Crónica de un beso
Apasionados, de Judas, fraternales, de despedida, de película... Con cada beso, el ser humano segrega una serie de hormonas que hacen de este gesto un momento especial
Estrella Vallejo y Lobo Altuna
San Sebastián
Miércoles, 12 de abril 2023
Los labios tienen un millón de terminaciones nerviosas; en el instante del beso, el ser humano se convierte en un cóctel de hormonas. Comienza a segregar dopamina, que regula el placer y la recompensa; serotonina, que disminuye la tristeza; endorfinas, que rebajan el dolor; y oxitocina, que favorece el afecto. De hecho, los científicos creen que los besos son el mejor mecanismo para identificar la compatibilidad genética de las parejas.
Joaquín Okinena y Natividad Unanue Matrimonio
«El primer beso fue en el Palacio Miramar»
El primer beso que se dieron Joaquín y Natividad sucedió allá por el año 62, cerca del Palacio de Miramar, y supuso para ellos, la «firma del compromiso que nos ha traído hasta hoy», cuenta esta pareja de 86 años.
A lo largo de todos sus años de noviazgo y matrimonio, los besos han ido transformándose, pero en ningún caso ha cambiado su significado.
Ya sea en la mejilla, en los labios o en la frente, para estos andoaindarras «son una muestra de cariño y cercanía, y aún hoy lo siguen siendo», coinciden. No hay día que se despidan sin darse uno.
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Guillaume y Paul Dufau Padre e hijo
«¡Ahora cuesta robarle un beso!»
Para Guillaume Dufau es imposible olvidar la primera vez que dio un beso a su hijo Paul. Fue hace diez años, el día de su nacimiento.
«Lo recuerdo como el momento más importante de mi vida», cuenta este hombre francés que ha venido unos días de vacaciones a San Sebastián.
«Lo tenía en brazos, lo besé y me sentí el rey del mundo», recuerda, ante la mirada algo avergonzada de su hijo.
Paul está «en esa edad» en la que rechaza las muestras de afecto de sus progenitores. «Cada vez me resulta más difícil robarle un beso».
Algo nada fácil para el menor, teniendo en cuenta que su padre se declara «muy besucón». «Eso sí, cuando viene y me da un beso sin razón, soy tan feliz...», remarca.
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Elena Mena y Marc Cabello Novios
«Notas las hormiguitas en el estómago»
Esta pareja catalana se besa «a todas horas». Llevan año y medio de noviazgo, y se nota. «Nos besamos a cada rato, no lo podemos evitar», comenta ella.
«Aunque vayamos andando, en el autobús o donde sea», apunta él. A Elena le gusta besarlo en el cuello, mientras le sujeta con la mano.
A Marc le enternece besarle la nariz. «Para nosotros es un signo de ternura, cariño, confianza y muestra de que nos queremos», coinciden.
«Aunque también hay otro tipo de besos, que te despiertan hormiguitas en el estómago. De esos, también hay», confiesa ella entre risas.
La primera vez que se fundieron en un beso fue a finales de 2021, en una casa rural con amigos. Aquel, dicen, fue el primero de muchos.
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Itxaso y Iurre Gurrutxaga Hermanas
«Un beso es muestra de cariño y mimo»
Estas dos hermanas de Azpeitia son como uña y carne. Tienen 24 y 26 años y se besan «continuamente». «No recordamos la primera vez que nos dimos un beso, porque éramos muy pequeñas, pero seguro que entonces también nos dábamos muchos», comentan.
Itxaso y Iurre se reconocen «muy besuconas», pero exclusivamente entre ellas y con su madre. Con sus amigas «somos más de abrazos».
«Antes de salir de casa o cuando llegamos, siempre nos damos un beso en la mejilla». Y hacen un hincapié: «un beso, no dos».
Porque para ellas, dar dos besos tiene una connotación más formal y menos cercana. Por eso, el beso que se dedican es una muestra de «cariño, aprecio y mimo».
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