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Operarios trabajan en una de las jaulas de engorde para atún rojo frente a la costa de Getaria. AZTI

«Tras dos décadas, Euskadi vuelve a pescar atún rojo en el Cantábrico»

El 'Kantauri' realiza la primera captura en el Cantábrico, dos décadas después, de 80 ejemplares que ya se engordan en las granjas habilitadas frente a Getaria

Viernes, 8 de agosto 2025, 02:00

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Por primera vez en más de dos décadas, la flota vasca ha vuelto a lanzar sus redes sobre el atún rojo en aguas del Cantábrico. Lo hizo hace escasas semanas el cerquero 'Kantauri', con base en Getaria, en una operación que supone mucho más que una captura puntual: es la reapertura de una puerta cerrada durante más veinte años. La pesca forma parte de un proyecto piloto impulsado por el centro vasco de Investigación Marina y Alimentaria, Azti, y la empresa catalana Balfegó —especializada en captura, alimentación y comercialización de esta especie— a través de la alianza Itsas Balfegó. El director científico de Azti, Rogelio Pozo, uno de los 'padres' de esta iniciativa, lo resume con una frase que encierra dos décadas de espera: «Es la primera vez que la flota vasca vuelve a pescar atún rojo en el Cantábrico en más de dos décadas».

La escena tuvo lugar a unas 30 millas (48 kilómetros) del litoral guipuzcoano, donde el buque getariarra de 27,55 metros de eslora desplegó su red de cerco sobre un banco de túnidos. La maniobra, precisa como un compás sobre el agua, permitió capturar unos 200 ejemplares, con un peso medio de entre 75 y 80 kilos. «Hay cosas que mejorar, pero hemos roto esa barrera tecnológica», señala Pozo. Como el volumen total superó con creces la cuota experimental autorizada desde Bruselas, más de la mitad de los atunes fueron liberados. Los elegidos, unos 75-80 peces, fueron conducidos con delicadeza hacia las jaulas de engorde situadas frente a Getaria, sin llegar a rebasar los 7.500 kilos que marca el límite permitido.

El traslado no es un simple trámite logístico, sino un proceso diseñado al milímetro para no alterar el pulso del animal. Los atunes fueron guiados vivos dentro de una jaula de transporte, remolcada a baja velocidad desde mar abierto hasta las instalaciones. «Este método evita el estrés excesivo y reduce el riesgo de mortalidad, asegurando que lleguen en buenas condiciones fisiológicas», explica el director científico de Azti. Una vez en destino, los ejemplares se traspasaron con mimo a la jaula fija, donde ya se encuentran en su nueva fase de vida: el engorde.

Estas instalaciones flotantes —a seis kilómetros de Getaria— no son jaulas cualquiera. Diseñadas para resistir el humor cambiante del Cantábrico, pueden sumergirse hasta 18 metros si el oleaje arrecia. Ya han pasado un invierno entero en el mar, y han demostrado que aguantan. Es tecnología habitual en el Mediterráneo, pero que nunca antes se había probado en este entorno más severo y agitado.

Los atunes capturados por el 'Kantauri', en la jaula de Getaria. Azti

El objetivo de la actual fase es comprobar si los atunes engordan lo suficiente, y sobre todo, si adquieren el nivel de grasa y tamaño que exige el mercado. «Si todo va bien, el precio podría situarse entre los 20 y 30 euros por kilo, lo que haría viable el modelo», señala Pozo. El sacrificio y el despiece de los ejemplares están previstos para finales de octubre, cuando se sabrá si el experimento puede escalarse.

Hasta ahora, el proyecto acumula una inversión de unos 2,5 millones de euros. Las jaulas ya instaladas permitirían acoger hasta 1.500 atunes, pero para eso hará falta más cuota. Si los resultados son positivos, el plan contempla una ampliación progresiva a partir de 2026: más jaulas, más peces y más peso económico para una actividad que podría rozar el millón de kilos en tres o cuatro años. La decisión final la tendrá la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), que deberá dar el visto bueno.

Carga estratégica

Pero más allá del beneficio económico, la iniciativa tiene una carga estratégica que no se puede ignorar. Durante años, la cuota vasca de atún rojo se ha vendido a otras regiones, sobre todo del Mediterráneo, sin que los barcos vascos llegaran a faenar. Era un ingreso fácil, pero con fecha de caducidad. «Vender la cuota da más margen, pero si lo haces de forma indefinida puedes acabar perdiendo ese derecho histórico», advierte Pozo. Volver a pescar en casa, dice, es una forma de blindar el futuro de la flota.

El proyecto cumple con todos los requisitos legales, medioambientales y técnicos. Cuenta con permisos autonómicos, estatales y europeos, e incorpora sensores y cámaras que vigilan en tiempo real la calidad del agua y el comportamiento biológico en torno a las jaulas. La alimentación también se ajusta a criterios de sostenibilidad: piensos trazables, bien absorbidos por los atunes, con un impacto mínimo en el entorno. El informe técnico con los resultados de esta primera fase se presentará a la Unión Europea en octubre. Si obtiene respaldo institucional, Euskadi podría situarse en el mapa como pionera de un nuevo modelo de acuicultura en el norte.

Los barcos vascos descargan ya más de 7.000 toneladas de bonito del norte

La costera del bonito del norte avanza a buen ritmo y la flota vasca lidera, además, el grueso de las capturas. Según datos del Gobierno Vasco, hasta el 4 de agosto se han desembarcado 12.150 toneladas de bonito en todo el Estado -un 47% de la cuota total para 2025, que asciende a 26.000 toneladas-, de las cuales 7.100 toneladas han sido capturadas por barcos vascos, lo que representa el 60% del total. En las lonjas de Euskadi, el precio medio en primera venta se sitúa en 3,90 euros el kilo, con máximos cercanos a los 4 euros en Getaria y Hondarribia. En total, los puertos vascos han recibido 6.000 toneladas, aunque parte del volumen se ha descargado en otras comunidades. Bermeo, Ondarroa y Getaria encabezan los desembarcos.

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