«Paso más tiempo en el ordenador y haciendo papeleo que en la huerta»
Esta urnietarra denuncia la ingente cantidad de burocracia que tiene que cumplimentar. «Cuando planto zanahorias tengo que apuntarlo en el cuaderno digital», dice
Maite OtañoUrkizu (Urnieta, 1974) es la tercera generación de una explotación agrícola de una hectárea en la que cultiva más de 50 verduras y hortalizas ... para su posterior venta directa bajo los arcos del ayuntamiento de Hernani. Aunque se siente una privilegiada respecto al resto de compañeros del sector por el margen de beneficio que consigue con la venta directa, esta urnietarra también se ve afectada por uno de los grandes problemas que denuncia este colectivo; el excesivo papeleo que tienen que cumplimentar en su día a día.
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«Pasamos más horas delante del ordenador y rellenando papeles que en la huerta. Estas trabas vienen marcadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Aunque sea Europa la que marca las directrices, es el Gobierno central quien nos obliga a cumplir con las fechas y lo que nos termina por ahogar».
Otaño pone un ejemplo que entenderá toda la sociedad guipuzcoana. «Cuando planto zanahorias, por ejemplo, tengo que apuntar en el cuaderno digital todo el proceso diario que llevo con esta hortaliza. Desde cuándo he echado la semilla, hasta cuándo retiro este producto de la tierra. La cosa no se queda ahí. También tengo que anotar cuántas unidades me llevo al mercado, cuántas me han sobrado y me he llevado de vuelta al baserri, y cuántas de esas zanahorias que me sobraron el día anterior llevo de nuevo al mercado al día siguiente. Ahora multiplica ese trabajo por decenas de hortalizas y verduras que cultivo en mi huerta al año. ¿Qué tiempo me queda entonces para trabajar en el campo? Que obliguen a ese tipo de burocracia a una gran empresa como puede ser Florette, que tiene 50 técnicos en sus oficinas, lo veo normal, pero no entiendo que nos exijan ese volumen de papeleo a un baserri como el nuestro en el que solo trabajamos mi pareja y yo».
«La huerta necesita más horas de trabajo para sacar un producto diferencial respecto al que viene de fuera»
El primer sector de Gipuzkoa, donde la mayoría de las explotaciones son de reducido tamaño, se distingue por mantener el baserri de toda la vida cuidando el entorno. «La huerta es la que necesita horas de trabajo para sacar un producto diferencial respecto al resto, puesto que a la vuelta de la esquina están las grandes cadenas de alimentación con productos mucho más baratos, de menor calidad, y que vienen del extranjero.Entiendo que si se trabaja para una gran multinacional ese producto tiene que llevar controles más estrictos, puesto que llega a muchísimos más sitios.En nuestro caso no digo que no debamos pasar controles, pero tienen que ser mucho más reducidos en cantidad», concluye Otaño.
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Requisitos diferentes
Los controles a productos extranjeros o la imposición de aranceles a la entrada de productos extracomunitarios son precisamente dos de las reivindicaciones generales del sector. «Aquí tenemos una normativa y el producto de fuera tiene otra, o casi ni tiene. Aquí estamos muy limitados a la hora del tipo de producción que podamos hacer, pero en el extranjero apenas hay controles sobre los alimentos.Al producirse al por mayor llega muchísimo más barato y sin apenas garantías de producción ni controles a los que se han sometido. A día de hoy, además, con el encarecimiento general de la vida, las familias se decantan más por este tipo de producto que tiene un precio más barato, aunque a nosotros también nos influyen el alza de la luz, carburantes, impuestos...».
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