Uzturre, mucha historia a sus pies

Qué bonito! Subir a Uzturre es una tradición para muchos tolosarras e ibartarras, y otros muchos que a diario suben a esta impresionante cima con unas vistas únicas de todo lo que se encuentra a sus pies y en el horizonte. Se mire a donde se mire, Uzturre ofrece unas imágenes únicas de Larrunarri y demás cimas de Aralar, de Hernio, Gazume, Aizpel, Herniozabal. Larrunarri, Buruntza,.. del Cantábrico, de la isla de Santa Clara,.... No es de extrañar que tenga tantos amantes que fallen pocos días al año en acercarse hasta su cruz, construida en 1927, el mismo año en el que se fundara la asociación de Amigos de Aralar (Aralarko Adiskideak en la actualidad), para descansar en el mirador o unos cientos de metros más arriba, en su buzón, semioculto en la maleza, invisible para muchos, pero que tantos recuerdos e historias esconde.

La historia de su cruz, situada a 660 m., también es reseñable. Diversos sucesos rodean a aquella primera cruz que midió 10 metros y medio de altura. Fue de las más altas por aquel entonces en los montes vascos. Sus constructores colocaron dos placas de mármol recordatorias en la cruz y unos versos del poeta ibartarra Emeterio Arrese. También se instaló la barandilla para proteger del precipicio y un buzón en la cumbre. Los datos de la época recuerdan que la inauguración tuvo lugar el 1 de mayo y los gastos ascendieron a 400 pesetas de aquel entonces (algo más de 4 euros actuales).

Las crónicas históricas destacan que en febrero de 1942 y debido a unos fuertes vientos, la cruz se desplomó. Los ibartarras y tolosarras no desistieron en su empeño de situar una cruz en el lugar y al poco tiempo se construyó otra de más envergadura. Miembros del club Alpino Uzturre, particulares, etc. se encargan de mantenerla limpia y blanca.

La caída de la cruz no es el único suceso unido a este lugar. Junto a ella se pueden ver diferentes recuerdos en honor a seres queridos que se marcharon. A sus pies, una placa por Eduardo Enersen, hijo de un directivo industrial noruego afincado en Tolosa que falleció el 21 de enero del año 1928 a los 18 años de edad. Los periódicos de la época recogen que ese día se produjo un trágico suceso cuando el joven, acompañado por Manuel Tolosa y Fernando Lasurtegi, se propuso ascender la montaña por su flanco rocoso sin gran experiencia ni el equipo apropiado. En su intento, el joven se despeñó desde una altura de una veintena de metros y murió en el acto. El número de la revista 'Pyrenaica' de la época recogía el suceso con el propósito de «evitar muertes tan innecesarias como la ocurrida en Tolosa».

Uzturre forma parte del cordal que llega hasta Ipuliño y separa las cuencas de los ríos Leitzaran, al norte, y Zelai, al sur. Uzturre, con sus 730 metros de altitud, no es una de las cumbres más elevadas de Gipuzkoa, pero sí goza de popularidad y fama entre los mendizales y senderistas. Sus fieles se acercan desde la ermita de Izaskun o desde Tolosa, subiendo desde el convento o por el camino de Santa Lutzia.

Nosotras, en esta ocasión, optamos por subir desde el barrio de Santa Lutzia siguiendo el camino de la Misericordia. Según un documento del año 1868, se contruye este edificio cuyas funciones son hacer frente a las enfermedades de la época. En el mismo, se atendía, sobre todo, a los pacientes con enfermedades pulmonares. Y muchos de ellos se bañaban en estas pozas que ahora se están recuperando. La antigua Misericordia, cuando dejó de ser hospital, pasó a ser un edificio que se usó como caserío y tomó el nombre de casa San Ignacio. En esa época, la familia que vivía en ella puso en marcha una cantina en la que los baserritarras que acudían a realizar sus labores en el campo, se acercaban a tomarse un descanso tras realizar sus tareas. Xanti Soler se encontraba en las ruinas del edificio en la visita de esta semana y nos contaba gran cantidad de detalles sobre el edificio, sus ocupantes, su historia... Gracias al trabajo comunal llevado a cabo, se pueden ver el antiguo hospital y la estructura y los elementos del caserío. Destacan la bañera redonda que construyeron en el lugar, así como los servicios utilizados por sus inquilinos, y otros muchos detalles que se pueden conocer in situ. Unos metros antes, un cartel ubica las pozas que han sido recuperadas y cuentan con abundante caudal de agua casi todo el año. Esta semana mismo, tras muchos días sin precipitaciones, el ruido del agua rompía el silencio del lugar. Un bonito rincón que merece ser visitado

El camino más utilizado para subir a Uzturre es el camino de Izaskun, pero hay otros que además de ofrecer una visión maravillosa, guardan curiosidades interesantes, como los caminos de Santa Lutzia de Tolosa a Uzturre. Si salimos de Santa Lutziia para subir a Uzturre, pasaremos por los terrenos de la Misericordia Vieja. Dejamos la vieja Misericordia y vamos subiendo hacia la torre del telégrafo óptico. Desde esta torre podemos ver Burun- tza sobre Andoain. Las vistas a medida que vamos ascendiendo son impresionantes y además de los montes cercanos, disfrutamos de las preciosas estampas de las pequeñas localidades de Tolosaldea que pueblan las laderas de algunos de ellos. De manera tranquila, superando las cuestas que nos presenta el camino, abandonamos la pista forestal que atraviesa un bosque, pasando el apso de una alambrada a la derecha y subir, y subir hasta que alcanzamos la cruz de Uzturre.

Este tramo es exigente y hay que pasar con cuidado. Antes de llegar a ella, seguimos un pequeño camino a nuestra izquierda que permanece medio escondido entre árboles bajos y nos conduce a la cima del monte Uzturre (733 m.). Es una caminata de unos quince minutos siguiendo la pared de un prado que no tiene pérdida. La presencia de varios buzones y la mole de cemento del Instituto geográfico vasco nos indican la llegada a nuestro objetivo. Allí se encuentra también una placa en recuerdo de Ramón Ortiz y Patxi Berrio, mendizales que según reza la inscripción de la misma, murieron en 1969 en Naranjo de Bulnes.

El regreso lo hacemos por el mismo camino o bajando hasta Izaskun, desde donde podemos llegar a nuestro punto de partida. Recorrido tranquilo pero interesante.