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La niebla ofrece instantáneas preciosas que hacen que disfrutemos de sierras tan impresinantes como la de Andia.

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La niebla ofrece instantáneas preciosas que hacen que disfrutemos de sierras tan impresinantes como la de Andia. Belauntzaran
Mendira

Aitzorrotz, secretos escondidos en la niebla

Esta cima del cordal de la sierra de Andia desde la que se disfrutan de unas maravillosas vistas preserva magníficos regalos de Amalurra

Viernes, 10 de enero 2025

Laino marismea, según la traduccción realizada por Don José Miguel de Barandiaran, una neblina inundaba la sierra de Andia esta semana. Una niebla que envolvía todo lo que encontraba a su paso, haciendo incluso que desapareciera. Tal vez, como creen los estudiosos, provocó el fin de los gentiles de la zona, quién sabe, pero lo que está claro es que en el caso de las nubes no se ve por ningún lado qué puede ser lo que las hace tan temibles, pero las leyendas recogidas por el experto etnólogo ataundarra hablan del peligro que acompañan a las nubes que con la fuerza de Hodei generan grandes tormentas, rayos, granizo...

Fuera como fuese, el genio del cólera que hace más de medio siglo hizo su aparición en Segura en forma de una neblina, era Lanaide o Lauso (bruma o neblina) como es conocido en zonas de Goierri que es considerada como portadora de 'aide' o 'espíritu', generalmente de carácter maligno y es enviado por el mar.

En esta ocasión, ni Lanaide, ni Lauso, ni Laino marismea fueron duros con nosotras. Hodei tampoco provocó ninguna tormenta, aunque gruesas nubes de diferentes colores aparecían y desaparecían arrastradas por Ipar. La niebla que cubría los llanos de la sierra de Andia nos permitió disfrutar de una estampa totalmente diferente a la que estamos acostumbrados y tanto nos gusta fotografiar, pero nos mostró la belleza de la niebla y los secretos que esconde.

Información mide

  • Acceso Para llegar al puerto de Lizarraga debemos llegar a Arbizu y seguir la NA-7100.

  • Horario Ruta muy sencilla siguiendo la pista de tierra y grava suelta que nos conduce hasta la balsa de Saratsa. Necesario llevar track si no se conoce el entorno.

  • Distancia 6,94 km.

  • Desnivel positivo 285 m.

  • Severidad del medio 2

  • Dificultad orientación 3

  • Dificultad del terreno 2

  • Esfuerzo necesario 2

Secretos bien escondidos, ya que cuando menos esperábamos, el viento del Norte se encargó de barrer el manto gris que nos envolvía para dejarnos ver a numerosas rapaces al lado de la pista que seguíamos para llegar a la cima de esta semana, Aitzorrotz (1.237 m.). Hasta ahí todo era normal, hasta que una de ella lanzó un hueso que sujetaba con sus garras. Volvió al lugar donde cayó, retomando el vuelo a continuación y repitiendo esa misma acción. Un espectáculo natural que nos impresionó sobremanera. Un regalo, poder ver a escasos metros una pareja de quebrantahuesos que marcaron su baile en el aire, ignorándonos en todo momento, aunque atenta a nuestros movimientos en el intento de acercarnos hasta las rapaces.

Unas aves que destacan por el plumaje de su pecho y cabeza y que según las fuentes consultadas (Elosegui, 1985), «pueden alcanzar una envergadura de 2,80 m y llegar a pesar 7 kg. Sus alas son largas y estrechas, con frecuencia acodadas. La cola es larga y apuntada. Los ojos tienen el iris rojo y las patas son muy cortas. El plumaje es muy oscuro en su fase juvenil aclarándose hasta obtener el de adulto, cuyo dorso y alas son de color pizarra con reflejos blancos, y la cabeza y las regiones inferiores blanco-rojizas. Al observarlo de cerca y posado, se puede apreciar una especie de collar negro que destaca sobre las plumas blancas rojizas del pecho y vientre».

