Los forenses de Bizkaia sostienen que «si no se hubiera agredido a Santi Coca no hubiera fallecido»

Esta segunda valoración forense se realizó a petición del juez instructor del caso, tras conocerse el resultado del informe de autopsia, que no pudo establecer la causa de la muerte. Durante la sesión de ayer los dos patólogos vizcaínos explicaron sus conclusiones al tribunal que juzga la muerte del donostiarra de 17 años, en un juicio en el que hay cinco acusados de asesinato que se enfrentan a 20 años de cárcel.

El debate en este caso, explicaron los forenses vizcaínos, está en «si existen elementos para determinar cuál es el origen» de la hemorragia subaracnoidea que provocó la muerte de Santi Coca. El principal problema en este caso, señalaron, es que «no se encuentra el origen de ese sangrado», dado que los traumatismos en la cara y el cuello eran «relativamente leves» y de resultado «desproporcionado», pero tampoco hallaron «las causas más frecuentes de hemorragia natural». No obstante, indican que el «contexto» en el que se produjo la muerte y «la relación cronológica» son «fundamentales» en este caso», en el que «hay una inmediatez entre los golpes que recibe y el fallecimiento». Por tanto, concluyen que la hemorragia cerebral fue «de origen traumático».

En definitiva, que «si no se hubiera agredido a Santiago Coca, no habría fallecido».

En su intervención valoraron las dos hipótesis que planteó el informe de autopsia, que son la muerte por causa natural y traumática. Sobre la primera, señalaron que no se encontraron las causas más frecuentes de hemorragia natural, como son los «aneurismas, las malformaciones arteriovenosas, alteraciones de la sangre en la víctima que favorezcan una hemorragia, ni factores de riesgo naturales, como una hipertensión arterial». Tampoco el consumo de drogas que producen efectos adversos, como la cocaína o la anfetamina.

Por ello acudieron a la bibliografía médica respecto a las hemorragias subaracnoideas (HSA) de origen natural. «Identificamos aneurismas en el 75% de los casos y prácticamente todas ocurren a partir de los 40 años. En gente joven es excepcional». En este sentido, refirieron que en las muertes súbitas producidas en Bizkaia entre 1991 y 2020 «no hemos tenido ni un caso en menores de 25 años de una hemorragia subaracnoidea».

Respecto al origen traumático de la hemorragia, indicaron que «no existen daños estructurales cerebrales o craneales», por ello sostienen que se trata de una «hemorragia subaracnoidea aislada» en la que «no se identifica el origen del sangrado», una figura que «está reconocida en la ciencia forense desde 1859». Se refirieron a un estudio médico realizado a 14 personas que fallecieron por esta causa, todos en contexto de una pelea, todos con lesiones externas no graves, con presencia de alcohol en la mayoría de los casos». En cinco de ellos, como ocurrió con Santi Coca, no se pudo encontrar el origen de la hemorragia.

Por todo lo anterior concluyen que el origen natural «es muy improbable e incluso se puede descartar con un grado de certeza suficiente, más allá de la duda razonable». Sobre este término, cuestionado por las defensas, aclararon que «tenemos una certeza de un grado de convicción muy alto o altísimo. En este puzzle encaja una muerte traumática, pero no encaja una muerte natural».

Así, y teniendo en cuenta el contexto de que la víctima sufrió una agresión, determinan que «este caso cumple con todos los criterios de la HSA aislada traumática», y añaden que «el traumatismo podría haber sido relativamente moderado, existe una desproporción entre las lesiones externas observadas y las lesiones internas que producen la muerte, y el consumo reciente de alcohol podría haber intervenido como un factor concausal».