Las bandas para saltar el cerrojo
La Real recupera su juego exterior con un gran Barrenetxea para romper a un Mallorca que se protegió bien por dentro pero que no llegó a taparse tanto por fuera
No hay mal que cien años dure. La Real se merecía una victoria y la obtuvo cuando más le necesitaba en un partido en el que fue muy superior a su adversario pero al que no pudo superar por más goles porque aún le falta confianza. Demostró que no se le ha olvidado jugar al fútbol, que con solo un jugador como Soler como novedad en el once es un equipo mucho más ordenado y, sobre todo, que tiene pegada por fuera, que fue por donde rompió el choque. Por ahí llegaron sus mejores ocasiones y la jugada del gol que Barrenetxea sirvió en bandeja a Oyarzabal. Fue un duelo en el que lo ajustado del resultado no refleja una Real que dobló en pases al rival, que generó muchas más ocasiones claras que el contrario y que, aspecto importante, se emparejó en los duelos a un adversario que destaca por su físico. Así las cosas, no es extraño que acabara decidiendo el fútbol y que el triunfo se quedase en casa. Barrene, Soler y Kubo disfrutaron de oportunidades para marcar más goles pero lo importante era ganar y se logró.
1La Real empieza cargando el juego por la izquierda. El conjunto blanquiazul entró muy bien al encuentro con un Barrenetxea en la izquierda que hacía peligro al encarar. El plan de partido pasaba por girar el juego hacia esa zona, donde el donostiarra contó con la ayuda cercana de Soler y de Sergio Gómez, que no pararon de suministrarle balones y darle ayudas. El sistema del Mallorca, además, favorecía los espacios en ese intervalo porque con defensa de cinco Maffeo no podía meterse tan atrás si quería saltar a Sergio y el joven central David López sufría fuera de zona. Barrenetxea forzó en pocos minutos tres córners y puso a prueba en el minuto 17 a Román con un duro disparo tras una jugada con Sergio en la que Brais había generado superioridad cayendo a la izquierda. Tan superior se le veía el '7' txuri-urdin sobre su par que hasta Remiro no dudó en buscarle en largo para iniciar un rápido contragolpe. La Real tenía buenas ideas, monopolizaba la posesión de balón pero le faltaba enseñar colmillo ante el marco de Román.
2Recuperar en campo contrario hasta acertar. Al equipo de Sergio le costó encontrar los huecos en ataque posicional y meter mano por dentro al 1-5-3-2 de Arrasate, que además de reducir mucho el espacio entre líneas generaba superioridad defensiva en bandas con sus basculaciones, ya que entre el carrilero, el interior, el pivote y el delantero más cercano acumulaba hasta cuatro hombres para tratar de asfixiar los movimientos de Brais y Soler en los pasillos interiores. Ahí una buena solución fue transitar a partir de recuperaciones en campo contrario, para lo que hacía falta ejercer una buena presión. Solo así podrían nacer contragolpes. En el minuto 21 fue Kubo el que robó alto para ceder a Oyarzabal y el capitán, casi sin pensar, abrió a Barrenetxea en buena posición, pero su remate con la zurda salió tan mordido que ni siquiera llegó a traspasar la línea de fondo. La opción más clara antes del descanso llegó en una jugada parecida tras otra recuperación adelantada, en este caso de Brais, en la que Oyarzabal aguantó bien la conducción para atraer rivales y dividir el pase en el momento oportuno, pero Barrenetxea la echó fuera con todo a su favor. Nada más arrancar la segunda parte, y a la tercera de esas situaciones, llegó la vencida. Soler se anticipó a Sánchez para interceptar un pase de Samu y entre Oyarzabal, Kubo y Barrenetxea elevaron el gol del triunfo al marcador en una jugada de tiralíneas que evidenció la clase que acumula la Real arriba.
3Soler provoca un equipo más junto y ordenado. En la segunda parte, y a pesar del susto de esa contra de Joseph bien desbaratada por Caleta-Car, la Real fue dueño y señor del partido con un Soler que ordenó a sus compañeros como lo hacía Silva en sus tiempos. Su presencia en el once dio coherencia al juego, hizo el resto corriese menos pero de una forma más aprovechosa y que, merced a esa mejor ocupación del campo, pudieran ser más eficaces en las vigilancias y estar más protegidos ante las pérdidas. El estilo de juego txuri-urdin pasa por un dominio del juego de posición y con centrocampistas de recorrido es más difícil llevarlo a cabo, sobre todo para superar a un rival que sale a esperar atrás y hay que atraerle.
4 Equilibrio en duelos ante un rival muy físico. La Real venía de caer en Copa hace dos años y perder los dos partidos de Liga de la pasada temporada ante el Mallorca. Ayer ese mayor orden que mostró en el campo se tradujo en un equilibrio en los duelos, con 51 para cada equipo, algo que tiene su mérito teniendo enfrente a un rival con muchos más centímetros. Si sabes por dónde transitar en ataque y dónde no puedes arriesgar el balón, estarás mejor protegido tras pérdidas y los jugadores podrán ir a la disputa en situaciones de igualdad. Caleta-Car, que en Sevilla estuvo mal, se llevó ayer todos los duelos y no concedió una oportunidad a su adversario.
5 Sergio, un lateral que genera en ataque. ¿Cuánto hacía que no veíamos a un lateral así en la izquierda? Dos ocasiones muy claras, una de Barrene y otra de Kubo, llegaron por servicios suyos desde posición adelantada. Una banda no se hace solo con un extremo desbordando sino que requiere de una segunda amenaza. El catalán está demostrando chispa en esta reconversión de puesto y puede ser una de las revelaciones del año.
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