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Una marca de arroz basmati, con el precio 'congelado' en un supermercado de Hendaia. FOTOS ARIZMENDI
Subida de precios

El tope de precios en Francia hace que la compra sea un 22,5% más barata que en Gipuzkoa

La misma lista de la compra en el mismo súper de una cadena es 10 euros más cara a este lado de la muga que en Hendaia, después de que en el el país vecino se hayan congelado los precios de los alimentos

Jueves, 16 de marzo 2023, 06:42

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Quizá no sea tan extraño ver en los próximos días a guipuzcoanos cruzando la muga, como hace varias décadas, para llenar el carro de yogures y otros productos. El tope de los alimentos básicos acordado por el Gobierno francés y los supermercados galos ha provocado que el coste de la cesta de la compra sea un 22,5% más barata, como ha comprobado este periódico. DV visita dos supermercados de la misma cadena ubicados en Hendaia y en Oiartzun para comparar precios en una lista básica de la compra compuesta por 18 productos, en su mayoría de marca propia. Al pasar por caja, la diferencia entre ambos supermercados es de casi 10 euros y la compra hecha en Francia es la que, sorprendentemente, sale un 22,5% más barata.

Las grandes cadenas galas han acordado limitar los precios de los alimentos y desde ayer comenzaron a colocar los distintivos en cerca de 200 productos, como yogures, pasta, frutas y verduras, detergente o pañales. Hasta el mes de junio se ofrecerán una serie de productos con el precio 'congelado'. El objetivo es amortiguar la inflación, que no para de subir.

Entramos en el supermercado a primera hora de la mañana y las dependientas se encuentran colocando los carteles que avisan a los clientes: 'Prix bloqués. Défi antiinflation' (Precios bloqueados. Reto antiinflación). Empezamos por el pan, un básico. Sin embargo, observamos que no entra en la lista porque no luce este distintivo. Lo sustituimos por una bolsa de panecillos crujientes, que nos cuesta 0,99 euros frente a los 1,25 euros que pagamos después en Oiartzun, por exactamente el mismo producto. Continuamos por la fruta. Están rebajados los limones, las mandarinas y las bananas. Cogemos 1 kilo de las primeras y nos dejamos 0,99 euros frente a los 2,62 euros que desembolsamos al cruzar la muga. Con las bananas, más de lo mismo: 0,99 euros frente a 1,18 euros. La diferencia es bastante evidente en una y otra superficie y el ahorro se va notando en el ticket -llevamos ya dos euros ahorrados en 4 productos-.

Cabe decir que la oferta de artículos antiinflación es bastante limitada en cuanto a surtido y marcas.

Así, en los arroces tan solo está señalizado un basmati, que tiene un precio de casi 5 euros. En la sección de pastas ocurre algo similar: solo nos deja escoger un tipo de espaguetis de toda la variedad de pastas. Aún así, el precio también es más barato en el supermercado francés que en el guipuzcoano: 1,15 frente a 1,99.

Pasamos a la sección de los embutidos y pagamos 1,99 euros frente a los 3,15 euros, un 58% más caro. El café y los yogures -de la misma marca- también salen más baratos.

Refrescos y chocolates

Avanzamos por los pasillos y vemos los refrescos, la tónica, las patatas fritas y los chocolates con el distintivo antiinflación. Sorprende que los huevos no lo tengan, tampoco el pan, considerados productos básicos. En este sentido, el pacto permite que cada cadena tenga la libertad para definir su propia lista de productos asequibles y también para fijar su precio.

Los productos de limpieza e higiene también se dejan notar en el bolsillo. El paquete de salvaslip de 70 unidades cuesta casi un euro más en el supermercado guipuzcoano; el detergente, 0,44 euros más; y los mismos pañales, otros 0,66 euros.

No encontramos la misma marca de leche, cereales de chocolate y de papel higiénico, pero elegimos en todos el precio más barato en el súper guipuzcoano. Nos acercamos a la caja y pedimos una bolsa para guardar la compra. En este caso, es cuatro céntimos más cara en Francia.

