«Vendremos en familia hasta que los nietos se casen»
Pamplona disfrutó en domingo de su día grande, una jornada a la que se sumaron muchos guipuzcoanos
Nidia González
Lunes, 8 de julio 2024, 02:00
Y otro año más llegó el ansiado 7 de julio, que este 2024 bisiesto ha caído en domingo, convirtiendo el día de San Fermín en una jornada especialmente multitudinaria. La fiesta y la devoción se hicieron con las abarrotadas calles de Pamplona, a las que también se acercaron decenas de guipuzcoanos. Como los Pagola, que habían llegado desde Oiartzun. «Se ha vuelto una tradición venir todos los años a la capital pamplonesa en familia», comentaban mientras se disponían a ver la tradicional procesión de San Fermín. Estos guipuzcoanos se sienten «unos afortunados» ya que cuentan con una vivienda en la capital navarra, lo que les permite el privilegio de ver los encierros desde el balcón. Pero son de madrugar y antes de ver a los mozos correr delante de los toros suelen salir a comprar chocolate y churros y así empezar el día con energía. Este domingo completaron el ritual de todos los años y acudieron juntos, en familia, a ver la procesión de San Lorenzo. Todos los años se juntan los hijos, yernos, nueras y nietos. «No dejaremos de reunirnos hasta que los nietos y las nietas se echen novio», bromeaba el abuelo de la saga. «Disfrutaremos hasta que el cuerpo aguante», se oía entre los Pagola.
Entre algunos juerguistas nocturnos que seguían aún en la calle y a quienes delataba el color de sus pantalones y camisetas ya no tan blancas, se encontraba un grupo de amigos de Irun. «Nunca habíamos visto la procesión», comentan Amaia y Eva, refiriéndose a este momento tan emocionante para los pamploneses. En la capital navarra no hay ni una sola iglesia dedicada al santo, por lo que su imagen descansa en una capilla con su nombre dentro de la iglesia de San Lorenzo. Desde allí, la figura salió en procesión junto al Cuerpo de Ciudad de Pamplona, una corporación municipal formada por el alcalde y los concejales vestidos de gala. A la comitiva le acompañaban los gigantes y cabezudos, dantzaris, txistularis y la banda La Pamplonesa.
Las claves
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Cuadrilla de Irun «Venimos a pasar dos día, a disfrutar de los toros, el almuercico, los conciertos...»
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Desde Baiona «Las noches sin fin han quedado en el recuerdo, ahora nos toca madrugar para venir con los niños»
El grupo irunés tenía previsto pasar dos días en los Sanfermines, con el plan bien organizado: «Almuercicos con sidra y vino, entradas para los toros, y disfrutar de los conciertos de la noche».
El día de San Fermín reunió a muchas familias, como a los salmantinos Del Arco, un matrimonio con sus dos hijos que aguardaban impacientes la llegada de los «cabezudos y gigantes» para los más pequeños. Visitan Pamplona en Sanfermines desde que nacieron los niños. «Nos gusta ver salir a los toros», decían con una sonrisa tímida dejando entrever ilusión con la que esperan la llegada de estas fechas todos los años. «Hoy se les han pegado las sábanas, pero han ido corriendo a la televisión a ver el encierro en la repetición», explicaban los padres.
De padres a hijos
Desde Baiona habían ido en coche a pasar el domingo la familia Puigserver, que realizaron el recorrido junto a la procesión por primera vez junto a sus dos hijos. «Nos hacía ilusión celebrar estas fiestas con nuestros hijos. Antes veníamos solos y ahora se viven de otra manera, los planes y los horarios cambian. Nos toca madrugar y las noches sin fin se han quedado en el recuerdo», comentaba la pareja con cierta nostalgia. De noche o de día, Pamplona siempre es una fiesta para todos, «y no dejaremos de venir».
Como los Puigserver, muchos franceses se han desplazado el fin de semana a la capital navarra, a tenor de la cantidad de francés que se oía por sus calles, una suerte de torre de babel que daba buena cuenta del sinfín de nacionalidades que congrega esta fiesta.
Aunque muchos eran de bien cerquita. Del mismo Pamplona. Sara, Izaskun, Alfonso y sus dos hijos estaban desde primera hora en la Plaza de la Constitución disfrutando del primer desayuno, como no podía ser de otra manera «chocolate con churros». «Ahora estamos esperando a los amigos que vienen del pueblo, nos juntamos para ver los gigantes y luego vamos tomar el vermú. La comida la hacemos en casa, y así aprovechamos a echar la siesta porque luego hay que aguantar lo que queda del día», comentan entre risas los mayores, que estarán acompañados de los pequeños hasta que quieran ir casa porque «toda la familia sale a disfrutar de las fiestas y no hay nadie con quien dejarles».
El matrimonio formado por los jóvenes Alicia y Adrián sigue disfrutando de las tradiciones familiares, ahora con sus dos pequeños de 1 y 3 años. «Este año lo estamos disfrutando más, los niños son más conscientes», comentaba la madre mientras se acercaban los gigantes y cabezudos con la algarabía que les acompaña habitualmente. «Ya no tengo miedo», decía el hijo mayor, a la vez que salía corriendo hacia los brazos de sus madre.
Días de emoción
Ver a San Fermín y acercarse hasta la catedral es «imprescindible», y «salir todos los días por la capital» es lo que llevan haciendo dos matrimonio de Pamplona, amigos de toda la vida, María Jesús y Fernando junto a María Jesús y Alberto. «Todos los días nos reunimos con amigos y disfrutamos de nuestras fiestas», comentaba el matrimonio, que esperaba visiblemente emocionado la salida de su santo y así dar inicio a unas fiestas que «representan el al alma de los pamploneses».
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