Con un cuarto de hora no basta
La Real firmó una primera parte en la que estuvo lenta con balón y muy atrás en el campo, y cuando despertó bajando a Sucic y metiendo a Óskarsson le faltó puntería para empatar
No pinta bien la cosa. La Real Sociedad necesita tiempo y el calendario no se lo da. Cuatro puntos en seis jornadas cuando has ... jugado contra cinco equipos que aspiran a la permanencia encienden las alarmas en la tabla, porque da la sensación de que pierdes cuando lo mereces y cuando no. Y se sabe cómo se entra en una dinámica así pero no cómo se sale...
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Una mala primera parte en Mallorca le condenó a la derrota porque no tuvo mordiente en la presión, no pudo alimentar el contragolpe con buenas recuperaciones y jugó a un ritmo muy bajo cuando tuvo la posesión. En el último cuarto de hora despertó y generó un par de situaciones para empatar, pero ofreciendo tan poco es difícil aspirar a algo más que a perder en Primera División.
Una Real muy hundida en la primera parte
1.
Jugar dos partidos en cuatro días en el comienzo de temporada no es fácil desde el punto de vista físico. Arrasate solo mantuvo a tres jugadores en el once respecto al sábado –Sánchez, Raíllo y Samu Costa– mientras que Imanol repitió con seis, lo que pareció darle una mayor chispa al Mallorca en duelos y aceleración.
No hubo ni rastro de la presión que tan bien ejecutó el cuadro txuri-urdin ante el Real Madrid, por lo que se vio obligada a jugar demasiado retrasada, algo que nunca le ha gustado con el oriotarra. Menos si careces de dos ganadores en el juego aéreo como Le Normand y Merino. Porque los primeros envíos en largo de Copete a Larin y Prats fueron sujetados por éstos frente a Zubeldia y Aguerd. Y eso condenaba a los blanquiazules a estar muy atrás. La jugada del 1-0 fue un claro ejemplo, con un centro lateral a placer de Mojica desde la izquierda y un despeje forzado de cabeza de Aguerd para evitar el cabezazo de Prats en boca de gol. El rechace lo recogió en la banda contraria Costa y su envío al área golpeó en la mano abierta de Barrenetxea con el consiguiente penalti. Es lo que tiene estar tan cerca de tu portería, que pueden pasar cosas. Y casi siempre malas.
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Superados en la estrategia defensiva
2.
A esa Real tan metida en su campo porque no ganaba los primeros balones ni recogía los segundos, se añadió su debilidad defensiva en la estrategia, donde sufrió de lo lindo ante un Darder que pone el balón donde quiere. El de Artà ya colocó uno para el minuto tres que Raíllo cabeceó por encima del larguero. En el veinte volvió a repetir la maniobra, esta vez buscando el segundo palo, con nuevo remate de Raíllo que recogió Remiro sin problemas. La situación más comprometida llegó antes de la media hora con una jugada de pizarra en la que Copete superó con autoridad a Aritz en el corazón del área y le faltó poco a Larin para empujar la prolongación en el segundo poste. Quizás Zubeldia le estorbó lo suficiente para que no lo hiciese porque el canadiense tenía todo a su favor. A una Real que no daba dos pases en ataque, esta vez tampoco le sostenía su fortaleza defensiva en esas acciones. En la segunda parte Prats y Raíllo también remataron en sendas jugadas a balón parado.
Desincronización para intercambiar los espacios
3.
En la primera parte pareció que la Real jugaba en inferioridad porque no hubo noticias de los interiores, de Sergio Gómez en la derecha ni de Oyarzabal en punta. Imanol apostó por que Turrientes y Sucic jugaran a pierna natural, pero quizás se posicionaron demasiado altos sin intercalar las alturas porque ninguno de los dos entró en juego. Cuando Sergio se venía al centro se formaba un tapón porque nadie aprovechaba el espacio que generaba a su espalda, lo mismo que sucedía con las caídas de Oyarzabal. El resultado fue una Real plana, lenta y sin profundidad en ataque.
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Se descuelga Sucic para ayudar a Zubimendi
4.
Tras el descanso Imanol descolgó a Sucic a la segunda altura para ayudar a Zubimendi, que era el único que mantenía a flote al equipo. Con el croata en zona de creación activó a Barrenetxea para que probase un disparo desviado, hubo un cambio de orientación del de Ulia que el croata enganchó de volea fuera e incluso se permitió el lujo de arrancar para dejar con el pecho un envío en largo de Zubeldia hacia Kubo en buena posición. Los rivales empiezan a saber de su potencial en el disparo desde lejos –Román tuvo que repeler su cañonazo en el 89– y eso abre también espacios cuando salen a taparle. La sociedad que formó con Zubimendi en la segunda parte en las dos primeras alturas de la zona ancha fue de lo poco reseñable que deja la visita a Palma.
Óskarsson aporta la profundidad que faltaba
5.
La entrada del islandés dio a la Real la presencia en el juego al espacio que le había faltado en la primera hora. De repente, Marín se atrevía a buscarle a la espalda de Copete. Zubeldia hacía la propio para jugar en largo desde iniciación, incluso Sucic combinó para meterle un balón que el ex del Copenhague no acertó a clavar entre los tres palos. Fueron detalles más que otra cosa, pero lo suficientemente significativos como para entender que la Real es otra cuando tiene un delantero centro específico en el campo que cuando juega con 'falso nueve'. Es verdad que iba perdiendo y tenía que arriesgar, pero la sensación que dejó en los minutos finales fue positiva, aunque no compensara la que había ofrecido en el resto del partido en el que incluso el VAR le salvó del 2-0 de Larin.
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