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Sergio Gómez fija la mirada en el balón tras rematar un buen centro desde la derecha de Becker para conseguir el segundo tanto de la noche, el primero desde que llegó a la Real. Reuters
El análisis táctico

El balón para someter al rival

La Real tuvo un partido plácido desde su control de la posesión aunque en la segunda parte se complicó la vida cuando quiso ser más vertical y se olvidó de hacer secuencias largas de pase

Miguel González

San Sebastián

Jueves, 24 de octubre 2024, 21:50

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En partidos como éstos que no pasarán a la historia, lo único que importa es ganar y pensar en el siguiente compromiso. Ni el desangelado aspecto de la grada ni el lamentable estado del césped invitaban a la excelencia ante un Maccabi inferior que solo dio señales de vida cuando la Real se creyó con el encuentro ganado. El cuadro de Imanol llegó a tener picos del 70% de la posesión en la primera parte gracias a la superioridad técnica de sus jugadores, aunque acabó con un 63% al querer ser demasiado vertical cuando la situación reclamaba una mayor horizontalidad. Una jugada de estrategia y un contragolpe fueron suficientes para sumar los tres puntos en la pista de patinaje que fue el estadio del Partizan, con resbalones por parte de los dos equipos.

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    Kubo a pie natural para abrir el campo

Imanol hizo cambios en el once pero no los diez que introdujo contra el Anderlecht. Consciente de lo mucho que había en juego mantuvo la columna vertebral del equipo, con Aguerd, Zubimendi, Brais y Oyarzabal, más Aramburu en el lateral derecho.

En el aspecto táctico volvió al 1-4-3-3 después de haber jugado las dos primeras jornadas en Europa con defensa de cinco y colocó a Kubo de extremo izquierdo, a pie natural, y a Brais por ese perfil con Turrientes por la derecha, cuando muchas veces los interiores se manejan a pierna cambiada como hicieron tras el descanso. El de Orio sabía que el Maccabi defiende en 1-4-4-2 con el interior alejado bastante centrado y las líneas juntas. Con un césped tan deficiente, abrir el campo era fundamental para generar superioridades. El japonés inició por ahí la jugada del 0-1, cuyo córner acabó siendo forzado por Turrientes en la línea de fondo tras pase de Oyarzabal. De ahí la explicación de jugar con perfiles naturales: poder abrir el campo y profundizar.

  1. 2

    Seis meses después, otro gol de córner

Decía Lazetic en la víspera del partido que para ellos era clave igualar la intensidad de la Real porque en la Liga el ritmo de juego es más alto. Se olvidó del balón parado, donde el conjunto txuri-urdin ha perdido pegada sin Le Normand y Merino pero en el que ayer fue letal. Es una de las facetas del juego en las que más se nota la diferencia entre una liga del top-5 de Europa y el resto.

Brais, que tiene un guante en la zurda, templó muy bien el balón en el minuto 18 y Pacheco cabeceó el córner a la red con autoridad. Primer gol de saque de esquina de la Real desde abril y curiosamente con el mismo goleador. La estrategia es un buen recurso para desatascar partidos como éste en el que el mal estado del campo impedía dar velocidad al juego combinativo. En el 58 Sadiq también marcó de córner tras peinada previa de Pacheco pero aún nos preguntamos por qué se anuló el tanto.

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    Becker sale para explotar el contragolpe

El inicio de la segunda parte fue bastante pestoso, con un Maccabi que salió a presionar más fuerte arriba y una Real a la que le costó por momentos iniciar el juego desde atrás. En un terreno que impedía imprimir ritmos altos de juego, si se perdía el balón la cosa se iba a complicar bastante. Zubimendi se incrustó puntualmente atrás para dar amplitud en salida de cinco, ya que Aguerd tuvo bastantes problemas para perfilarse y orientar la jugada por la derecha. La solución de Imanol fue dar entrada a Sergio Gómez, que cae a recibir y juega bien de espaldas, y a Becker por Oyarzabal para impulsar la contra. El neerlandés jugó donde más daño hace: abierto por la derecha.

  1. 4

    En este equipo los interiores son goleadores

Así las cosas, pasada la hora de juego la Real sentenció con una buena jugada combinativa iniciada por Kubo en campo propio. Sadiq hizo una apertura perfecta de primeras para Becker que, desde el costado, es un artista poniendo el balón al espacio con su pierna natural. Sorprendió más el llegador al área, Sergio Gómez, quien definió como un 'nueve' y confirmó que en este nuevo libro que está escribiendo el conjunto blanquiazul los interiores tienen que hacer gol. Además de él, en los últimos cuatro partidos también han marcado Sucic y Marín, sin olvidar que en la tercera jornada lo hizo Brais llegando desde atrás a un centro precisamente de Sergio. Cuando se habla de un equipo en transformación y con soluciones diferentes, ésta es precisamente una de ellas.

  1. 5

    Se mantiene la fortaleza como visitante

La temporada no arrancó como se esperaba pero poco a poco se va enderezando el rumbo. En casa aún hay mucho que mejorar pero lejos de Anoeta los números siguen siendo excelentes con tres victorias (Espanyol, Girona y Maccabi), tres empates (Getafe, Valladolid y Niza) y una única derrota (Mallorca) en las siete salidas de la presente campaña. Y con solo tres goles encajados y cuatro porterías a cero en Cornellá, Getafe, Valladolid y Girona. Es cierto que el inicio de curso es muy mejorable, pero también hay que apreciar lo que se sigue haciendo bien y ser tan contundentes a domicilio es importante para mantener la condición de equipo grande. Con cuatro puntos en tres jornadas, la cosa pinta mejor en esta fase inicial de la Europa League.

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