Las 50 Getaria-Zarautz de Carlos Santana
El donostiarra Carlos Santana tomará parte el próximo 24 de julio en la 50 edición de la Getaria Zarautz y es, a sus 82 años, el único nadador que ha participado todas las anteriores
Si se hiciera el cálculo de cuántos metros ha nadado Carlos Santana desde que con 14 años hiciera su primera travesía en 1954, a buen seguro saldrían los suficientes como para dar la vuelta al mundo. Este donostiarra de 82 años lleva la friolera de casi siete décadas nadando y participantdo en travesías tanto en nuestro territorio como fuera de él. El próximo 24 de julio será una de 3.300 personas que tomarán la salida en la 50 edición de la Getaria-Zarautz. Muchas de estas personas seguro que han participado alguna otra vez en esta famosa prueba de aguas abiertas pero de todas ellas tan solo Carlos Santana ha tomado la salida y llegado con éxito en todas y cada una de las 49 ediciones anteriores. Estos días entrena con las mismas ganas de siempre. «Estoy ya nadando en La Concha, la salud me ha respetado y me encuentro bien», señala mientras mira a la bahía donde nada siempre que la temperatura del agua lo permite.
Recuerda perfectamente su primera participación en la Getaria-Zarautz. «Como para no hacerlo -explica sonriente-. Era el 25 de julio de 1968 y esa madrugada había nacido mi segundo hijo, Carlos. Estuve unas horas en la habitación del hospital con mi mujer y mi hijo y cuando vi que los dos estaban bien me fui a nadar la travesía. Me habían dicho que se celebraba la primera edición y tenía en mente hacerla. Fui, nadé y volví al hospital. Mi mujer no me puso muy buena cara pero bueno... la hice».
Desde entonces no ha fallado ni una sola vez. De hecho ha nadado la travesía hasta cuando no se ha celebrado. «Hubo un año, en el que la organización decidió suspender la prueba debido a la mala mar. Yo estaba en la salida, en el puerto de Getaria, con mi buen amigo Wenceslao Seco, nos miramos y nos dijimos: '¿ahora volver en bus a Zarautz?' y nos tiramos al agua. Al llegar, una pareja que nos había visto y nos había seguido por todo el paseo nos dijo de todo. Hoy no lo haría. Son cosas que sólo haces cuando eres joven».
Primeras brazadas en la isla
Carlos Santana no sabe de dónde le viene esta afición por nadar. Sus padres se trasladaron de Valladolid después de la guerra y abrieron un negocio pero «mi padre no se bañó en su vida en La Concha». Siempre ha vivido en la Parte Vieja y en su niñez fue de aquellos chavales que pedían a los turistas 'una perrita al agua' en el muelle donostiarra. «Con el dinero que sacábamos luego íbamos a comprarnos un helado».
Su primer recuerdo nadando fue en la isla Santa Clara: «tendría unos doce años, había ido con unos amigos e intenté llegar a un bote que había amarrado a unos diez o quince metros. Al volver, la sensación de superación fue tal que a partir de entonces cada día intenté nadar un poco más». Y así hasta hoy.
Su primera travesía fue en 1954 en el río Urumea. «La salida estaba en el puente de Ur Kirolak y la llegada era en las escuelas francesas. En aquel entonces el agua estaba muy contaminada. Salíamos del agua negros como mineros. Piensa que todas las papeleras que había por la zona echaban de todo al agua. Supongo que tragaríamos agua, pero mira, aquí estamos», afirma orgulloso.
Formó parte del club Amaikak bat que utilizaba como lugar de entrenamiento el puerto donostiarra porque entonces no había ninguna piscina en San Sebastián. «Empezábamos a nadar el 2 mayo. No mucho, unos diez metros, porque a esas alturas del año el agua está todavía muy fría. De pared a pared había 25 metros de distancia y antes había cuatro barcas así que se podía nadar. Ahora eso sería imposible», recuerda mirando las fotos en blanco y negro y los recortes de periódicos que guarda celosamente en una carpeta. Muestra además la medalla que recibió en la primera Getaria-Zarautz celebrada en el 68 y también la de la segunda edición.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces. «Al principio nadábamos sin gafas, luego salieron unas de goma en las que entraba agua siempre y después ya llegaron las de silicona. En cuanto a los bañadores, me acuerdo que cuando estaba en el Amaikak bat, el más veterano nos compraba unos que costaban nueve pesetas. Siempre he dicho que la natación es el deporte más barato. Con unas gafas y la bahía tenías suficiente. Ahora han cambiado un poco las cosas».
