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Buckingham, arriba en el centro. F.M
Juaristi

Kevin Buckingham, un jugador de alta fidelidad

Baloncesto ·

El ala-pívot texano jugará el curso que viene en el Juaristi después de haber estado un año recuperándose de su lesión de rodilla en la localidad urolatarra

Viernes, 15 de julio 2022, 07:57

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Qué buena, el año que viene juego en la LEB Oro». Eso fue justamente lo que le dijo Kevin Buckingham a Iñaki Jiménez una vez que el Juaristi Iraurgi consumó su permanencia en la LEB Oro. La historia del jugador texano ha calado muy hondo en el corazón del equipo de la comarca del Urola. Lo que ha hecho esta temporada le convierte en un 'rara avis' dentro del universo baloncestístico profesional.

Kevin Buckingham es un ala- pívot de 24 años que roza los dos metros de altura y que llegó a Azpeitia hace un par de años para militar en la LEB Plata. Resultó alguien diferencial y tuvo gran parte de culpa de que la escuadra guipuzcoana lograra la Copa y el ascenso. No había dudas ni en Iñaki Jiménez, el entonces técnico, ni en la cúpula deportiva del club. Se había ganado la renovación. Tanto él como su esposa se acoplaron perfectamente a vivir en las faldas de Izarraitz.

El drama llegó a principios del pasado septiembre. En el tercer entrenamiento del equipo, un mal giro de la rodilla anunció la peor de las noticias. Buckingham se había roto el ligamento cruzado de la rodilla y. a falta de las pruebas médicas, podría decir adiós a la temporada. Se cumplieron los peores presagios y el Juaristi se quedó sin un jugador importante, su 'cuatro' titular.

La gran sorpresa

El conjunto azkoiti-azpeitiarra siempre estuvo cerca del jugador y de su esposa, pero cuando se presumía una despedida, llegó la génesis de una historia maravillosa. «Xubi, voy a operarme aquí y voy a hacer la rehabilitación en Azpeitia», le dijo a José Luis Zubizarreta, alma máter del Juaristi Iraurgi Saski Baloia. «Cuando Kevin me dijo eso, me llegó al corazón», expresa Xubi. No era para menos.

La operación quirúrgica de Buckingham, que tuvo lugar en la Policlínica, fue un éxito y, en cuanto pudo, se puso a las órdenes del preparador físico y los fisioterapeutas del equipo guipuzcoano. De hecho, se albergaba hasta una posibilidad de que disputara algún minuto al final de la presente temporada, algo que por desgracia no ocurrió. El ala-pívot texano fue uno más en la conquista de la permanencia que logró el conjunto urolatarra. No pudo pisar la pista, pero fue uno más en la manada de lobos guiada por Iñaki Jiménez.

Buckingham acudió diariamente al centro de fisioterapia para recuperar la rodilla y no dudó un instante en subirse al autobús del Juaristi para acompañar al equipo en varios desplazamientos. Buckingham se sentaba en el banquillo como uno más. Sus gestos calaron muy hondo en el club. Además, en los viajes a los que no pudieron acudir el fisio y el preparador físico, él ordenaba los ejercicios prepartido, ya que sus estudios universitarios en Southern Oklahoma State fueron de esa materia y ayudó a poner a punto a sus compañeros.

Buckingham es un jugador fiel y de alta fidelidad, a quien se le ha renovado en contrato. Poca gente se lo ha ganado tanto como él. Este curso disfrutaremos de nuevo con su juego.

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