Túneles por adaptar y un peaje proyectado para camiones

De todos es conocido que la inversión en una infraestructura no se limita al dinero que se gasta en su construcción. A medida que el uso va deteriorando la carretera es necesario invertir en mantenimiento, además de en mejoras de seguridad, señalización, planes invernales... De ahí que las administraciones estén tratando de impulsar en los últimos años el 'pago por uso' tan denostado por los transportistas y que, en el caso de la Diputación de Gipuzkoa, se ha resuelto con dos sentencias desfavorables a sus peajes para camiones en la N-I y la A-15 en dos años –el último fallo del Superior vasco se ha conocido esta misma semana–.

Sin embargo, la necesidad de invertir cada año varios millones en el mantenimiento de estas vía han propiciado que algunas administraciones, sobre todo la Diputación de Gipuzkoa, consideren que no hay otra opción para financiar esos trabajos que el establecer peajes en dichas carreteras. Una idea que en las últimas semanas el Gobierno de Navarra también ha avanzado que se encuentra estudiando.

El Ejecutivo foral contempla implementar un peaje para camiones en cinco vías de alta capacidad de la comunidad. Se trata de la A-10 (autovía de Sakana), la A-15, la N-121-A, la A-1 o la N-I, entre Ziordia y Etzegarate. Según sus cálculos, con la implementación de esos cánones, podrían ingresar alrededor de 45 millones de euros al año, más otros seis de IVA.

Parte de esa recaudación la destinarían a adaptar los túneles de Almandoz y Belate a las exigencias de la normativa de seguridad de la Unión Europea.

En esa situación se encuentran también tres túneles en el tramo de la A-15 en Gipuzkoa. La Diputación de Gipuzkoa tiene un plan para tener listos los túneles de Belabieta, Oindolar y Gorosmendi para 2023 y evitar así una sanción de la UE por hacerlo fuera de plazo (debían estar listos en 2019). El presupuesto asciende a 48 millones de euros.