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Muro que ubica uno de los espacios queformaba parte el castillo de Ausa Gaztelu. Las vistas espectaculares

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Muro que ubica uno de los espacios queformaba parte el castillo de Ausa Gaztelu. Las vistas espectaculares Belauntzaran
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Ausa Gaztelu: la fortaleza de Aralar

Una de las cimas de la sierra que une Gipuzkoa y Navarra, testigo de importantes episodios de su historia, que guarda muchos secretos

Viernes, 13 de junio 2025, 13:09

Sobre la cima rocosa de Ausa Gaztelu (901 m.) los restos de una antigua fortaleza, el castillo navarro que resistió a diferentes ataques castellanos. El silencio impera en esta hermosa atalaya desde la que la vista se pierde en el infinito. Numerosos picos se dibujan en cualquiera de las líneas de montañas que la rodean, que la resguardan, mientras el azul del cielo se mezcla con el verde de los pastos que se muestran majestuosos. La abundante hierba que inunda hectáreas y hefctáreas del parque natural nutre a las casi 20.000 cabezas de ganado durante los meses de verano, hasta que comienzan los primeros fríos allá por el mes de octubre. Mientras el silencio y la tranquilidad imperan en los extensos prados de Aralar, cada una de las piedras del castillo de Ausa Gaztelu guarda muchos de los secretos de las contiendas bélicas que acontecieron entre navarros y castellanos.

Al ubicarse en una ubicación estratégica la fortaleza de Aralar cumplió funciones de vigilancia y defensa de las fronteras del Reino de Navarra, especialmente contra el Reino de Castilla. El castillo existió hasta 1335, año en el que las tropas del señor de Lazkao, partidario del rey de Castilla, asediaron el fuerte navarro. En el siglo XIV el reino navarro perdió su fortaleza defensiva en el macizo montañoso de Aralar. Una placa y un sello navarro en el aljibe recuerdan la importancia del lugar setecientos después. Hoy podemos apreciar en la zona lata de Ausa Gaztelu un recinto exterior, una muralla, restos de aljibe y la torre circular. Tres niveles diferentes que nos ofrecen una perspectiva casi perfecta de numerosos rincones de Tolosaldea y Goierri con Larrunarri imponente al frente.

Los habitantes de la fortaleza navarra además de cumplir con su cometido defensivo, controlaban el tránsito de los mercaderes y ganaderos que utilizaban la calzada de Enirio para el transporte de mercancías o la trashumancia de rebaños ovinos, bovinos como equinos. La transhumancia de los pastores conduciendo el ganado en busca de los altos pastos de Aralar comenzaba a comienzos de mayo (Santa Cruz) y los de la costa a primeros de noviembre (Día de Todos los Santos). Otra vez su ubicación convirtió esta calzada en una importante ruta de comercio entre las tierras interiores del reino de Navarra y la zona costera, desde Irurtzun hasta cualquiera de los puertos guipuzcoanos.

Cuenta la leyenda que esta calzada la construyeron los gentiles, seres mitológicos provistos de una fuerza sobre humana. Al parecer eran capaces de arrancar las losas de piedra de las paredes rocosas de las montañas con sus propias manos. Dotados de unos grandes brazos las colocaban sobre el camino construyendo así la calzada. La calzada es una de las rutas más bonitas para acceder hasta Ausa Gaztelu o los pastos de Enirio que se reparten por 3.500 hectáreas. En ellos, desde el 1 de mayo, ovejas, vacas, yeguas y sus vástagos se alimentan y permanecen al sol disfrutando de la belleza y la tranquilidad del entorno. Todo el ganado pertenece a pastores y ganaderos de alguna de las localidades de Tolosaldea y Goierri que conforman la mancomunidad de Enirio: Abaltzisketa, Amezketa, Baliarrain, Ikaztegieta y Orendain en el valle de Tolosaldea y Altzaga, Arama, Ataun, Beasain, Gainza, Itsasondo, Lazkao, Legorreta, Ordizia y Zaldibia de Goierri.

Información MIDE

  • Acceso Seguiremos la N-1 hasta Ordizia para dirigirnos a Zaldibia por la GI-2133.

