Las incógnitas de la futura renovación que espera al PNV
Proceso interno. La dirección jeltzale debe decidir aún si elabora una ponencia política o deja la puerta a una mayor flexibilidad de su estrategia en función de la coyuntura
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, anunció el pasado miércoles que su partido comenzará el proceso de renovación orgánica el próximo 29 de septiembre, con motivo de celebrarse en Foronda el Alderdi Eguna. Esta efemérides servirá para que el PNV clarifique también su futura estrategia nacionalista y anuncie su hoja de ruta para los próximos años. Pero sobre el cónclave pesan aún poderosas incógnitas a pesar de que fuentes solventes sostienen que el PNV no va a renunciar a su ideario en defensa del proyecto nacional vasco, con vocación transversal y de centralidad pactista. Que el famoso 'péndulo' entre pragmatismo y principios no va a desaparecer, aunque la organización tiene que abrirse más a una sociedad vasca que se ha transformado considerablemente en los últimos años.
El sentido más comunitario de antaño se ha debilitado por la fuerza del individualismo y los cambios de hábitos sociales, además del papel emergente de las redes. No habrá un vuelco ideológico, pero tiene que existir una adaptación de un terreno cambiante de juego en la que los batzokis han dejado de tener la determinante función socializadora que tuvieran en el pasado. El PNV siempre ha presumido estar muy pegado a ras de suelo y ahora necesita un 'aggiornamento' urgente si no quiere ahondar el declive. Se trata de conservar la esencia del proyecto fundado hace 129 años por Sabino Arana, pero con una mirada diferente y adaptada a la complejidad de hoy. Es una encrucijada decisiva, similar a la que, en otras coordenadas históricas, realizó la socialdemocracia alemana en 1959 al dar un giro estratégico a su programa y renunciar al marxismo en el congreso de Bad Godesberg.
Además, el factor cualitativo diferencial es que en el PNV empieza a cristalizar un malestar de fondo en sectores de su militancia, críticos con el modus operandi de la dirección en los últimos años y expectante ante los cambios que se vislumbran y ante la etapa iniciada por Imanol Pradales como lehendakari.
En la convocatoria de la asamblea general Ortuzar dejó en el aire si seguirá al frente del PNV
La teoría de Arzalluz
La primera incógnita es hasta qué punto Andoni Ortuzar, presidente del EBB en los últimos 12 años, está dispuesto a retirarse del escenario definitivamente y a no concurrir a un nuevo mandato. En el PNV circula una tesis, que se atribuye a Xabier Arzalluz, y que apunta que no sería conveniente activar la sucesión de lehendakari a la vez que la de la Presidencia del EBB para no generar determinados desajustes internos. Sin embargo, la hipótesis de una permanencia de Ortuzar, defendida por algunos dirigentes, también suscita determinada contestación por parte de quienes piden una renovación coherente, que afecte a todos los órganos del partido. Todo sigue en el aire.
Una vez que Imanol Pradales ha aterrizado ya en Ajuria Enea, el PNV se dispone ahora a abordar un complejo periodo de reflexión y catarsis, que le permita escudriñar dónde están sus puntos débiles y por qué se muestran cada vez más alejados a la hora de conectar con el voto joven y con una parte del electorado urbano de clase media que le había sido fiel en las últimas décadas.
La renovación de las ejecutivas territoriales podría celebrarse antes de la dirección nacional
Los trabajos internos de 'escucha activa' ya han adelantado un diagnóstico sobre la pérdida de vitalidad interna de la vida en los batzokis, que resultó muy afectada durante la pandemia. «Menos corbatas y más camisetas», resumía gráficamente alguna de las conclusiones, críticas con la actitud 'arrogante' que a veces se ha podido transmitir.
Otra de las incógnitas es si el proceso de debate que se abre en septiembre, y que finalizará en marzo, va a incluir una propuesta de ponencia política para la discusión y aprobación de una hoja de ruta para los próximos cuatro años. En 2020, la excepcionalidad del Covid obligó a la suspensión de la ponencia política, que fue reemplazada por una serie de recomendaciones políticas. Está por ver si en esta ocasión se mantendría este formato, lo que permitiría una lectura más ecléctica de la estrategia o si, finalmente, vuelve la tradición de elaborar una propuesta de ponencia política, en la que el PNV debería precisar su posición ante el derecho a decidir y el nuevo pacto estatutario a negociar entre los partidos vascos y el Estado español.
Modelo territorial
Según fuentes jeltzales, la apuesta por una ponencia política exigirá un perfil de mayor definición ideológica en un momento en que puede caracterizarse por las fuertes convulsiones políticas. En este contexto, el PNV considera que el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez abre una ventana «de oportunidad» al debate sobre el reconocimiento de la diversidad plurinacional del Estado, pero a la vez tropieza con la gran hostilidad de la derecha a un eventual debate sobre un futuro modelo de Estado.
La sucesión de Egibar
La tercera variable que debería despejarse es hasta qué punto la renovación de las ejecutivas territoriales va a ser posterior a la del EBB, como ha sido siempre, o se lleva a cabo excepcionalmente con anterioridad de manera que Andoni Ortuzar ya intuiría por dónde soplan los vientos de renovación en el partido en los territorios. En Gipuzkoa, el enigma por resolver es sencillo y se sitúa en torno al futuro Gipuzko Buru Batzar, presidido en las últimas décadas por Joseba Egibar, que ya ha rebajado su perfil público al dejar de ser el portavoz parlamentario en Vitoria. Podría interpretarse que un cambio en Gipuzkoa implicaría una operación similar en Sabin Etxea. Aunque ha 'sonado' el nombre de Markel Olano, exdiputado general de Gipuzkoa, para suceder a Joseba Egibar, en otros medios jeltzales se considera improbable que esta sea la opción que al final prospere para que el GBB experimente una renovación de calado en sus estructuras directivas.
Lo que parece más claro es la posible elaboración de una ponencia estatutaria que revise unos estatutos que datan de los años 30. Los jeltzales empiezan a llegar a la conclusión de que deben actualizar su normativa interna y su actual régimen de incompatibilidades, que constriñe el movimiento de dirigentes.
Mediavilla pide «nuevos dirigentes» tras la Asamblea
El burukide del EBB Koldo Mediavilla pidió ayer «nuevas ideas, nuevas estructuras y nuevos dirigentes» para liderar el PNV tras la novena Asamblea General que el partido celebrará en primavera. El miembro de la ejecutiva jeltzale considera que hacen falta «nuevos equipos humanos» para «pilotar el cambio». A su juicio, la cita deberá servir para «actualizar y ratificar los principios doctrinales» de la formación y «presentar un perfil socioeconómico y cultural acorde a los nuevos tiempo». Porque, alerta, o el PNV «se renueva, o corre el riesgo de retroceder en su liderazgo histórico». Sin señalar nombres concretos, Mediavilla señaló que el PNV «necesita nuevos equipos humanos» y recordó que «la ciudadanía exige respuestas inmediatas a sus necesidades individuales».
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