Gipuzkoa nota un bajón en la afluencia de sanfermineros
Menos extranjeros ·
Donostia o Zarautz eran punto de paso habitual para los turistas que iban a Pamplona. Este año las tiendas han vendido menos pañuelicos, pero los alojamientos aguantan el tipoANDER BALANZATEGI
Jueves, 14 de julio 2022, 06:49
Las calles de la Parte Vieja de Donostia se han teñido de blanco y rojo durante las dos primeras semanas de julio con maniquíes vestidos con el uniforme de San Fermín, a la espera de que los donostiarras y, sobre todo, los turistas, entren en las tiendas para comprar el atuendo imprescindible para las fiestas de Pamplona, que hoy celebran su última jornada. Pero este año los comercios locales han visto reducidas las ventas con las que hace unos años hacían el agosto con grupos de jóvenes llegados desde otros países del mundo. Los australianos, por ejemplo, eran clientes habituales que se hospedaban en las pensiones y hostales de la ciudad, algo que se ha reducido de forma notable en este 2022.
En las tiendas de ropa donostiarras el comprador ha sido mayoritariamente local, mientras que en las que venden souvenirs –pero también cuentan con ropa de Sanfermines– los clientes han sido en su mayoría turistas internacionales. Sonia García, responsable de Almacenes La Bretxa, lamenta que las ventas ya no son como en años anteriores al Covid: «El 90% de nuestros clientes son de aquí, no como en otras ocasiones, cuando venían muchos australianos». Este comercio viste los maniquíes con pantalón y camisa blanca con faja y pañuelico rojo en su puerta dos semanas antes de las fiestas. Recuerdan que veranos atrás solían llegar grupos de chavales extranjeros y podía vender hasta 50 pantalones en un día. Esta prenda sigue siendo la más demandada, pero ha cambiado el tipo de cliente. Los locales se imponen a los extranjeros y, además, compran de forma más ocasional. Estos almacenes recogerán los pañuelos hoy, muchos más de los que les gustaría, al mismo tiempo que en Pamplona se entona el 'Pobre de mí'.
Hace algunos veranos solían llegar grupos de jóvenes extranjeros y las tiendas vendían hasta 50 pantalones en un día
En la calle Narrika, también en la Parte Vieja, hay hasta cuatro tiendas con ropa de San Fermín a la venta. Colgada en las puertas y expuesta en el exterior, la ropa rojiblanca se ha hecho notar entre camisetas y souvenirs de todo tipo. Dayana Arciniega, encargada del establecimiento Inti Artesanía, ha atendido durante esta semana una media de cinco personas al día que venían a por esta vestimenta. «La mayoría de los clientes son turistas extranjeros, les da curiosidad y se llevan un pañuelo». Visitantes mexicanos o chilenos han pasado por Inti Artesanía, han comprado la ropa y se han marchado a Iruña. Las botas de vino cuelgan en las estanterías de la tienda, y Arciniega ha aprovechado las fiestas de San Fermín en Pasaia Antxo como reclamo adicional para aumentar las ventas de julio.
Todo tipo de turistas
Durante muchos años Gipuzkoa ha sido el campamento base para muchos extranjeros que visitaban los Sanfermines. Lo sigue siendo, pero en menor medida. Las pensiones, hostales o campings se llenaban de australianos, alemanes, franceses o ingleses que aprovechaban la estancia para conocer el territorio y viajar a la capital navarra. «Hace tres años que se redujo la llegada de personas que se alojaban en nuestra pensión para ir a las fiestas y este año todavía no teníamos a nadie con ese plan la víspera de que empezasen», comenta Josean Intxausti, propietario de la pensión La Bretxa. Durante la semana sí que han llegado algunos turistas sanfermineros, que para Intxausti no son los más deseados, ya que «creen que la farra es permanente». Entre los alojados años atrás en esta pensión que se acercaron a Pamplona hubo estadounidenses, canadienses, alemanes, franceses y mexicanos.
Algunos hoteleros no tienen claro si las fiestas de San Fermín han afectado a la ocupación o si es la relajación de las medidas Covid lo que ha fomentado que, en general, los turistas extranjeros hayan llegado a la ciudad. Ana González, de la pensión Loaldi, destaca otros eventos como la Dance World Cup, celebrada en la ciudad hasta el sábado 2 de julio o la Donosti Cup, que acabó el viernes de la semana pasada, como otros eventos que han ayudado a llenar las pensiones. Otros establecimientos que han cerrado las reservas a largo plazo tampoco notan un especial interés por las fiestas de Iruña. «En verano siempre estamos llenos y el turista extranjero suele ser estadounidense o inglés, independientemente de los eventos que sucedan», aclara María José Aranburu, propietaria de la pensión Narrika.
Los alojamientos han tenido turistas que han ido a Pamplona, pero ya estaban casi completos por otros eventos
El Gran Camping Zarautz también ha acogido a muchos australianos, neozelandeses, belgas, eslovenos u holandeses durante años que, tras recorrer miles de kilómetros no solo surfeaban, sino que se vestían de blanco y rojo para disfrutar de los Sanfermines e incluso correr delante de los toros. Este verano no han destacado los que han llegado atraídos por las famosas fiestas, pero la mitad de los acampados siguen siendo internacionales.
Por tanto, si bien los turistas extranjeros han dejado de hospedarse masivamente en Gipuzkoa con la vista puesta en Sanfermines, los alojamientos no tienen problemas para ocupar sus plazas en el primer verano sin restricciones por la pandemia. Las tiendas que cuelgan los pañuelicos rojos, en cambio, sí han echado de menos a los fiesteros que se equipaban en la ciudad.
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