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Buruntza, en medio del mundanal ruido
Esta discreta cima nos ofrece una preciosas vistas al mar, Buruntzaldea y Donostialdea tras pasar junto a la bonita ermita de Azkorte
Buruntza (441 m.) es el monte silencioso que guarda a buen recaudo la historia de Buruntzaldea. Ajena al mundanal ruido que le rodea, permanece inmóvil pese al permanente paso de vehículos o la acción humana en sus entrañas. Buruntza, a pesar de todo, recompensa con unas magníficas vistas a todos aquellos, y son muchos, que desde Urnieta, Lasarte-Oria o Andoain lo visitan a diario superando sus pendientes. Es la prueba que exige para quienes quieren disfrutar de la recompensa de ver el mar Cantábrico o Adarra, cosa que dificulta el viento sur que azotaba la abundante y elevada argoma que puebla la zona alta de este monte.
INFORMACIÓN MIDE
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Acceso: Siguiendo la A-15 ascendemos a Urnieta, donde podemos apartar en el parking público junto a Zabaleta Kalea
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Horario: El paseo desde Urnieta hasta Buruntza ronda las dos horas y emdia a un ritmo muy tranquilo. Recoemendable para realizar en familia para una salida fácil.
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Distancia: 7,5 km.
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Desnivel positivo: 400 m.
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Severidad del medio: 2.
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Dificultad orientación: 2.
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Dificultad del terreno: 2.
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Esfuerzo necesario: 3.
No se puede negar que el ruido de la cantera o las vías de comunicación que se encuentran a sus pies marcan el ritmo de Burun-tza, aunque en nuestra visita fue Hegoi quien marcó el ritmo y con fuerza, tanta que a duras penas nos permitió disfrutar de las vistas que ofrece desde su buzón o desde su punto geodésico que se encuentran a escasos metros, pero como en pocas cimas, o ninguna que conozcamos, están separadas. El mar Cantábrico, el cordal de Adarra, Aiako harria, Hernio, Gazume, Larrunarri,... son algunos de los puntos de interés que contemplamos en primer lugar, aunque destaca la pista del hipódromo de San Sebastián que llama la atención junto al Oria mientras atraviesa Lasarte-Oria o los campos verdes con sus caseríos que rodean la ya urbana Urnieta a escasos metros desde la perspectiva de Buruntza.
En esta ocasión, acudimos hasta Urnieta para realizar la ruta de esta semana de Mendira a este monte que se encuentra entre el río Urumea y el Oria. Antes de subir a Buruntza, tras aparcar nuestro vehículo en el centro del municipio, pasamos ante el ayuntamiento en el que es casi imposible no contemplar el gran escudo que destaca en la fachada principal del edificio consistorial. Consultando información sobre el mismo podemos ver que los documentos históricos de la villa destacan que las obras de construcción del nuevo Concejo o Casa Consistorial de Urnieta finalizaron 1731, con su hermoso y elegante escudo en su frente. No obstante, parece que los primeros proyectos de construcción de la casa consistorial se situaron en torno al año 1661. Repasando los datos que rodean a este edificio destaca que en una breve historia que no llega a los tres siglos, tres incendios han calcinado totalmente el ayuntamiento de Urnieta. La primera en 1811, provocada por los ejércitos de Napoleón. La segunda, provocada por los tropeles liberales de Isabel II, tropas del general O`Donell, el 8 de septiembre de 1837, junto con todas las casas del pueblo y el tercer incendio accidental, durante la noche del 4 al 5 de enero de 1905, las instalaciones municipales se limitaron totalmente a escombros. Sólo quedaron restos negros y calcinados de los cuatro muros principales.