Imagen -

Es hora de sacar la cartera y hacer cuentas. La hora de la verdad. La cajera nos indica en francés el importe total: 36,50 euros. En Oiartzun, el ticket asciende hasta los 47,11 euros, una diferencia de hasta 10,61 euros, si bien hay que tener en cuenta que algunos de los productos adquiridos, a pesar de ser de la misma marca, no estaban disponibles en las mismas cantidades por lo que, haciendo los respectivos cálculos, la diferencia alcanza los 9,72 euros aproximadamente.

Y para ser más exactos aún, si quitamos la leche, el papel higiénico y los cereales -que no eran de la misma marca-, el total pagado en Francia hubiera sido de 29,64 euros y en Gipuzkoa, de 39,36 euros. Diez euros igualmente 0de diferencia. Un factor evidente a tener en cuenta es el gasto en desplazamiento, con el precio del carburante por las nubes, que ya es otro cantar.

La medida llevada a cabo por Francia y los supermercados para contener la inflación es algo que no se plantea de momento a este lado de la muga, donde el IPC de los alimentos se situó en febrero en el 16,6% (14,5% en Francia).

Momentos de la compra.
Imagen principal - Momentos de la compra.
Imagen secundaria 1 - Momentos de la compra.
Imagen secundaria 2 - Momentos de la compra.

A pesar de la rebaja del IVA del 10% al 5% y el cheque de 200 euros para familias vulnerables, cada vez cuesta más llenar la despensa. La inflación lleva más de un año haciendo mella en los hogares y el coste de los alimentos está reduciendo el poder adquisitivo de muchas familias, que están modificando sus hábitos de consumo, con una mayor preferencia por las marcas blancas, carros más vacíos y tickets de menor importe, además de alimentos menos saludables.

Según la última encuesta de la OCU sobre la carestía de la vida y los cambios de consumo, 3 de cada 10 usuarios comen menos carne o pescado; un 18% menos fruta y vegetales, y 2 de cada 3 compran productos en oferta o más marcas blancas.

De la rebaja en un millar de productos a la reducción del precio de coste

Con el IPC por las nubes y las familias muy atentas a la evolución de los precios de los alimentos, las cadenas de supermercados que operan en Gipuzkoa han puesto en marcha ya una serie de campañas para tratar de atenuar la cesta de la compra y que sirva de alivio para los bolsillos de las familias. El primero en hacerlo ha sido Eroski, que desde ayer ha puesto en marcha una ofensiva comercial que ha bautizado como 'la cesta que enamora' y que, básicamente, consiste en poner a disposición de los clientes más de 1.000 productos básicos a precios reducidos. «Las personas consumidoras podrán acceder a una cesta de productos muy completa, saludable y variada, a precios muy competitivos», aseguran desde la cooperativa vasca.

La cesta incluye más de mil productos, el 52% de los cuales son de categorías de consumo diario o semanal como lácteos, verduras, frutas, aceite, arroz, pastas, legumbres, frutos secos o pescado. Incorpora, además, un 20% de productos para el cuidado personal y del hogar y se completa con productos de consumo recomendado ocasional como galletas, embutidos o chocolate.

No ha sido la única cadena que ha decidido romper la baraja. Desde Uvesco aseguran que este año han incrementado un 20% la actividad promocional, enfocando las ofertas especiales en los frescos. Por su parte, desde Mercadona se persigue la bajada de precios de coste para abaratar los precios de venta al público, «garantizando máxima calidad y la rentabilidad del sector primario y los proveedores. Seguimos trabajando para ofrecer máxima calidad al mínimo precio posible», aseguran fuentes de la compañía. En lo que va de mes, esa reducción del precio se ha aplicado en más de 150 productos. Un ejemplo claro de ello es el aceite de girasol, que ha bajado de 2,15€ a 1,95€.

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