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En la cima, en los restos del castillo, se encuentra una mesa con información del antiguo baluarte

Aitxita. La fortaleza de las Dos Hermanas

Los restos de este castillo coronan la montaña de roca antes de llegar a Irurtzun. Sus vistas impresionan y su historia nos encanta

Viernes, 22 de abril 2022

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Silenciosos. Impresionantes. Un grupo de buitres leonados sobrevuela los alrededores del valle navarro de Arakil, en busca de cualquier carroña que llevarse al estómago. Es época de cría y su cometido se duplica, ya que además de asegurarse su alimento deben saciar a sus vástagos y para ello son capaces de realizar largos recorridos en busca del preciado bocado o soportar horas de vuelos. Impresionan porque su envergadura alar puede ser de hasta 260 cm. De hecho, sus alas parecen tablas, mientras el viento les azota, aunque permanecen impasibles en su espacio, marcando esos círculos casi perfectos. Siendo perfectos planeadores natos, apenas baten sus alas, ganando altura rápidamente con solo imperceptibles movimientos de la cola. La estampa es preciosa desde Aitxita, mientras las grandes aves giran en el aire ajenos a nuestra existencia, muestran su señorío y continúan en un silencio su labor.

Aitxita, o la parte alta de la mole derecha de las Dos Hermanas de Irurtzun, nos ofrece una perspectiva increíble de Irurtzun y todo el valle de Arakil. Sobre él, Erga y su ermita de la Trinidad. Txurregi y toda la línea de Beriain con San Donato, allí a lo lejos. Imponente. A la derecha Larrazpil y toda la ladera grisácea y verdosa que hasta donde alcanza nuestra vista nos permite imaginar la ubicación del santuario de San Miguel de Aralar. A nuestros pies el río Larraun que avanza con fuerza desde su nacimiento en Iribas, nutriéndose de los riachuelos que llegan hasta él con las abundantes lluvias que han caído esta semana.

Restos del castillo

Un lugar con una belleza especial al que nos hemos acercado en esta ocasión con el propósito de conocer un bonito rincón de Navarra con mucha historia y una belleza natural que abruma en este momento, en el que los hayas se llenan de hojas con un verde fosforito que destaca aún más si cabe, en contraste con el gris casi blanquecino de la piedra caliza que forma la mole de Aitxita.

Aitxita es conocida por albergar en su zona alta uno de los castillos del reino de Navarra cuya situación estratégica tenía como objetivo salvaguardar la seguridad del reino, ante la amenaza constante de la entrada de los castellanos al mismo. Según indican los paneles informativos que se encuentran junto a los restos del castillo recientes excavaciones realizadas en la zona señalan que la fortaleza navarra estuvo ocupada entre los siglos X y XVI. La primera mención que se recoge en un documento escrito data del año 1201 cuando el rey Sancho el Fuerte otorgó fueros a varios concejos cercanos al castillo de Aitxita. La fortaleza navarra fue destruida por orden del rey castellano Fernando el Católico en 1512, tras la conquista de Navarra.

Hoy en día, tras los trabajos de recuperación llevados a cabo por los ayuntamientos de Arakil e Irurtzun, podemos observar varias paredes que nos localizan diferentes habitáculos de su fortaleza. Así, en la parte superior del castillo, que se componía de varios niveles, se puede observar la parte principal de la fortaleza, con el torreón, así como el aljibe y una vivienda dentro de un pequeño cerco amurallado. Según los expertos, para hacer el castillo más inexpugnable la puerta de acceso se situaba en la parte más enriscada de la peña.

En un nivel inferior, junto a la puerta de acceso principal a la fortaleza, se encontraban dos pequeñas viviendas de madera que servían de refugio a los guardianes de la fortaleza. La defensa de este, según los estudiosos, comenzaba en este punto y en el caso de que los atacantes lo superaran, sus habitantes acudían a la zona alta del mismo.

Imagen.

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Imagen. E. B.

Información MIDE

  • Acceso: Siguiendo la A-15 o autovía de Leitzaran llegar hasta Irurtzun y después tomar la salida que nos conduce a Etxeberri

  • Horario: El paseo desde Etxeberri pasando por la cima de Aitxita ronda las dos horas y media. No presenta gran dificultad física, pero requiere cuidado en la zona alta

  • Distancia: 7 kilómetros.

  • Desnivel el positivo: 333 metros.

  • Severida del medio: 2

  • Dificultad de orientación: 2

  • Dificultad del terreno: 2

  • Esfuerzo necesario: 2

El aljibe es otro de los espacios perfectamente identificables entre los restos del castillo de Aitxita. Según queda reflejado en una de las placas informativas que se encuentran en la zona del castillo, su capacidad era de 12.000 litros de agua con la que podía mantener a una guarnición de diez personas. Para construirlo primero se labró la roca y después las paredes de cierre, además de una pequeña puerta para facilitar el acceso desde el exterior. Una vez realizada esta obra, se lucieron las paredes con una fina capa de argamasa para mejorar la estanqueidad. También poseía un sistema de polea y cubo para extraer el agua desde la parte superior. El aljibe se nutría de agua de la lluvia que se recogía de los tejados de las construcciones y llegaba hasta el mismo depósito gracias a un sistema de conductos de madera que vertía el preciado líquido a través de unos orificios verte aguas, de los cuales queda uno, como una pequeña ventana junto a la puerta. De esta manera los habitantes del castillo de Aitxita disponían de agua para sobrevivir en él.

Desde Etxeberri

Una joya en la historia del reino navarro que descubrimos en un paseo que realizamos desde Etxeberri (475 m), una pequeña localidad junto a Irurtzun hasta el que es fácil acceder por la A-15. En el comienzo de la ruta de Aitxita (S.L.-NA 131) nos encontramos unos paneles informativos y señales que nos llevan sin pérdida hasta la cima y nos conducen a completar el recorrido.

Seguimos una pista cementada que nos conduce ganando altura hasta una puerta metálica junto a la que se encuentra el pequeño cementerio. Poco a poco, guiados por las marcas blancas y verdes avanzamos alcanzando cierta altura. El paseo es tranquilo entre zonas boscosas hasta que llegamos a un pequeño sendero que nos conduce a un collado (610 m), donde apreciamos una palomera.

Durante todo el trayecto nos encontramos diferentes indicaciones además de las marcas de pintura. Para acceder al castillo, debemos salir de la ruta de Aitxita y seguir otro nuevo sendero que parte desde una señal metálica que menta al castillo de Aitxita. De manera tranquila comenzamos la subida que nos conduce directamente hasta la fortaleza. En el camino, disfrutamos de las vistas, mientras nos encontramos con otros puestos palomeros. En frente, Erga nos observa mientras avanzamos superando una pendiente algo más exigente tanto por el desnivel como por el terreno, algo más peligroso en la zona alta. De hecho, en algunos tramos del mismo, ya junto a los restos del castillo, nos encontramos con algunas barandas metálicas que nos ayudan a alcanzar la zona alta de la fortaleza. Desde allí, disfrutamos de las inmejorables vistas.

Regresamos por el mismo camino que nos ha conducido a Aitxita y seguimos las marcas verdes y blancas que nos conducen por un bosque de pinos en el que los hayas se apoderan del terreno. Poco a poco completamos la circular de Aitxita, pasando por debajo de la pared de la Dos Hermanas que lo alberga. En ella observamos dos escaladores que intentan superarla.

El sendero nos conduce hasta nuestro punto de partida, Etxeberri. Un bonito paseo

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