Cuatro terrazas para disfrutar de buen ambiente y buena comida

Con el verano recién arrancado, llega la mejor época para, si la meteorología lo permite, disfrutar de la hostelería al aire libre. Desayunar, comer, cenar, tomar el aperitivo, un tardeo... en cualquier terraza es un placer que se puede realizar entre amigos, con familiares, en pareja o incluso en solitario.

Porque cualquier momento del día es bueno para sentarse en una terraza a disfrutar del buen ambiente, del buen servicio y de la buena comida y bebida que ofrecen los establecimientos guipuzcoanos.

A continuación, os dejamos una selección de cuatro de las terrazas más destacadas del territorio. Tan diferentes entre sí, que merece la pena visitarlas todas.

No hay muchos bares que puedan presumir de tener una identidad propia que se haya consolidado a lo largo de los años. Uno de ellos es, sin duda, la Bodega Donostiarra. Toda una institución para los amantes del buen producto. Situado en el corazón del barrio de Gros, a escasos metros de la playa de La Zurriola, las propuestas gastronómicas son tan variadas como exitosas. Pintxos, raciones, brasa, postres… las opciones son innumerables.

Y para disfrutar de todas ellas no hay nada como sentarse en la terraza semicerrada, abierta durante todo el año, que ofrece la Bodega Donostiarra. Un rincón con mesas largas, tipo sidrería, en el que uno se sentirá como en casa. Resguardada, se convierte en punto de encuentro no solo durante el verano, sino también durante el invierno, ya que es acogedora, cálida y una opción como pocas en la capital guipuzcoana. La atención cercana también está asegurada con un equipo humano que lleva muchos años formando parte de este proyecto.

La Bodega Donostiarra se ha convertido en todo un referente en la ciudad, lo que provoca que sean muchos los vecinos y visitantes que se acercan hasta su barra para poder disfrutar de su ambiente y de su gastronomía.

Sin embargo, lo que todavía algunos no saben es que Bodega Donostiarra ha abierto un segundo local en el número 16 de Peña y Goñi (el primero está en el número 13) que mantiene la esencia de su cocina, pero que aporta un ambiente más íntimo y relajado, con los pescados y el marisco como grandes atractivos añadidos. Y sí, una cómoda terraza espera a todos aquellos que quieran desconectar un rato y disfrutar con todo lo bueno que ofrece la Bodega Donostiarra. Esta es abierta y está enfocada a los meses de verano, esos en los que el sol brilla y cualquier excusa es buena para sentarse en una mesa al aire libre.

Otro de los puntos favorables de estas terrazas es que la cocina de la Bodega Donostiarra está abierta de forma ininterrumpida, de manera que uno puede sentarse en cualquiera de ellas, a la hora que mejor le encaje y disfrutar con el sabor de sus platos.

Y no olvides que también puedes llamar para recoger tu pedido y comer en tu casa o en la misma playa.

El Bar Kapela es, desde hace años, uno de los bares de referencia del donostiarra barrio de El Antiguo. Y lo es porque cada una de las especialidades que ofrece es de un nivel altísimo. Todo está elaborado con una delicadeza máxima y con un producto de la más alta calidad. En este sentido, el producto de temporada tiene en este establecimiento de la capital guipuzcoana un gran aliado, como bien demuestra toda su carta.

La lista de propuestas destacadas empieza por esa tortilla que ya se ha ganado un nombre en la ciudad y por esos ibéricos que resultan irresistibles. La base sobre la que se asienta su cocina es el producto prémium, como demuestra el caviar, la ensalada de txangurro o la de tomate con bonito que tan bien encajan en estos días de verano. Y si te apetece comer o cenar, tranquilo. Los pescados y las carnes aseguran el éxito en cualquier circunstancia.

Disfrutar de estas y otras muchas especialidades es posible en su acogedor comedor, pero también en una terraza que es todo un reclamo para aquellos que quieren estar relajados en un entorno que favorece que cada bocado o trago sea una delicia.

Uno de los puntos fuertes de esta terraza es que está abierta durante todo el año. En invierno, sus amplias y cómodas mesas sirven de punto de encuentro para vecinos y visitantes, que aprovechan los espectaculares calefactores para poder ahondar en la propuesta gastronómica de Kapela en el exterior del bar. Ubicada en los soportales de la calle Logroño, está preparada para poder disfrutarla tanto en los meses más fríos como en verano.

