«Si el Banco de Alimentos no existiera, no sé qué sería de mi vida»
Ricardo Basurko y Tania Alcántara son dos de los 18.663 beneficiarios que hay en Gipuzkoa
La calle Matia de San Sebastián amanece como cada mañana rebosante de energía. Los comercios, las cafeterías y los bares abren sus persianas, y detrás de la barra o del mostrador hay quien da los buenos días a ese vecino que pasa a diario a la misma hora frente a su puerta, porque a fin de cuentas casi todos se conocen, aunque sea de vista. Ricardo Basurko es también uno de esos antiguotarras conocido en el barrio, «de Matia de toda la vida» y además, orgulloso de serlo.
Observa el trajín mañanero desde la ventana de su salón. Tiene el cristal roto desde hace meses, pero ni se plantea arreglarlo. Parece mentira que la vida que se siente a pie de calle se hiele de golpe al traspasar la puerta de su casa, un primer piso prácticamente vacío, oscuro y lúgubre. Ni siquiera las baldosas blancas de la cocina consiguen aliviar la sensación de tenebrosidad que se respira en el inmueble. Abre el frigorífico y de un vistazo se cuentan cinco productos. Ni uno más.
Este donostiarra de 63 años es una de las 18.663 personas que reciben en Gipuzkoa la ayuda del Banco de Alimentos, que entre hoy y mañana celebra la Gran Recogida prenavideña. «He pasado hambre, de verdad. Si no existiera el Banco de Alimentos no sé qué sería de mi vida, de lo contrario estaría muerto», lamenta.
La Gran Recogida
-
Localidades: Aduna, Aia, Andoain, Antzuola, Aretxabaleta, Arrasate, Azkoitia, Azpeitia, Beasain, Bergara, Deba, Donostia, Eibar, Elgoibar, Ermua, Errenteria, Eskoriatza, Getaria, Hernani, Hondarribia, Irun, Lasarte, Lazkao, Legazpia, Lezo, Mutriku, Oiartzun, Olaberria, Oñati, Ordizia, Orio, Ormaiztegi, Pasaia, Tolosa, Urnieta, Urretxu, Usurbil, Villabona, Zarautz, Zegama, Zumaia, Zumarraga.
-
Tiendas: Alcampo, BM, Carrefour, Dia, El Corte Inglés, Eroski, Lidl, Makro, Mercadona, Super Amara y Todo Todo.
-
Cuándo: Viernes y sábado, en horario de apertura a cierre (sujeto a cada comercio).
Hace catorce años que por circunstancias, su vida empezó a derrumbarse como un castillo de naipes, aunque no fue hasta el pasado mes de diciembre cuando la situación se tornó por completo insostenible. «Estuve tres meses sin luz, agua caliente ni calefacción. Tenía que estar en casa a oscuras, con unas velas, y me iba a duchar a casa de algún amigo. Se me acumulaban las deudas y las derramas. No me llegaba ni para comer», explica este hombre que apenas vive con los 300 euros que saca de alquilar una habitación de la vivienda a otro conocido de la infancia.
La Gran Recogida previa a la Navidad arranca hoy con el objetivo de llegar a los 715.000 kilos de comida, uno por cada guipuzcoano
Hace un año que dio el paso de recurrir a una asistente social que le derivó a Cáritas, una de las 200 asociaciones que reciben los alimentos del Banco. Desde entonces, el primer jueves de cada mes consigue llenar ligeramente su despensa. «Somos muchos los vascos que estamos en una situación similar. Cuesta reconocerlo porque hay miedo al vacío social que llega en cuanto la gente de tu entorno se entera, pero esa es la realidad», reivindica.
Intercambio de alimentos
Cuando Tania Alcántara llegó a Donostia desde su República Dominicana natal no conocía a nadie -además de a su hermana- que pudiera señalarle con el dedo, como dice Ricardo. Pero igualmente se recuerda a sí misma con la cabeza gacha en el momento en el que preguntó por primera vez en la Iglesia Evangélica de Amara si podía recibir uno de esos desayunos que estaban repartiendo. «'Mañana tráete una bolsita', me dijeron».
La cifra
-
170 establecimientos. Es la cifra de tiendas que recogerán alimentos hoy y mañana, entre aquellas que cuentan con voluntarios del Banco y las que funcionarán por su cuenta.
Tiene 54 años y hace nueve que se instaló en San Sebastián. «Recuerdo aquel día perfectamente. ¡Qué apuro pasé!», exclama. «Pero rápidamente otra veterana de la Iglesia me animó: 'Aquí no se viene a pedir, se viene a recibir', me dijo. Por eso cada vez que viene alguien nuevo le arropamos igual», relata desde la cocina de la señora que cuida todas las mañanas.
No fueron meses fáciles entonces, ni lo son ahora, aunque la actitud positiva y sonriente que conserva pueda despistar. Cada primer miércoles de mes acude a su punto de recogida a por «arroz, aceite, alubias, lentejas...», además de un extra que reciben los martes con yogures y algo de fruta. «Como ya nos conocemos, al salir del reparto miramos lo que nos ha tocado a cada uno en nuestra bolsa y si yo tengo borraja, que no me gusta, y otro tiene acelgas, nos lo intercambiamos. O si a mí me han puesto leche y tengo en casa de sobra, pero a otra le falta, se lo cambio también». Su manera de agradecerlo es ayudando siempre que puede en la distribución y organización de los alimentos que llegan a la Iglesia. «Nunca podré expresar lo agradecida que les estoy», confiesa.
La de Ricardo y Tania son dos historias de las miles que hay detrás de cada beneficiario del Banco de Alimentos en Gipuzkoa, una organización sin ánimo de lucro que hoy y mañana celebra la Gran Recogida previa a la Navidad. Su objetivo, recolectar hasta 715.000 kilos de comida, uno por guipuzcoano.
Los jugadores del GBC ayudan a preparar el almacén
Los almacenes del Banco de Alimentos de Gipuzkoa llevan semanas preparando la quinta edición de la Gran Recogida, pero ayer hizo falta ponerlo todo a punto. Para ello, contaron con la colaboración de los jugadores del Delteko GBC, Alberto Corbacho y Mouhamed Barro, y el representante del Club, David León, que se vistieron con los petos y se pusieron manos a la obra.
Debe estar todo listo en cada una de las 42 localidades guipuzcoanas en las que este año se podrán donar alimentos, más que nunca. El incremento se debe a que además de las 84 tiendas a las que el Banco de Alimentos enviará alguno de sus 1.800 voluntarios, otros establecimientos, previa autorización, organizarán la recogida por su cuenta y con su propio personal, aunque los productos recibidos sean posteriormente enviados a la nave que la organización sin ánimo de lucro posee en Oiartzun. Así, serán en torno a 170 los comercios adheridos a la convocatoria, que esta edición se ha propuesto alcanzar los 715.00 kilos de comida y superar así los 663.974 del año anterior. En dicha cantidad están incluidos los 249.000 euros en bonos de alimentos que permitieron comprar 365.000 kilos de alimentos básicos y garantizar la alimentación básica de todo este 2018 a los guipuzcoanos más necesitados. Pero la convocatoria no se celebrará únicamente en el territorio guipuzcoano. La cita se extiende, como cada año, a las ciudades de todo el Estado, donde alrededor de 130.000 voluntarios atenderán los 11.000 puntos de donación en supermercados, hipermercados y tiendas de alimentación. Esta iniciativa se pone en marcha gracias a la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), junto a los 55 bancos que la integran y se ha marcado el objetivo de recoger más de 22 millones de kilos de alimentos no perecederos.