Kubo y Turrientes muestran su desolación tras perder ante el Anderlecht la semana pasada. F. MORQUECHO
Real Sociedad

Anoeta, una china en el zapato en 2024

Problemas físicos y falta de creatividad en ataque hacen que la Real solo lleve en casa cuatro triunfos en los 18 partidos disputados

Miguel González

San Sebastián

Miércoles, 9 de octubre 2024, 02:00

La Real Sociedad no termina de despegar en Anoeta. El presente 2024 está siendo un año horrible en casa con una cantidad de ... puntos dilapidados que ha generado un serio problema de autoestima en un equipo que es incapaz de ganar ante su afición. El dato es estremecedor: solo cuatro victorias en los 18 partidos disputados en el Reale Arena desde que el 2 de enero recibiera al Alavés el curso pasado. En este tiempo ha perdido nueve encuentros y ha encajado más goles de los que ha marcado. Algo inusual en la historia de un equipo que siempre se ha caracterizado por su fortaleza como local desde los tiempos de Atocha.

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El arranque de esta temporada ha confirmado una tendencia negativa que se arrastra de la anterior, en la que empezó a dar síntomas de debilidad. Aunque casi siempre se achacan los malos resultados a la falta de puntería y mala suerte, lo cierto es que por detrás hay otras cuestiones que tienen mucho que ver en esta irregularidad como local que le ha colocado en el inicio de Liga como el segundo peor equipo en casa con cuatro puntos en cinco partidos. Únicamente el Las Palmas, con tres empates, presenta un bagaje peor.

La Real de esta temporada solo ha ganado uno de los seis compromisos que ha tenido ante su público, al Valencia (3-0) hace dos semanas, mientras que empató el domingo ante al Atlético (1-1) y cayó en los restantes encuentros frente al Rayo (1-2), Alavés (1-2), Real Madrid (0-2) y Anderlecht (1-2). ¿Pero qué razones explican este mal rendimiento en casa? Vamos a explorar algunas de ellas para tratar de entender dónde está la raíz del problema.

La alargada sombra de Silva. El canario fue un jugador clave en las tres temporadas que vistió de txuri-urdin. Vino a ocupar el hueco dejado por Odegaard en 2020 en esa posición de '10' diferencial que la Real de Imanol tuvo en sus cuatro primeras temporadas. El juego en el último tercio del campo surgía a partir del talento de un enganche zurdo que dibujaba pases imposibles allí donde al resto se le apagaban las luces. El noruego con más gol y efectividad en el balón parado, y el de Arguineguín con un fútbol más imaginativo y aglutinador desde el que ordenaba a sus compañeros y los ponía en situación de atacar la portería contraria.

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Con su retirada hace poco más de un año la Real se quedó sin un referente en la fase ofensiva que era determinante para que se ganase a los rivales de la mitad de la tabla hacia abajo. En la temporada 22/23 conquistó el DV de Oro después de participar en el 50% de los goles que el equipo marcó durante los 2.341 minutos que estuvo sobre el césped. Más allá de sus tres tantos y nueve asistencias, su verdadera virtud estaba en ese penúltimo pase que ponía en ventaja al compañero cerca de la meta contraria.

Fuera de casa y contra los rivales más potentes su participación no era tan determinante, a pesar de su enorme talento, pero no había rival pequeño al que no se le ganase con él sobre el campo. Sus números de esa campaña 22/23 son significativos: en los 14 partidos que jugó en Anoeta en Liga la Real firmó 10 victorias, 3 empates y una sola derrota. La despedida que le tributó la grada puesta en pie al ser sustituido en la victoria contra el Real Madrid resume a la perfección el antes y el después vivido a partir de ese 2 de mayo de 2023. A medio plazo Sucic puede responder a ese perfil de centrocampista ofensivo diferencial pero acaba de llegar y solo tiene 22 años.

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La importancia del físico. La Real post-Silva se caracterizó por un fútbol más enérgico de transiciones rápidas y verticales con dos extremos desequilibrantes como Kubo y Barrenetxea. Con ellos en forma y una estructura consolidada en portería, defensa y centro del campo, el equipo de Imanol firmó un primer tercio de temporada maravilloso que le llevó a ser primero de grupo en la Champions por delante de Inter y Benfica y a ganar en Anoeta al Granada (5-3), Getafe (4-3), Athletic (3-0), Mallorca (1-0) y Sevilla (2-1) en los últimos meses de 2023. Pero combinar Liga y Champions cada tres días generó un desgaste físico y emocional que frenó en seco esa trayectoria. Sin jugar a ritmos altos, la Real era un equipo más.

En enero la situación se agravó con la marcha de dos puntales como Kubo y Traoré para disputar la Copa de Asia y de África, respectivamente, que se juntó a los problemas físicos que arrastró Barrenetxea durante varios meses. Ninguno de los tres volvería a ser el mismo en el resto del curso. Además, la columna vertebral del equipo formada por Zubeldia, Zubimendi, Merino y Oyarzabal empezó a acumular el cansancio y Aihen, el lateral zurdo titular, se rompió el cruzado.

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La Real salió adelante por oficio, calidad de plantilla y competitividad, pero su fútbol en los cinco primeros meses de 2024 no tuvo nada que ver con el que venía haciendo antes. Esa falta de frescura en su juego se acusó especialmente en casa, donde se necesita una quinta velocidad para superar a los rivales.

De los doce partidos como local de la pasada temporada jugados en el presente año, solo ganó a Cádiz, Las Palmas y Valencia, tres de los peores equipos de la segunda vuelta. Hasta el desahuciado Almería puntuó y en la Copa fue incapaz de ganar al Mallorca para colarse en la final.

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Ahora tampoco ha brillado en el aspecto físico en estos primeros partidos del curso condicionada por no haber contado en pretemporada con muchos de sus titulares, lo que ha convertido en presa fácil para los visitantes de Anoeta. En las últimas semanas su mejoría en el plano condicional le ha permitido competir de tú a tú al Real Madrid y Atlético y golear al Valencia. Un buen inicio para confiar en que cuando la Real esté al 100% recupere su consistencia como local.

Pocos goles de los delanteros. La Real ha marcado 18 goles en los 18 partidos que ha jugado en 2024 en Anoeta y con un tanto por encuentro de media se hace complicado encadenar victorias. Lo que más sorprende es la escasa aportación de los delanteros en esa faceta, en la que solo han aportado cinco tantos: dos de Oyarzabal al Mallorca y el Almería en febrero y abril, uno de André Silva al Valencia y el doblete de Óskarsson ante el conjunto ché hace dos semanas. A ellos habría que sumar tres goles de los extremos, dos de Becker, también el curso anterior, y el de Kubo al Valencia. Entre los atacantes sorprende que Sadiq y Barrenetxea no hayan visto puerta en Anoeta en todo 2024, así como que los centrocampistas hayan sumado más goles entre Merino (3), Zubimendi (2) y las dianas de Brais, Sucic, Zakharyan y Marín. Álex Suárez (Las Palmas) se marcó en propia puerta.

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También llama la atención que ningún defensa haya marcado y que ningún gol haya llegado de estrategia. Como verán, muchas cosas por mejorar para ver a una Real fuerte en casa.

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