Desarrollo y propaganda de la industria nacional del ciclo

La Vuelta a España celebra estos días en la semiclandestinidad su 90º aniversario. No es que la efeméride –también será la 75ª edición– estuviera atrayendo todas las miradas, pero ha tenido un poco de mala suerte. El aniversario se cumplía el lunes 29, justo el día del apagón, lo que obligó a cancelar el acto organizado en Madrid. La prueba se celebrará del 23 de agosto al 14 de septiembre.

El 3 de mayo de 1935, la carrera llegaba a Donostia, procedente de Bilbao, donde la víspera Gustaaf Deloor se había hecho con el maillot naranja de líder, que ya no soltaría hasta el final. En su último libro, Javier Bodegas, una enciclopedia de la historia del ciclismo, repasa toda una serie de episodios de la ronda española. Tras 'Los otros de la Vuelta', ahora saca a la luz 'La Vuelta, cosas y casos', una sucesión de historias de la carrera, de todos los tiempos, todas curiosas. Uno de los capítulos se titula 'Aquella primera Vuelta a España' y expone una serie de datos que, vistos 90 años después, generan asombro.

La primera etapa unió Madrid y Valladolid, sobre 185 kilómetros. La más corta de aquella edición inaugural, que tuvo una jornada por encima de los 300 kilómetros (316 entre Zaragoza y Barcelona el sexto día) y nueve por encima de los 200 (hubo otra de 199). La primera etapa salió a las seis de la mañana del lunes 29 de abril desde la estación de Atocha, ante un multitud de curiosos, y acabó en el paseo de Recoletos de Valladolid, con triunfo del belga Antoine Dignef, que tres días después volvería a ganar en Donostia. Para entonces, los 50 participantes habían recorrido ya 870 kilómetros. Al día siguiente, la carrera salió de San Sebastián rumbo a Zaragoza.

Recoge Bodegas cómo el organizador, el diario 'Informaciones', escribió que «la primera Vuelta a España es, ante todo y sobre todo, una carrera encaminada al desarrollo y propaganda de la industria nacional del ciclo». Así pues, los corredores se agruparon en dos equipos, el azul de BH y el verde de Orbea, aunque cada uno corría con su bici. Se prohibieron los cambios, a pesar de que ya estaban inventados. El reglamento era leonino, con multas y sanciones por todo y obligaciones que parecían tener la única función de martirizar al ciclista. No se podían cambiar piezas de la bici salvo avería grave y, en ese caso, el ciclista debía llevar hasta la meta las piezas estropeadas para que los comisarios verificasen que la reparación estaba justificada. No se podía cambiar de rueda en caso de pinchazo, había que sustituir el tubular.

El reglamento establecía que si la media de velocidad en una etapa era inferior a los 27 kilómetros por hora se rebajaban los premios a la mitad. Y si caía por debajo de los 25 se eliminaban. Además, el jurado de la carrera se reservaba el derecho de expulsar a cualquier corredor si su marcha en carrera no se consideraba «satisfactoria», medida que no se llegó a adoptar. Acabaron la Vuelta 29 corredores y la media del ganador fue de 28,53 kilómetros por hora.

En todas las etapas había un puesto de avituallamiento, en el que los ciclistas debían bajarse de la bici, y otro de firmas, obligatorio. Eibar y Bergara acogieron esos puestos intermedios, como Tafalla y Pamplona. Se subieron diez puertos en total, entre ellos Urkiola y Azpirotz.

Además del 90º aniversario y las 75 ediciones, en la próxima edición también se cumplirán otras efemérides, como los 50 años de la inolvidable llegada a Donostia de la crono final de 1975, que jamás pudo borrar de su mente Txomin Perurena tras perder el liderato en el mismísimo velódromo de Anoeta a manos de Agustín Tamames. Así mismo, se recordarán los 40 años de uno de los desenlaces más rocambolescos, cuando Pedro Delgado derrotó a Robert Millar en la famosa etapa de la sierra madrileña de 1985. También se cumplen 60 años de la última vez que Rik van Looy corrió la Vuelta. El 'Emperador de Herentals' ganó en aquel 1965 ocho etapas –muchas, aunque lejos de las 13 de Freddy Maertens en 1977–y acabó tercero en la general. Fue quinto en la contrarreloj que llegaba al velódromo portátil de Atotxa, mientras ya se ultimaban los trabajos para inaugurar el nuevo y flamante de Anoeta.

Después de 14 etapas, el 15 de mayo Gustaaf Deloor confirmó su victoria en la primera Vuelta a España ganando la última etapa entre Zamora y Madrid.

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