El derribo del mercado era «evitable»
Áncora lamenta que se opte por la solución «más rápida y barata» por carecer de protección urbanística o legal el edificio
Reducido a escombros. Así quedaba el emblemático edificio del mercado de Pasai Antxo tras el derribo llevado a cabo esta última semana por Euskal Trenbide ... Sarea. Su demolición se preveía hace ya varios años, como paso previo para acometer el soterramiento del trazado de vías del Topo y la construcción de la nueva estación bajo la alameda Gure Zumardia.
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La Asociación Áncora para la conservación del patrimonio lamenta la desaparición de un inmueble cuyo valor patrimonial «era de sobra conocido». Recuerda que queda reflejado en la bibliografía especializada. Estaba incluido en la 'Guía de Arquitectura de Gipuzkoa', publicada por la Diputación Foral y en el 'Inventario de Patrimonio Industrial', editado por el Gobierno Vasco y la AVPIOP.
Según explican los integrantes de Áncora, «su demolición se ha efectuado con el pretexto de soterrar el trazado del topo, pero no constituía una necesidad ineludible. Hubiera podido evitarse empleando los medios tecnológicos actuales que permiten preservar el edificio histórico durante las obras, tal como se preveía inicialmente».
«Instamos a la alcaldesa a revertir esta preocupante deriva, revisando urgentemente el catálogo de patrimonio municipal»
A juicio de esta asociación, se ha optado por la solución «más rápida y barata», al carecer este mercado de protección urbanística o legal. «Con su desaparición quedan de manifiesto las graves lagunas que afectan a la normativa local: Pasaia poseyó un extraordinario patrimonio industrial, que ha dilapidado casi por completo», manifiesta.
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En este sentido, recuerda que el municipio tenía «uno de los últimos mercados con estructura metálica de Euskadi». Se trata de una pérdida «muy sensible» para un distrito como el de Antxo, «cuya historia aparece íntimamente vinculada al sector metalúrgico».
«No solo se ha borrado un elemento clave para la identidad urbana, sino que eliminan otra valiosa arquitectura de la bahía de Pasaia, con manifiesta irresponsabilidad. Desde nuestra asociación instamos a la alcaldesa Izaskun Gómez a revertir esta preocupante deriva, actualizando y revisando urgentemente el catálogo de patrimonio municipal», declara.
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Casi un siglo de historia
El edificio recién derribado fue diseñado en 1926 por el arquitecto donostiarra Eugenio Elgarresta e inaugurado dos años más tarde, «constituyendo una de las principales obras de su carrera». Para llevar adelante este proyecto urbano se requirió la desecación y saneamiento de un terreno pantanoso conocido como «La Charca».
Desde Áncora recuerdan que «era un mercado luminoso, cuyo exterior disponía de numerosas ventanas, tanto en forma de arco escarzano como adinteladas». De planta rectangular y estilo ecléctico, se dividía en dos pabellones casi gemelos, con pilares de hormigón insertos en los muros. «Poseía un aire inequívocamente industrial: su estructura se sustentaba mediante columnas de fundición lisas, con cubiertas a cuatro aguas sobre cerchas metálicas y linternón corrido en la cumbrera», describen.
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El exterior ofrecía una imagen «colorista» por la alternancia de materiales, «al reservar el ladrillo para arcos y dinteles, combinándolo con jambas, esquinales y claves revocadas». Perdida su función original en el año 2000, sufrió una «desafortunada» intervención para convertirlo en centro socio-cultural.
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