Su pasado, el principal enemigo

Si juego contra mi hermano, quiero ganarle. Así que mañana va a ser igual». No hay duda de que Viny Okouo quiere conseguir mañana un triunfo en el Carpena. Quizá el más amargo para él en un partido donde sabe que habrá muchas miradas pendientes de su juego. Como el turrón, pero mes y medio antes. Vuelve a casa, no es Navidad pero seguro que un triunfo ante su exequipo le parece un regalo.

Tras sus 2,14 de estatura y más de 110 kilos de peso se esconde una historia que muchas veces se ha visto por televisión y que ocurre cada vez más a menudo en el mundo del baloncesto. «Llegué a Málaga y no sabía jugar a baloncesto» cuenta este congoleño que en abril cumplió los 23 años y cuyo nombre completo es Viny-Pierrot Marcel Okouo. Fue en el año 2012 cuando arribó a la costa del sol acompañado por su padre y preguntando si se podía enfundar la camiseta verde. Superaba los dos metros de altura con apenas quince años y en las categorías inferiores de Unicaja le dieron una oportunidad. ¿Cómo llegó hasta allí el actual pívot del Gipuzkoa Basket? Él mismo lo cuenta. «Yo no jugaba al baloncesto, pero tuve la oportunidad de ir a un campus que organizaba Serge Ibaka».

A partir de ahí su evolución fue la normal. De cadete a júnior, después liga EBA, más tarde LEB Plata y LEB Oro después con el filial del Unicaja. «El año de LEB Plata (2016) me salieron muy bien las cosas y pude firmar mi contrato profesional con el Unicaja», relata el pívot nacido en Brazzaville, la capital congoleña. Su debut en ACB fueron nueve segundos en un encuentro ante el Zaragoza, un 13 de marzo de 2016. Siete encuentros más jugó aquella temporada y empezó a dar pasos hacia delante. «Tengo mucha amistad con jugadores del equipo, pero sobre todo con el staff», reconoce Okouo, quien mañana no dejará de dar abrazos –choque de puños en la nueva normalidad– a todos los que formaron parte de su día a día en el club.

Eso será antes del encuentro (12.30 horas). Cuando el balón se lance al aire, el pívot del Acunsa GBC lo tiene claro. «Cuando juego contra mi hermano siempre intento ganarle, así que mañana va a ser igual». No hay duda de que el partido va a ser muy especial para él porque será la primera vez que se enfrente al Unicaja.

Tras ocho años en la costa del sol y pasar de cadetes a jugar la Euroliga, la pasada temporada cambió de aires porque no se veía con oportunidades y fichó por el Nevezis lituano, donde se convirtió en el máximo reboteador de la competición báltica y firmó unos números de 10,4 puntos y 7,6 rebotes para 12,8 de valoración en 23 partidos disputados.

Obviamente el rol que desempeña a las órdenes de Marcelo Nicola es muy distinto al que tenía en la escuadra malagueña, donde era posiblemente el último pívot de la rotación. Esta temporada sus promedios son de 7,8 puntos y 4,8 rebotes en los 16 minutos que pasa sobre la pista. Ha conseguido casi más puntos en total que en las cuatro temporadas que pasó en la primera plantilla del Unicaja.

Está realizando una buena temporada aunque tiene tres aspectos básicos donde mejorar: el tiro libre, la defensa del pick and roll y las pérdidas de balón. Con todo, Viny Okouo y Jaime Echenique forman el puesto más fiable del GBC en este inicio de temporada. Mañana los recuerdos sobrevolarán su mente antes de un partido «muy especial» para él. Su pasado, durante 40 minutos, será su enemigo.