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Sergio Gómez trata de robar el balón a Javi Guerra, en uno de los duelos que se dieron ayer en Mestalla Alterphotos
Los desajustes se pagan caros
Análisis táctico

Los desajustes se pagan caros

El cambio de sistema trajo desorden en las marcas en fase defensiva, una circunstancia que aprovechó el Valencia para adelantarse en el marcador y defender sin contemplación

Imanol Troyano

San Sebastián

Lunes, 20 de enero 2025, 01:00

La Real cayó en la batalla de Mestalla, ante un Valencia que ya ha activado el modo supervivencia con toda la segunda vuelta de la Liga por delante. Lógico por su situación en la tabla. Imanol buscó oxígeno y piernas frescas con sus cambios, no solo de hombres, también de sistema, pero se encontró enfrente a un rival con sangre en los ojos. Tenía que hacerlo, pese a que el escenario no invitara a ello. El dibujo con cinco defensas tenía su lógica, pero ciertos jugadores no supieron interpretar correctamente su rol en el campo. Principalmente en fase defensiva, donde se vieron desajustes evidentes a la hora de sujetar las marcas. Esos grandes detalles echaron a perder el partido.

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    Regreso a la línea de cinco atrás con dos carrileros

Anticipaba cambios Imanol en la previa del partido, principalmente de jugadores, pero no de formación, una circunstancia que sorprendió cuando se dio a conocer la alineación. Nada más leer los nombres de Zubeldia, Aguerd y Pacheco se sospechaba que la Real iba a formar con una línea de cinco en fase defensiva, una situación que se confirmó nada más empezó a echar a rodar el balón. El conjunto blanquiazul formó con el 1-5-3-2 en fase defensiva que se transformaba en un 1-3-5-2 con balón debido la altura que cogían los dos carrileros, Aritz por derecha y Javi López por izquierda. No lo hizo el técnico oriotarra para igualar el dibujo del rival, Corberán no ha modificado el sistema 1-4-2-3-1, si bien en ocasiones ha introducido matices sin balón jugando con la posición de Rioja para retrasarlo como lateral y quinto defensor según la necesidad.

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    Aritz y Javi López, a por los laterales rivales

A la Real le costó afinar en sus ajustes defensivos en los primeros compases del encuentro y eso dio alas al conjunto che para amenazar el área txuri-urdin. Aritz y Javi López eran dos de los realistas más exigidos con este sistema en fase defensiva, porque estaban emparejados con los laterales rivales (Gayà y Foulquier) y debían saltar muy alto, con el riesgo que ello implicaba. Por detrás, Zubeldia y Pacheco tampoco lo tenían fácil, ya que debían hacerse cargo de los extremos valencianistas, Rioja y Diego López, y caer más de lo deseado fuera de sitio a zonas exteriores. La banda no es el hábitat natural para un central, pero no desentonaron en sus duelos. Aguerd, por su parte, se quedaba atento de Hugo Duro. Los problemas llegaron cuando los extremos locales se metieron por dentro y eran los interiores los que iban hacia fuera para actuar como bandas. El primer susto del partido llega de un centro lateral de Javi Guerra, libre de marca, que remata Diego López entre centrales. Esa labor de tapar al interior, en este caso a Guerra, era del interior izquierdo de la Real, Sergio Gómez, que no persiguió como debía.

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    ¿Quién salta a por Foulquier en el gol?

Esos desajustes en las marcas iban a acabar penalizando a la Real minutos más tarde. En otro ataque por la derecha del Valencia, el conjunto local encontró a Foulquier libre por dentro, sin que ningún realista le saliera al paso. En esta ocasión Javi López se había quedado emparejado con Diego López y Sergio Gómez, con Almeida. Pacheco dudó medio segundo en salir al lateral francés y este aprovechó ese tiempo para golpear a puerta. Lo que le salió fue una asistencia perfecta a Hugo Duro, que esperaba en el segundo palo, escondido de la zaga guipuzcoana. El Valencia encontró el premio cuando mejor se estaba sintiendo la Real sobre el campo. El conjunto blanquiazul pagó muy caro estos desajustes antes de que Imanol cambiara el sistema.

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    Becker y Óskarsson, cuatro meses después

Antes de que la tarjera amarilla de Pacheco le hiciera replantear el dibujo a Imanol, además del tanto encajado, la Real trató de amenazar en ataque con dos referencias arriba: Óskarsson y Becker. Esta dupla delantera ya compartió minutos sobre el césped de inicio en Valladolid, aunque en aquella ocasión el oriotarra formó a los suyos en un 4-4-2 en rombo. El islandés tenía la labor de aguantar el balón o lanzar a Becker y el neerlandés, de correr. El cuadro realista trató de potenciar la velocidad del internacional por Surinam, provocando un dos para dos entre centrales y delanteros. Así llegó la mejor ocasión de la Real en la primera mitad. Un balón largo de Aritz a Becker dio pie a un caramelo de este a Óskarsson que el islandés no supo resolver dentro del área. Era la jugada que pedía el ataque en esos momentos.

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    El contexto del partido ya había cambiado

Imanol volvió al habitual 1-4-3-3 en la segunda mitad, pero el contexto del partido ya había cambiado con el tanto de Duro. La presión del Valencia perdió intensidad, la Real se hizo con la posesión del balón, pero no encontró el camino correcto hacia la portería de Mamardashvili. Lo intentó por fuera, a través de sus extremos, también con las internadas de los interiores, principalmente con Olasagasti, pero fue incapaz de encontrar el premio en área rival. El conjunto che se juntó en el 4-4-2 con líneas muy estrechas que desactivaron el juego interior de la Real y la conexión con el delantero. La acumulación de centros laterales no se vieron recompensados con remates en última instancia y fue imposible. Tocaba fallas en Mestalla.

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