Jugadores menudos, ¡menudos jugadores!

¿Influye la estatura en el talento, la espectacularidad o el rendimiento de los futbolistas? A simple vista, en cualquier debate o tertulia serios se diría que no existen razones lógicas que así lo indiquen pero la realidad parece empeñarse en demostrar que en general los bajitos son mejores jugadores. El último ejemplo es la concesión el pasado día 3 al croata Luka Modric del Balón de Oro 2017-2018, prestigioso trofeo que suma a varios más en la misma temporada, como el del jugador más destacado del Mundial de Rusia o el 'The Best', y que le acreditan como el mejor futbolista del mundo.

Pues bien, el centrocampista del Real Madrid apenas mide 1,72 metros pero ha sabido superar las limitaciones de su altura en este fútbol moderno actual, donde se impone cada vez más el potencial físico, y merced a su elegancia, clarividencia del juego y pureza técnica ha pasado a engrosar la lista de 'pequeños' que han alcanzado la gloria en este apasionante deporte.

Si uno analiza con detalle la historia del balompié comprueba con cierta curiosidad que los considerados 'cinco magníficos' son más bien bajos. El difunto Di Stéfano medía 1,76; Pelé, 1,73; el también fallecido Cruyff, 1,75; Maradona, 1,66 y Messi, 1,69. Es indiscutible que estos datos, por sí mismos, parecen sentenciar que los jugadores de menor estatura son tradicionalmente mejores, pero hay muchos más ejemplos que así lo atestiguan. El Barcelona dirigido por Guardiola hace unos pocos años deslumbró al mundo con un juego preciosista de la mano de un grupo de futbolistas bajitos que volvían locos a sus contrarios con el famoso estilo 'tiki-taka' basado en el pase corto y rápido, el desmarque, la velocidad y la astucia. Es el sistema ideal para ese tipo de jugadores, como Iniesta (1,70), Xabi (1,70), Thiago (1,72), Mascherano (1,74), Jordi Alba (1,72), Alves, (1,73), Pedro (1,69), Neymar (1,74) o el mismísimo Messi (1,69). Uno de los equipos con la media de estatura más baja se convirtió en uno de los mejores de la Historia.

Y qué me dicen de la España campeona de Europa en 2008 y 2012 y del Mundo en 2010. A los culés Iniesta, Xabi, Alba y Pedro se sumaron otros menudos como Villa (1,75), Mata (1,70), Jesús Navas (1,72) o David Silva (1,70) que hicieron las delicias de los aficionados, protagonizando la época dorada del fútbol español y despertando admiración y enviada sana en todo el mundo.

Pero al margen del talento individual de cada uno, ¿qué caracteriza a los futbolistas bajitos para destacar? De inicio, por su escasa estatura gozan de una mejor coordinación de los movimientos corporales, sus piernas se mueven con más dinamismo y agilidad, lo que les facilita un mayor dominio del balón, y además son más veloces, hábiles, listos e intuitivos, cualidades decisivas en este deporte. Por si esto fue poco, en su libro 'Fútbol, mi filosofía', el genio holandés Johan Cruyff añadía que también «gustan más al público, caen mejor». De otro lado, los jugadores altos tienen la ventaja de una mayor zancada por sus largas piernas, son superiores en potencia, dominan mejor el disparo lejano, el choque en la disputa de balón y el salto de cabeza, a la vez que ocupan más espacio en el campo.

La portería y el centro de la defensa son las posiciones que ocupan normalmente los jugadores más altos, aunque en la primera hay honrosas excepciones de cancerberos más bien bajos para la media, como el mítico guardameta realista Arconada, con su 1,78 metros, el sportinguista Ablanedo (1,77), Buyo (1,79) o hasta Casillas (1,82), lo que no impidió que pasaran a la historia como cuatro de los mejores porteros. Mientras, el centro del campo y la delantera son zonas más propicias para los pequeños.

Aquí, en la Real Sociedad, tres de los considerados mejores futbolistas de la historia del conjunto txuri-urdin son bajitos. López Ufarte y Txiki Begiristain medían 1,70, y José Mari Bakero, 1,69, pero cómo hicieron vibrar a la hichada blanquiazul, que no les olvida. En el vecino Athletic están los ejemplos de Arieta (1,74), Dani (1,69) o Muniain (1,69), y en el Madrid Butragueño (1,70), Santillana y Hugo Sánchez (1,75), Roberto Carlos (1,68) y Juanito (1,69)…

Además de los ya recordados 'cinco magníficos', otros 'grandes' del fútbol demostraron que la escasa estatura no era impedimento para triunfar. Entre otros cabe citar a Gento (1,71), Puskas (1,72), Kopa (1,69), Eusebio (1,75), Gerd Müller (1,76), Roberto Baggio (1,74), Zico (1,72), Simonsen (1,65), los ingleses Keegan (1,73) y Bobby Charlton (1,73)..., casi todos ellos galardonados con el Balón de oro. En el lado de los altos sobresalen Van Basten (1,88), Cristiano Ronaldo (1,83), Zidane (1,85), Ronaldo Nazario (1,83) o Kaká (1,86).

A nivel profesional, el fútbol parece ser uno de los deportes idóneos para los bajitos porque hay algunas disciplinas prácticamente 'vetadas' para ellos. En baloncesto, voleibol, balonmano, tenis, atletismo o la pelota, por ejemplo, brillan por su ausencia los competidores de escasa estatura, que sin embargo sí despuntan en la gimnasia o las carreras de caballos, motos o coches y se defienden bien en el ciclismo.

En la actualidad, además del maravilloso Messi y Modric, hay muchos otros bajitos en la lista de estupendos futbolistas. Ahí están el suizo Hazard (1,73), el egipcio Salah (1,75), Agüero (1,72), el francés Kanté (1,68), Neymar (1,74) o el también brasileño Coutinho (1,72)… El exrealista Griezmann no mide mucho más (1,75). Por cierto, si no lo sabían, el jugador más pequeño de la Liga española es el argentino del Espanyol Piatti (1,63). Son deportistas de escasa talla física pero 'gigantes' del balompié. Dicho lo cual, ¿cabe concluir que son mejores futbolistas los bajitos?