Un año de 'clavos' en el camino a la igualdad

Si la jornada histórica del pasado 8 de marzo tuvo un logro ése fue el poner la desigualdad de la mujer en primer plano del debate. Creó un caldo de cultivo que ha ido creciendo y que tendrá su reflejo mañana. Pero a lo largo de este año también se han dado situaciones en la justicia, la política y la economía, que han podido suponer un freno al espíritu del 8M. Son los 'clavos' más significativos que las ruedas que impulsan la igualdad se han encontrado a lo largo del año.

La sentencia de 'La Manada' por la presunta violación múltiple, como calificó los hechos el juez instructor, por parte de cinco amigos sevillanos a una joven madrileña de 18 años en los sanfermines de 2016, -cuatro de ellos habían cometido un delito similar en Pozoblanco (Córdoba) del que están a la espera de juicio-, cayó como un jarro de agua fría sobre el ímpetu feminista.

El tribunal de la Audiencia Provincial de Navarra, aunque reconoció como hechos probados que los procesados tiraron de la víctima para meterla en un portal donde la penetraron hasta seis veces «sin su aquiescencia», entendió que no hubo violencia e intimidación, aunque reconocía que la víctima se vio sometida. Pese a la presión social, condenó a los acusados a 9 años de cárcel por abuso sexual continuado. Tras conocerse el fallo, colectivos de mujeres convocaron protestas en toda España y representantes de los partidos políticos se manifestaron en contra de la decisión judicial. Dos meses más tarde, los condenados se encontraban en libertad provisional hasta que la sentencia sea firme.

Numerosos colectivos acusaron a los jueces navarros de ayudar a crear inseguridad entre las mujeres y no representarlas. Las asociaciones de magistrados expresaron su escrupuloso respecto a la sentencia y emplazaron a la reforma del Código Penal para esclarecer la tipificación de los delitos sexuales.

Pero no ha sido la única vez que las decisiones judiciales sobre 'La Manada' han levantado indignación por considerar que los jueces no habían sabido plasmar en sus decisiones el malestar de la sociedad como sucedió el pasado diciembre cuando el Tribunal Superior de Justicia de Navarra confirmó la condena.

Porque los abusos sexuales son la constatación más clara y dolorosa de que la igualdad está todavía muy lejos. En España, el informe sobre delitos contra la libertad e indemnidad sexual de 2017 apunta que «respecto a la distribución por sexo de las víctimas, se muestra una proporción extremadamente alta de mujeres comparativamente con la de los hombres». Ese año de 3.469 mujeres fueron víctimas de abuso sexual frente a 584 hombres, en el 98% de los casos, el abusador fue un hombre (2.318 hombres y 43 mujeres). Respecto a los abusos sexuales con penetración hubo 465 mujeres víctimas frente a 70 hombres y en el 97% de los casos el delito fue cometido por un hombre (404 hombres y 11 mujeres). En cuanto a las agresiones sexuales, 1.313 mujeres las sufrieron frente a 118 hombres, en el 99% de los casos los perpetradores fueron hombres (884 hombres y 12 mujeres) y en agresión sexual con penetración, 906 fueron a mujeres y 68 a hombres, en el 99,5% de los casos el delito fue cometido por un hombre (633 hombres y 3 mujeres).

En 2018, los casos de mujeres asesinadas por su pareja o ex pareja fueron 47, la cifra más baja desde que se comenzó a contabilizar en 2003 esta forma de violencia machista. Solo 14 habían denunciado a su agresor.

Si en casos como el de 'La Manada' la justicia ha demostrado que no cuenta con los recursos para adaptarse con rapidez a los tiempos, en la política hay casos en los que ya no se puede hablar de adaptación sino de claro retroceso. La irrupción de Vox ha venido acompañada de un discurso retrógrado para luchar «contra el feminismo manipulador y supremacista».

El partido liderado por Santi Abascal pide la derogación de la ley de violencia de género y la supresión de organismos feministas radicales subvencionados, además de la persecución de las denuncias falsas. La manipulación de las cifras en ese último caso es sonrojante y ha llegado a asegurar que si el 87% de las denuncias de las mujeres se han retirado es porque los hechos no se habían producido. Por supuesto, Vox tampoco contempla que el aborto sea un derecho de las mujeres.

El partido de ultraderecha ya ha comenzado a mostrar en las instituciones sus posicionamiento contra leyes que pretenden atajar la violencia de género. En el Parlamento Andaluz, el pasado 20 de febrero, Vox requirió una relación «detallada» de los trabajadores de las unidades encargadas de determinar el riesgo que sufren las víctimas de malos tratos. Las críticas les llegaron rápidamente bajo la acusación de querer crear 'listas negras'.

El mensaje de Abascal ha obligado a otros partidos con los que se disputa votos ha endurecer su discurso, sobre todo ahora que se acercan varias convocatorias electorales. El líder del Partido Popular, Pablo Casado, que se ha apropiado para su formación de la aprobación de la Ley de Medidas de Protección contra la Violencia de Género, cuando realmente fue el Gobierno Zapatero quien lo hizo, ha realizado varios comentarios y lanzado propuestas que han irritado especialmente. Casado ha recurrido a eufemismos como «esa persona que no se está portando bien con ellas (las mujeres)», en lugar de hablar claramente de maltratador. Siguiendo con la violencia de género, propuso quitar el foco del maltrato a las mujeres y recuperar el término violencia doméstica para incluir a niños y ancianos.

Volvió a indignar a numerosos colectivos de mujeres cuando habló del aborto y señaló que «es bueno que la mujer vea lo que tiene dentro» o cuando vinculó la interrupción del embarazo con las pensiones: «Si queremos financiar las pensiones debemos pensar en cómo tener más niños, no en abortar». También se mostró partidario de derogar la actual ley del aborto de plazos, en vigor desde 2010, y volver a la de supuestos, que entró en vigor en 1985.