La piscifactoría del Bidasoa
Salmón ·
De la instalación de Oronoz-Mugairi salen cada año más de 100.000 ejemplares, de los que un centenar regresará a desovar al río, donde el 1 de mayo arranca la campaña de pescaALICIA DEL CASTILLO
Miércoles, 20 de abril 2022, 06:35
Gabriel y Eduardo Salaberri trabajan todo el año con los salmones del Bidasoa. Hasta su piscifactoría en la localidad baztandarra de Oronoz-Mugairi se traen todos los años unos cuantos ejemplares de machos y hembras, algunos donados por los pescadores durante la temporada de pesca –de mayo a julio, aproximadamente– y otros, capturados en la estación de control de Bera-Lesaka cuando comienzan a remontar el río fronterizo para desovar y completar su ciclo vital –entre octubre y diciembre–.
Tras el desove, que en esta instalación baztandarra se realiza de forma manual, se cuidan los huevos de los que nacerán los esguines con los que se repuebla el Bidasoa. Los machos mueren tras desovar, pero en la piscifactoría llevan años recuperando a las hembras.
«No hemos conseguido mantener vivos a los machos, pero se sabe que de forma natural algunos consiguen volver de nuevo al mar y completar otro ciclo completo, pero con las hembras sí se tienen buenos resultados», explica Eduardo.
Vuelven a comer
Lo consiguen, pero con mucha paciencia. Todas las semanas dan a los ejemplares baños de agua con sal y poco a poco, a medida que llega la primavera, intentan que vuelvan a comer. «Porque el salmón deja de comer cuando entra en el río, que es algo que muchas personas desconocen. Solamente vuelve a comer cuando regresa, y si es que consigue regresar, al mar».
Su labor para incentivar la nutrición dura semanas. Primero lo intentan con pequeños chipirones y con una especie de albóndigas que preparan con los propios calamares, langostinos, verdeles, pienso y vitaminas. «A los salmones les cuesta bastante comenzar a comer, y unos lo hacen antes que otros», cuenta. «Este año hay tres hembras que ya aceptan la comida, pero a una cuarta le está costando más». Les alimentan dos veces al día, por la mañana y por la tarde. Llama la atención el volumen que han perdido tras el desove, ya que, tras meses sin comer, han perdido también toda la grasa. «Pero el cambio de aquí a sanfermines es importante. Van ganado peso y poco a poco se recuperan. Luego volverán a dejar de comer y se irán preparando para el desove, en enero, aproximadamente», cuenta. Han tenido algún ejemplar que ha completado el ciclo hasta en cinco ocasiones, pero no es lo habitual.
Cada año salen de la piscifactoría de Oronoz-Mugairi entre 100.000 y 150.000 salmones. Parece una cantidad considerable, pero los estudios dicen que tras llegar al mar, donde viven unos dos años, conseguirán regresar al río, solo uno de cada 1.000.
El 1 de mayo se levanta la veda
Este año, la temporada de pesca de salmón en el río Bidasoa estará abierta desde el 1 de mayo al 31 de julio (ambos días incluidos), aunque también podría cerrarse antes. Ya que la temporada se dará por terminada en el momento en que se capture el ejemplar número 51.
En la normativa se hace la distinción entre los salmones de un año y los denominados multi-invierno, aquellos que pasan más de un año en el mar, los más grandes (así se considera todo ejemplar cuya talla supere o sea igual a 70 centímetros). Dentro del cupo total establecido y teniendo en cuenta la necesidad de mantener un equilibrio en la población de salmones, se calcula que el número total máximo de salmones multi-invierno a capturar sea de dieciséis.
Además, y como medida de protección, se establece que a partir del día siguiente a que se capture el 80% de la cifra mencionada, es decir, el multi-invierno número 13 (descontando aquellos donados al Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra según el programa de apadrinamiento), se establece una veda de siete días, transcurridos los cuales se reanudará la pesca del salmón.
El año pasado, la temporada se cerró con tan solo 29 ejemplares capturados. El poco caudal del río ese año pudo ser una de las causas para que el número fuera sido menor que otros años. En mayo se capturaron 7 salmones, 8 en junio y 14 en julio. Dos de los salmones capturados fueron donados a la piscifactoría de Oronoz-Mugairi.
Para poder pescar en el tramo salmonero del río Bidasoa, además de la licencia de pesca de Navarra, es necesario disponer de un permiso diario especial, personal e intransferible, que será expedido por el departamento foral, a través de Internet o por teléfono. El cupo máximo es de un salmón por pescador y día. Hay que recordar que en todo caso está prohibida la pesca de los salmones conocidos como 'zancados', es decir, los que han efectuado la reproducción. Para la tenencia, transporte y en su caso venta –solo se permite vender el primero de la temporada, el 'lehenbiziko'–, cada ejemplar debe ir provisto de un certificado de origen, expedido por el Guarderío de Medio Ambiente de la zona. Los salmones pescados pueden ser donados vivos al Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno foral para su uso como reproductores u otros estudios de la especie.
Presente en los ríos de vertiente atlántica desde siglos atrás, las centrales hidroeléctricas, presas, disminución de los caudales y otros muchos factores llevaron a la especie a la casi extinción. En la actualidad y con los datos de los últimos años, regresan al Bidasoa un máximo de 500 ejemplares cada año, que en algunos años baja hasta menos de 300.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión