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Sergio Sayas, diputado de UPN que votó 'no', conversa con una diputada. Sergio Sayas, uno de los diputados de UPNque votó 'no', conversa con una diputada. EFE EFE

El enredo de los dos votos de UPN

Nervios. Los dos diputados regionalistas amagaron primero con no respetar el 'sí' pactado por la dirección de su partido, luego dijeron que votarían a favor del decreto y finalmente pulsaron el 'no'

Fernando Segura

San Sebastián

Viernes, 4 de febrero 2022, 08:23

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Todos pendientes de dos votos. Los de los diputados de UPN Sergio Sayas y Carlos García Adanero. El complejo 'sudoku' completado 'in extremis' para convalidar el decreto de la reforma laboral corrió ayer el riesgo de ser desmontado de un manotazo. El que propinaron Sayas y García Adanero alterando un guion en el que parecía todo atado. Si no tumbaron el decreto fue por el error en un voto del PP. Es decir, por los pelos.

Vayamos por partes. El miércoles el Gobierno respiraba aliviado tras reunir 176 votos a favor de la reforma laboral. En esos votos, logrados con paciencia de orfebre, había dos tachuelas que parecían bien remachadas, pero no. Momentos antes de iniciarse el pleno quedó patente que esos dos remaches, los dos votos de UPN, se movían. Volvía la sombra de un 'tamayazo' y de otras espantadas.

La votación abre una grave crisis entre UPN y el PSN que ayer se escenificó en la reprobación del alcalde Maya en Pamplona

A partir de ahí, guerra de nervios. Y no era para menos. El presidente de UPN, Javier Esparza, había anunciado que los representantes de su partido apoyarían el decreto. Sin embargo, Sayas y García Adanero dejaron caer a su llegada al Congreso que no compartían la decisión de Esparza, que ya ayer les pidió que devolvieran al acta de diputados. Adanero dejó claro en declaraciones a una cadena de radio que UPN no debía apoyar a Sánchez, «que es presidente con los votos de Bildu». Sin embargo, posteriormente volvieron al redil y manifestaron que pulsarían el botón del 'sí' para, finalmente, en el momento de la verdad votar 'no', colocando la legislatura al borde de un auténtico precipicio.

¿Cuáles son los motivos que han propiciado este enredo? Para entenderlo hay que sumergirse en las procelosas aguas de la política navarra y, en particular, del Ayuntamiento de Pamplona. Como premisa hay que recordar que Sayas rivalizó con Esparza por el liderazgo del partido.

Reprobación a Maya

Sin embargo, la clave del apoyo pactado por Esparza y que ha quedado en aguas de borrajas por la indisciplina de Sayas y Adenero puede encontrarse en la necesidad de UPN de amarrar a Enrique Maya como alcalde de Pamplona en las elecciones del próximo año. Accedió al cargo gracias a los trece concejales de Na+ (UPN, PP y Cs), y a que los cinco del PSN votaron a su candidato. Si los socialistas hubieran unido sus cinco votos a los siete de EH Bildu y a los dos Geroa Bai, habría repetido como alcalde Joseba Asiron (EH Bildu). Si esta convergencia se diera tras las elecciones de 2023, Maya perdería la alcaldía. No es una hipótesis descabellada dada la buena sintonía existente en el Congreso entre los socialistas, la izquierda abertzale y el PNV.

El presidente de UPN, Javier Esparza, ha pedido a los miembros díscolos de su partido que devuelvan el acta de diputados

Esta hipótesis de anclar a Maya quedaba reforzada por la decisión del grupo municipal socialista de que no iba a reprobar en el pleno de ayer al alcalde de Pamplona por sus declaraciones en relación con los supuestos delitos de menores no acompañados. El PSN también iba a aprobar diversas modificaciones presupuestarias. Tras conocer el cambio de voto de UPN en Madrid, la reprobación sí salió adelante en el pleno municipal.

Aunque solo sea a título de inventario, hay que apuntar que Sayas y Adanero lograron escaño por Na+, la coalición que UPN suscribió con Ciudadanos y el PP. En este caso ha pesado más en ambos el ADN de este último partido. No hay que olvidar que la relación entre los populares y los regionalistas es bastante enrevesada, un enmarañamiento que acaba por enredar a sus cargos en fidelidades a veces cambiantes.

Cabe recordar que la ruptura entre UPN y PP (2008) se produjo tras la falta de acuerdo en la votación de los Presupuestos Generales del Estado (2009), en la que UPN dio la instrucción, al final, de abstenerse. Uno de los diputados siguió la directriz de UPN, mientras que el otro siguió las del PP votando en contra.

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