  • Horario El recorrido desde el parking de Olakosaroi hasta la cima y el regreso se puede realizar en unos 3,5 horas. Interesante llevar track si no se conoce la zona

  • Distancia 12,3 km

  • Desnivel positivo 591 m

  • Severidad del medio 2

  • Dificultad orientación 3

  • Dificultad del terreno 2

  • Esfuerzo necesario 3

La presencia humana en la zona de pastos así como en otros rincones de Aralar nos remonta hasta hace miles de años. La antigüedad de la calzada y de los monumentos megalíticos Enirio rememoran la historia de los hombres y mujeres que habitaban en el parque natural. Fueran gentiles o simples humanos construyeron la vía con las pesadas rocas que nos conducen por un camino mágico de una belleza natural extraordinaria o nos permite sentir la magia que envuelve a los monumentos funerarios como Jentilarri. Una joya que fue descubierta a comienzos del siglo XX por On Jose Miguel de Barandiaran. Se trata de un dolmen de galería, compuesto por 18 losas. La cubierta, que se encontraba desplazada, fue recolocada. Tras los estudios realizados en su interior los expertos determinaron que los restos humanos localizados en el mismo, indican un mínimo de 27 individuos enterrados. junto a ello se encontraron restos de cerámica, dos punzones y tres puntas de flecha.

Cuenta la leyenda que los últimos gentiles de Aralar vinieron a morir a este precioso monumento. Jentilarri es uno de los 80 monumentos catalogados en la sierra de Aralar, 30 de ellos están enclavados en territorio guipuzcoano, mientras que los otros 50 conjuntos se hallan dentro de la Comunidad Foral.

Desde Olakosaroi a la cima

Desde Zaldibia accederemos hasta el parking de Olakosaroi (452 m.) siguiendo la carretera que nos conduce por diferentes caseríos. Una vez en el parking, cruzaremos el paso canadiense para seguir por la carretera asfaltada que nos conduce hasta los depósitos de agua de la CAF. Allí, una señal vertical nos anuncia el inicio de la calzada de Enirio que seguiremos un kilómetro, más o menos, pasando junto a la fuente de Gaintzola, Gaintzolako iturria. Una señal vertical nos dirigirá hacia Larraitz (5,4 kms), opción que elegiremos para alcanzar nuestro objetivo de esta semana en primer lugar (poste de señalización PR GI-2004). Las enormes hayas nos recuerdan a aquellos hombres gigantescos, los gentiles, que colocaron cada una de las piedras que conforman el puzzle de la calzada. Las vistas son espectaculares con Sarastarri y sus cimas cercanas muy cerca. Siguiendo el sendero marcado por el paso del ganado y los senderistas alcanzamos la borda Almitzeta. Detrás podemos ver Ausa Gaztelu.

Seguimos ascendiendo guiados por las marcas blancas rojas y amarillas tras superar una verja metálica hasta el collado de Errekonta. Una vez allí, debemos emprender el ascenso pronunciado hasta la cima de Ausa Gaztelu. Toca sudar un rato, pero las vistas merecen la pena. Regresamos por la misma zona para descender hasta el collado y seguir por la loma hacia la langa de Ataburu, siguiendo por la senda de Goroskintxu. Seguimos un camino semiescondido por la abundante hierba hasta ver Pikueta y Sarastarri detrás. Recuperamos las marcas de pintura que no conducen por otro sendero estrecho hasta un poste de señalización. Desde allí nos acercamos hasta Jentilarri, siguiendo la dirección Uidiu-Lizarrusti. Un nutrido grupo de vacas y yeguas pastan en el precioso valle de Arraztaran.

Una vez de haber alcanzado el monumento megalítico para regresar hasta las bordas. En Esnaurreta II, el veterano pastor Jose Antonio Murua Maiz nos permite llenar nuestra botella de agua para después dirigirnos a nuestro punto de partida. Las marcas blancas y rojas nos guían hasta alcanzar las bordas de Arrantsaro. A partir de ahí, el camino de piedras bajo las grandes hayas nos llevará hasta el parking de Olakosaroi. Un placer.

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