es tan niño, sigue dándole vueltas a lo que quiere ser cuando llegue a ese tiempo. Se está labrando sus posibles salidas profesionales en el futuro. «Últimamente, sobre todo este año, sí que he tenido conversaciones con mis aitas y mi novia sobre ello. Claro que podría dedicarme al Derecho, por qué no. Sobre todo a la rama especializada en derecho deportivo. Me parece atractiva, por la conexión que tiene con el fútbol. No lo descarto en absoluto». Habla Ander Guevara (Gasteiz, 1997), un alumno más de Derecho de la Universidad del País Vasco (UPV), más conocido por su faceta de centrocampista en el primer equipo de la Real Sociedad.
Sus sueños de pequeño, su talento y dedicación al fútbol no están reñidos con un itinerario académico que desemboque en estudios superiores. Va para seis años de carrera y le quedan dos asignaturas. Pronto será licenciado. Es un ejemplo de la posibilidad, cada vez más explorada en la élite, de compaginar deporte profesional y formación. Un espejo para las nuevas generaciones txuri-urdin, cada vez más concienciadas de la importancia de no descuidar los apuntes. Son siete los jugadores de la primera plantilla que cursan o han finalizado estudios superiores, pero en la pirámide del conjunto de los equipos del club, la base de futbolistas estudiantes se ensancha.
«A corto plazo no, pero en el futuro podría dedicarme al Derecho, sobre todo a la rama del Derecho Deportivo»
Ander Guevara, Futbolista de la Real y estudiante
Guevara cuenta que «en su día empecé Derecho porque no sabía si iba a poder vivir de esto (el fútbol) y porque en mi entorno me habían inculcado el tema de formarme. Una vez haber terminado los dos primeros cursos, aunque llegué al Sanse y el tema se puso más exigente entre otras cosas porque entrenaba por la mañana, no tuve dudas de intentar terminar la carrera. A corto plazo seguramente no ejerceré a nivel profesional pero es algo pensado en el futuro y que también me ayuda para desconectar y salirme del fútbol. Creo que a cualquier futbolista le viene bien. Lo recomiendo».
La Real cuenta con 39 estudiantes universitarios. El 95% aprueba el curso. Un total de 140 jugadores reciben clases de refuerzo y para ello el club cuenta con ocho profesores en Zubieta, que imparten 854 horas lectivas. Son datos arrojados por el presidente, Jokin Aperribay, en el Foro Empresarial de Gipuzkoa organizado por DV. «Damos muchísima importancia a la educación», aseguró al referirse de forma integral a las personas que forman parte de la Real. «Formamos, cuidamos y acompañamos a todas las personas en Zubieta, desarrollando y fidelizando el talento 'Made in Gipuzkoa'», concluyó.
«Bajar la velocidad»
En el primer equipo, la proporción de estudiantes no llega a un tercio del total de la plantilla, pero resulta significativo el salto que se produce en el filial, un Sanse profesional que compite en Segunda. Catorce jugadores cursan estudios universitarios –la mitad a distancia– otros cuatro hacen algún grado Medio o Superior y dos van camino de prolongar su vida estudiantil al estar en Bachiller. Ningún equipo profesional de LaLiga tiene 20 futbolistas estudiando.
Guevara asegura que «sí se puede». ¿Cómo? «Cuando llegué al primer equipo me perdía bastantes clases y luego trataba de recuperar por mi cuenta, pidiendo ayuda a compañeros. Se puede bajar la velocidad, que significa no cursar todas las asignaturas. Yo 3º y 4º los he llevado más despacio. Me quedan dos asignatura y espero terminar el curso que arranca ahora. Entreno por la mañana y la mayoría de tardes sí que suelo intentar ir a la universidad. Sigo las clases que tenga asignadas y cuando no tengo clase aprovecho para adelantar materia. Ir estudiando. Con tanto partido y con tanto viaje, en época cercana a exámenes no saco tantas horas».
«Damos muchísima importancia a la educación; un total de 140 jugadores reciben clases de refuerzo»
Jokin Aperribay, Presidente de la Real
Además de asentarse en la medular del primer equipo, en la última temporada ha aprobado «asignaturas que tenía enquistadas: dos de 3º y dos de 4º». Pero no es fácil y, a veces, se tropieza. Recuerda, por ejemplo, «un partido importante en Albacete con la Real C en el que tuvimos una gran actuación y disfruté de unos minutos al final en nuestra victoria. Llegamos a casa de madrugada y yo tenía examen. Me presenté pero no aprobé». No siempre todo es posible, pero poco a poco... También es importante centrarse en cada frente cuando toca. «Intento no llevarme apuntes a los viajes. No es fácil sacar tiempo allí y concentrarse en la competición a la vez». Primero el presente, pero sin descuidar el futuro.
Oyarzabal había acabado Empresariales antes de ser campeón
No se le terminan los bolos futbolísticos a Mikel Oyarzabal, de gira los dos últimos años entre la Real, la sub-21 y la absoluta. El referente realista para tantos y tantos jóvenes mira ahora atrás aliviado. Terminó la carrera de Empresariales en Deusto justo cuando despegaba su carrera. Con 22 años. Sin demoras. Y menos mal. Aprobó el último examen justo antes de proclamarse campeón de Europa con la Sub-21 en junio de 2019. «Me organizo bien. Nos entrenamos por las mañanas y por la tarde meto horas con los libros. Muchas veces no apetece, pero sé que es importante en la vida tener una segunda opción de futuro al margen del fútbol. Nunca sabes qué puede pasar», declaró a este periódico aquel curso. Lo que pasó a partir de ahí fue que se convirtió en el líder de una Real europea y campeona de Copa, que jugó una semifinal de una Eurocopa con la absoluta y que vivió la mejor experiencia olímpica. Pero antes, el grado en Empresariales.
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