Cloro a baldes
Carlos Santana es historia viva de la natación en Donostia. Entra en ese selecto club al que pertenecen también Paco Yoldi o Juanjo Igea. En los años sesenta estuvo presente en la inauguración de la primera piscina de agua de cloro que se construyó en la capital guipuzcoana. «Estaba donde están ahora las termas de La Perla. Nadé la prueba de 1.500 metros y la piscina tenía tanto cloro que para cuando llevaba 600 metros, al sacar la cabeza para respirar no veía nada. No se sabía mucho sobre cuánto cloro había que echar y yo creo que lo echaban a baldes». Las anécdotas que narra de aquella época son para enmarcar. «Cuando salí de nadar aquel día había quedado en los relojes de La Concha con mi mujer, que entonces era mi novia, y estaba allí junto a sus dos hermanas, pero yo no era capaz de reconocerlas de lo borrosa que tenía la vista», comenta divertido.
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Siempre ha sido autodidacta. «No he tenido entrenadores o gente que me haya dicho cómo nadar. Lo he ido haciendo todo como me salía. Y no me ha ido mal», afirma orgullo. Durante el invierno se baña muy a menudo. Tras hacer ejercicio en el Atlético sale al mar pero «nado poco, que el agua está fría. Si quiero nadar en invierno me voy a la piscina. Tengo neopreno pero no me convence». Eso sí, en cuanto la temperatura lo permite no perdona un entrenamiento en la bahía de La Concha: «Esta es nuestra mejor piscina».
Un acompañante especial
Tras 68 años nadando sin interrupción Carlos Santana ha perdido la cuenta de cuántas travesías ha podido nadar a lo largo de su vida «pero seguro que son más de doscientas». De la Getaria - Zarautz guarda grandes recuerdos. «Hay un ambiente espectacular, viene gente de todas partes y ha crecido mucho. Es como la Behobia del mar. Antes se celebraba siempre el 25 de julio y la llegada era al puerto de Zarautz. Además antes de la salida le solíamos cantar a la virgen que hay en el puerto de Getaria como si fuesen Sanfermines». La única vez que lo ha pasado un poco mal fue precisamente la última edición que se celebró, la de 2019: «Los primeros tuvieron buen tiempo pero luego se levantó viento y los de atrás sufrimos. Yo me dije: Carlos, tú, a llegar. Y llegué».
Para esta 50 edición tendrá un acompañante muy especial. Su hijo Carlos nadará junto a él. Sí, ese Carlos que nació justo en aquella primera edición de 1968. «De pequeño ya nadaba -explica Carlos padre- pero lleva 30 años sin hacerlo. Ahora se ha puesto a entrenar un poco para venir conmigo el próximo 24 de julio». No son pocos los que le preguntan hasta cuándo piensa continuar nadando a lo que siempre responde lo mismo: «lo dejaré cuando vea que no puedo hacerlo. Este año espero terminar la Getaria y a ver si hay salud para hacer alguna más.
Un gorro especial para los homenajeados
Carlos Santana recibirá el próximo 24 de julio un galardón especial para conmemorar las 50 ediciones. La organización ha encargado la elaboración de unos gorros especiales en recuerdo a aquellos de tela que se llevaban hace años y que muchos participantes de la travesía recordarán. Además de Santana otras 19 personas serán homenajeadas por haber participado en 25 ediciones o más. De ellas cuatro son mujeres: Eva Ugarte, Arantxa Urbieta, Amaia Arruti y Garbiñe Zulaika y 15 hombres: Jesús Mari Garmendia 'Xarpas', Manuel Aranguren, Cristobal Rochas, Ángel Rochas, Pedro Ayestarán, RamónUgarte, Iñigo Ugarte, Igor Urrutxe, Fernando Eizaguirre, Aitor Argarate, Jesus Gorospe, Jose Ignacio Luzuriaga, Alex Zabala, Edorta Badiola, Santi Mariezkurrena y Jose Agustín Esteban.