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Jóvenes de Mali, esta semana en el barrio de Amara Berri de Donostia. ARIZMENDI

La travesía para recibir asilo en Gipuzkoa

Las decenas de migrantes que viven en la calle en Donostia se topan con el difícil acceso a un sistema «saturado» cuyos plazos se dilatan según el caso

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Domingo, 13 de julio 2025, 02:00

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Un mes, dos..., hasta tres meses con sus días y sus noches llevan viviendo en la calle las decenas de migrantes subsaharianos llegados a San Sebastián en busca de que el Gobierno central les otorgue protección internacional o asilo. La inmensa mayoría proceden de Mali, de donde debieron huir hace uno, dos, tres o incluso cuatro años, como consecuencia de la guerra civil que asola el país del oeste de África. Aparentemente, reunirían los requisitos para recibir al menos una protección subsidiaria que, entre otros, les conceda derechos básicos como el de residencia o acceso a un trabajo, a una educación o una asistencia sanitaria. Pero se encuentran con un problema que «también se está dando en otras ciudades del país, no solo en San Sebastián: hay cierto colapso en el sistema y, aunque se está intentando acelerar, requiere su tiempo», reconocen en la oficina de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en el barrio de Amara Berri. En los alrededores de esta sede, en la plaza de las Cofradías Donostiarras, se ha formado este asentamiento de alrededor de 60 hombres, en su mayoría entre 22 y 35 años, que están en Donostia con lo puesto.

Por su cercanía con la frontera con Francia, de donde han llegado muchos de estos malienses al no poder obtener protección en el país galo –el Tratado de Dublín establece que las personas que busquen asilo deben solicitarlo en el estado de entrada a la Unión Europea–, Donostia es la ciudad vasca donde ha aflorado esta alta presencia de solicitantes de protección, aunque «también ha llegado alguno a Vitoria», precisa Javier Canivell, director de Zehar Errefuxiatuekin.

«Para la primera entrevista con la Policía en San Sebastián se están dando citas para septiembre y octubre»

Javier Canivell

Director Zehar Errefuxiatuekin

Salvo en situaciones excepcionales, como cuando en la primavera de 2022 las instituciones se volcaron para facilitar la protección a los miles de refugiados llegados de Ucrania, el proceso para acceder al sistema de asilo y protección internacional es farragoso. De entrada, es complicado conseguir la primera cita para solicitar la documentación a completar. Debe hacerse en las dependencias de la Policía Nacional, que es la que se ocupa de la posterior tramitación.

La cita telefónica

Curiosamente, en cada territorio histórico el procedimiento para obtener cita es diferente. «En Bilbao, se deja en la comisaría una fotocopia del pasaporte –quien lo tenga— y un número de teléfono al que ellos un día te llamarán. En Gasteiz se hace electrónicamente, con lo cual la página web suele esta estar bloqueada o sin citas un montón de tiempo. En Donostia, una tarde a la semana se abre la línea telefónica, y ahí tienes que tener la suerte de llamar y atinar para que te cojan el teléfono», explica Canivell.

Según fuentes conocedoras del sistema, la apertura telefónica suele darse los lunes por la tarde durante unas dos horas. «Ahí dan las citas para toda la semana. Si no lo consigues, pues no queda otra que intentarlo la semana siguiente». No hay, o no se cree que hay, un número concreto de citas. «Pueden ser doce, dieciséis...». Pero no son 50 ni 100.

En el día D y la hora H obtenidos por teléfono, el solicitante irá a la sede policial a recoger la documentación pertinente, el Manifiesto de Voluntades. «Con ese mismo documento les facilitan una cita para formalizar el asunto, que es una entrevista en Policía para conocer los motivos de la solicitud», detallan desde CEAR. «Para esta entrevista –añaden–, ahora mismo se están dando citas para septiembre y octubre».

«Lo de Donostia pasa en otras ciudades; hay cierto colapso en el sistema y, aunque se intenta acelerar, requiere su tiempo»

CEAR

Comisión de ayuda al refugiado

Entre una cita y otra, la persona interesada es reconocida como solicitante de protección y tendrá derecho a acceder a una plaza residencial si carece de recursos, así como asistencia sanitaria y jurídica, aunque CEAR la está brindando desde el primer momento en que alguien la solicita. «Nosotras les asesoramos antes incluso de que tengan el manifiesto de voluntades, porque necesitan ayuda para conocer los trámites, obtener cita...».

Plazos

Luego, esa entrevista personal supone la formalización de la solicitud. Durante el tiempo en el que se instruye su expediente, el postulante no puede ser expulsado ni devuelto a su país de origen. Asimismo, puede optar a una formación o a un empleo a partir de los seis meses desde la entrevista.

Cada expediente, con toda su documentación complementaria, «se envía a Madrid a la Oficina de Asilo y Refugio, dependiente del Ministerio del Interior. Una vez instruido, pasa a la Comisión Interministerial de Asilo y Refugio, que es un órgano que se reúne mensualmente. De aquí sale la propuesta de resolución, que da lugar a la firma de resolución por parte del Ministerio del Interior o su sustituto legal para estos efectos», aclara Canivell.

Tanto en CEAR como en Zehar coinciden en que hablar de plazos de resolución «es complicado» porque «cada país tiene unos plazos, cada momento también tiene unos plazos, cada caso es único...», zanja Canivell. ¿Podría demorarse un año? «Sí, puede pasar un tiempo considerable».

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