Sus trece mesas, eso sí, adquieren todavía mayor protagonismo en la época de buen tiempo en la que esta terraza con encanto se 'viste' con una decoración que genera un ambiente agradable y acogedor. Perfecta para esas noches de verano en las que uno quiere tomar una copa o cenar en la mejor compañía.

Belaustegi Jatetxea está ubicado en plena naturaleza, en las faldas del monte Morkaiko, en un caserío familiar del siglo XVI reconvertido en todo un referente culinario. La comarca de Debabarrena cuenta con uno de esos restaurantes que te cautivan incluso antes de que las propuestas gastronómicas lleguen a la mesa. El verde de su paisaje, el colorido de sus flores… todo se alinea para crear un espacio único, singular, en el que uno puede desconectar totalmente.

Al frente de este proyecto están Xabier Albizu y Josu Muguerza, artífices de haber creado un marco incomparable en pleno interior de Gipuzkoa. Además, sus 25 años de trayectoria confirman que el camino escogido es el correcto, toda vez que la respuesta por parte de la clientela es excelente.

Este restaurante guipuzcoano cuenta, por una parte, con un interior muy agradable en el que destaca un comedor con capacidad para 100 personas, pero también otros para 50 y 20, respectivamente. A estas opciones se suman, además, tres comedores privados para 6, 5 y dos personas.

Pero es evidente que es el exterior de este caserío lo que resulta más atractivo de todo el complejo. Por un lado, nos encontramos con esos espacios cubiertos por una jaima que resultan muy sorprendentes y que sirven tanto para comer como para los cócteles y el baile en las bodas que se celebran en este emplazamiento. Pero, además, hay que resaltar el porche, que también es una opción muy interesante, lo mismo que una terraza al aire libre para cerca de 80 personas en la que uno puede sentarse y dejarse llevar por el entorno y la gastronomía. Un lugar maravilloso para cualquier día de verano en el que el buen tiempo acompaña. La iluminación, la decoración… todo va de la mano para que la sensación de placer sea total.

Nada de esto tendría sentido si la gastronomía no acompañara como merece el escenario. Y Belaustegi Jatetxea cumple con creces las expectativas de sus clientes gracias a una cocina de mercado en la que el producto de temporada brilla de la mano de unos toques orientales que ofrecen una visión particular de cada propuesta. De cara a este verano, el bonito del Norte, el tomate o las verduras de la zona emergen como ingredientes clave para cualquier propuesta atractiva.

Ya no hay nadie que lo discuta. Via Fora es uno de los mejores restaurantes para comer arroz en San Sebastián. Es una fama ganada a pulso y que tiene a Ander Echebarria, su chef, como artífice de semejante éxito (junto con él, Luis Díaz, su mano derecha en este proyecto). Porque este joven cocinero de sangre vasco-catalana ha convertido este establecimiento en todo un referente culinario gracias a su defensa de los sabores mediterráneos.

Paellas, fideuás y todo tipo de arroces son parte esencial de una propuesta gastronómica que no para de ganar adeptos. A ello también ha contribuido una bodega con vinos singulares que aportan ese maridaje que toda buena cocina merece. Pero la carta de Via Fora es extensa y atractiva, de ahí que aparezcan propuestas que pueden seducir a cualquiera: desde esos pescados que piden a gritos protagonismo en una ciudad como San Sebastián a esas verduras de temporada que son esenciales en cada estación. Y, cómo no, ese pollo a la catalana y esa butifarra que son auténticos homenajes a Catalunya.

Pero parte del éxito cosechado por este restaurante con casi 20 años de vida radica en su ubicación. Un paseo Federico García Lorca en el que comer se convierte en toda una experiencia. Especialmente en una terraza que mira al río Urumea y que da la espalda al tráfico. Factores que elevan la calma y la tranquilidad con la que cada uno de los comensales puede disfrutar de las propuestas gastronómicas que salen de la cocina.

Con capacidad para cerca de 80 comensales, la terraza es toda una tentación durante todo el año. Parte de ella está ubicada en una pecera que sirve para refugiarse en los meses más fríos, al tiempo que la cristalera permite divisar la desembocadura del río Urumea. Pero es en verano cuando esta alcanza su cénit, con un gran número de mesas en las que poder sentarse, charlar y aproximarse a la cocina mediterránea sin salir de San Sebastián.

Una opción excelente para todos aquellos que quieran moverse por la ciudad y estar ajenos al tráfico de la misma. Una parada para el descanso con el río y los arroces como grandes protagonistas.