Además de la destrucción del edificio consistorial, entre los edificiones más significativas de Urnieta, se destruyó la ermita de la Santa Cruz de Azkorte durante el incendio de 1837. Durante la dura batalla de los liberales por tomar Andoain bajo las órdenes del general O´Donell, fue pasto de las llamas, pero los vecinos pudieron salvar la imagen de la Santa Cruz y tras una temporada en el caserío Aldamuño de Urnieta y en el caserío Auntzaenea de Andoain, finalmente bajaron la imagen a la ermita de Santa Leocadia de la localidad.
El cariño o la devoción de los vecinos de Urnieta y Oria hicieron que una y otra vez reconstruyeran el hermoso templo. Tras el incendio de 1837, según las crónicas de la época los vecinos del barrio Ergoien intentaron una y otra vez reconstruir dicha ermita, pero no lo consiguieron hasta el año 1911 con la ayuda del Ayuntamiento de Urnieta, con Laureano Belaunzaran como alcalde, y el obispado de Vitoria-Gasteiz, pero sobre todo, con la inestimable ayuda económica de algunos vecinos urnietarras.
Pero la historia de la ermita de Azkorte se vio ensombrecida otra vez en 1970, a causa de un derrumbamiento provocado por las obras de la cantera. En esta ocasión se cayó parte de la ermita y se tuvo que derruir. Dos años después, en 1972, se construyó la ermita como se conoce hoy en día, 100 metros más abajo de donde estaba, en las campas de Burundain. Tras las obras queda recogido en las crónicas de la época que fue inaugurada el 3 de mayo de 1973.
Se sabe que la existencia de la ermita es anterior gracias a la mención que realiza el Dr. Lope Martínez de Isasti, presbítero natural de Lezo, en 1625 en su 'Compendio historial de Guipúzcoa' en el capítulo titulado 'De las iglesias y Hermitas devotas de Guipúzcoa' en la que escribe: 'Santa Cruz, en la jurisdicción de Urnieta, ermita devota para tercianas y cuartanas'. En ella también hace mención a la imagen del Cristo de la Santa Cruz de Azkorte, de madera, del siglo XIII y una imagen de la Milagrosa.
El valor de la ermita de Azkorte es más que destacable también por su ubicación. De hecho, aparecía como un punto estratégico en los mapas de la primera guerra carlista, probablemente por su alta visibilidad. También se dice que los peregrinos del Camino visitaban la ermita de Azkorte en su viaje a Santiago.
Desde Urnieta por Azkorte
Gran parte del recorrido de la ruta de esta semana transcurre por carreteras asfaltadas que acercan a los urnietarras, lasarte-oriotarras y andoaindarras a los caseríos que se encuentran en las laderas del monte Buruntza. En el paseo de esta semana nos llama la atención entre ellos la original denominación del caserío Derrepente, cuyo cartel lo ubica cerca de unos enormes árboles y que disfruta de unas magníficas vistas hacia Adarra.
Comenzamos en el centro de Urnieta para dirigirnos al parking y después seguir la carretera asfaltada junto a la que nos encontramos numerosas alusiones, carteles y pintadas, que nos dirigen hacia la ermita de Azkorte. De manera tranquila y sin gran dificultad alcanzamos el edificio religioso desde el que las vistas son espectaculares. Después, tras atravesar un sencillo paso, comienza la pendiente que deberemos superar. Seguimos el camino que nos llevará hasta la alambrada que deberemos superar nuevamente, para después guiarnos por las marcas azules y amarillas de los senderos.
Continuamos por la senda hasta alcanzar un pinar que nos conducirá por una zona rocosa que presenta alguna dificultad, fácilmente solventable si se toma con calma. A continuación comienza la zona cimera en la que primero nos topamos con la cima y el punto geodésico para después alcanzar el buzón.
Tras la foto de rigor, invitadas por el fuerte viento, comenzamos el descenso por el camino que a través de la alta argoma nos lleva a la pista que seguiremos hacia Urnieta. Antes, llegaremos al caserío Derrepente para después llegar a la carretera que nos llevará a la zona industrial, desde la que nos dirigiremos a nuestro punto de partida por las calles de la localidad.