Menhir de Sarasako Sakana, gran tesoro megalítico. Belauntzaran

Estas aves gustan de vivir en grandes sistemas montañosos, abruptos y con cavidades, cuevas y cantiles donde nidificar. «Son aves carroñeras, necrófagas (comen animales muertos) que se alimenta principalmente de carcasas de huesos de mamíferos. Busca el alimento volando muy cerca del suelo. Rompe los huesos dejándolos caer sobre superficies rocosas». De esta costumbre viene su nombre.

El quebrantahuesos ya ocupa en Navarra nueve territorios de cría. Entre ellos se encuentra la sierra de Aralar, a escasos kilómetros de Andia. En verano de 2024, la conocida sierra navarra fue escenario del primer vuelo de un pollo de buitre quebrantahuesos, en un territorio donde hace cinco años se asentó una pareja de esta especie en serio riesgo de extinción, aunque hasta ahora no había conseguido que alguno de sus pollos llegara a sobrevivir.

Según los datos aportados por el Gobierno de Navarra, en el verano de 2012, apareció un quebrantahuesos bien individualizado marcado con bandas alares 'Kiriku'. «Este ejemplar había sido ya un visitante de paso cuando fue subadulto y conocía ya la sierra. Esta vez vino para quedarse y se territorializó en Aralar». Los años posteriores 'Kiriku' regentó el territorio solo, aunque a veces se le vio acompañado con alguno de los escasos individuos que visitaban estos enclaves. «Kiriku es un macho nacido en 2006 en el territorio de Arbaiun, en 2017 se emparejó, esta vez formando un trío cooperativo con otro macho (un ejemplar adulto sin marcas que no se había detectado hasta ese momento) y una hembra, Muel, marcada en Aragón en 2016 a la edad de 6 años. En la temporada 2019, la hembra realizó la primera puesta, que fracasó durante la incubación. Esta última temporada el pollo llegó a nacer, sin embargo, un derrumbe del nido impidió que pudiera llegar a volar».

La pareja de quebrantahuesos de Aralar había realizado varias puestas en los últimos años, pero solo llegó a nacer un pollo en 2022, que murió por una infección antes de saltar del nido. Sin embargo, a principios del mes de julio, otro joven ejemplar sí ha conseguido volar. «Si sobrevive, pasará unos meses con la pareja progenitora y, posteriormente, iniciará un período de dispersión en el que recorrerá buena parte del Pirineo u otros macizos montañosos. Pasarán entre 5 y siete años hasta que alcance su madurez sexual, momento en el que buscará un territorio propio, posiblemente cerca de Aralar, donde establecerse y poder continuar la expansión de la especie hacia el Oeste».

Paseo entre pastos y rocas

La ruta desde el puerto de Lizarraga hasta la cima de Aitzorrotz (1.237 m.) es sencilla y se puede realizar siguiendo la pista que atraviesa la zona de pastos o en el caso de tener buen tiempo, visitando los picos que conforman la fortaleza natural que limita la sierra de Andia hacia el valle de Sakana. La primera cima que encontramos en nuestro camino a la izquierda es Tunelgaina (1.188 m.). Unos metros después, se encuentra el ojo de Saratsa que anuncia la presencia de esta cima de 1.210 metros de altitud. A continuación se encuentra el monte Aitzorrotz.

Optamos por seguir por la pista de tierra mientras alcanzamos el menhir de Sarasako sakana. Es muy evidente su presencia desde la pista por encontrarse a corta distancia de la misma. Se trata de un monolito tumbado y fragmentado en la base que, según los expertos, tiene un cierto aspecto antropomorfo y pudo estar erguido, alcanzado una envergadura considerable, ya que cuenta con 3,60 m de altura, 0,95 m de anchura y 0,65 m de grosor.

Otro de los atractivos de la zona son las balsas de agua utilizadas por el ganado que en estas fechas lucen al encontrarse repletas. A un kilómetro más o menos, tras superar una pequeña loma y siguiendo la alambrada, alcanzamos la cima de Aitzorrotz. No podemos disfrutar de las vistas, es obvio, pero el paseo se ha visto compensado con el que Amalurra nos ha querido recompensar.

Regresamos desandando el camino que hemos seguido de manera tranquila, mientras se abren algunos claros y podemos disfrutar de las vistas de Ihurbain junto a Beriain, en el que Laino marismea tiene abierto otro frente.

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