Consumo

Hasta el 31 para instalar el contador individual o justificar que no ha sido posible por haber existido dificultades

La norma daba inicialmente de plazo hasta el 30 de septiembre de este año para que todos los hogares dispusieran de su medidor particular.

El caramelo que ha supuesto la existencia de una tarifa regulada con la que ahorrarse muchos sustos con las facturas de gas, disparó las solicitudes de instalación de estos lectores individuales a finales del año pasado y comienzos de este, llegando a colapsar el mercado y saturar a los instaladores.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) explica que «ante la evidencia de que son muchas las comunidades que por diferentes razones no han cumplido con este compromiso, el Ministerio ha concedido un nuevo plazo, hasta el 31 de octubre de 2023, para que envíen una declaración responsable explicando que han experimentado dificultades de naturaleza técnica o administrativa que les han hecho imposible cumplir con ese plazo».

Esto es, se abre la posibilidad de que, aunque el contador no se haya instalado ya, si se demuestra que el motivo es ajeno a la voluntad de la comunidad, no se perderá el derecho a los descuentos acumulados en la factura del gas. Eso sí, en la misma declaración debe constar el compromiso de que los lectores se colocarán lo antes posible y, como muy tarde, el 30 de septiembre de 2024.

Sonia Prieto, de la empresa donostiarra de instalaciones Araconta, confirma que tras el 'boom' inicial, la demanda es ahora «más moderada», en buena parte porque con el despliegue realizado en el último año cada vez quedan menos inmuebles sin contadores individuales en las viviendas. Aún y todo, el trabajo de los instaladores no cesa y «ahora se están finalizando solicitudes de septiembre», subraya, al tiempo que «expidiendo certificados de próxima instalación» para aquellos clientes que ya tienen contratados los lectores individuales pero serán colocados después del próximo día 31.

Prieto se felicita de que la aprobación de la TUR para comunidades «ha servido para que la mayoría de comunidades pongan al fin aparatos de medición individual para que cada casa pague por lo que efectivamente consume». Confirma en este sentido que «la mayoría de las comunidades de Gipuzkoa se han pasado a la tarifa regulada», si bien apunta que también existen las que «han conseguido mejores precios en comercializadoras del mercado libre, aunque son las menos».

Respecto al efecto que tiene contabilizar los consumos de forma individualizada, no duda de que «cuando se mide y se conoce lo que uno está gastando y la factura se reparte en función del gasto individual, es más fácil adoptar medidas de ahorro energético». De cara al invierno, recuerda que «si uno regula la calefacción en vez de abrir las ventanas, lo va a notar en su bolsillo».