Somos románticos y más que lo seremos

1Había mil formas de dar al traste con la adaptación cinematográfica de la novela de Txani Rodríguez 'Los últimos románticos', pero el director David Pérez Sañudo ha conseguido esquivarlas y aquí es obligado reconocer que con la impagable colaboración de su protagonista, la actriz Miren Gaztañaga, que coge su interpretación y la despoja de todo excepto de su esencia más profunda.

2Premio Euskadi de Novela, el tema de la novela es la vulnerabilidad inherente al amor, sea en su búsqueda o en su pérdida. Éste es el tema. El argumento es la interacción de Irune con un mundo que ha dejado de comprender. Entre el conflicto laboral en la fábrica en la que trabaja y la ansiedad de la espera de un diagnóstico médico, entre una percepción de la realidad supuestamente alterada y la amenaza de la incomunicación, las llamadas nocturnas de Irune al operario de Renfe que informa de los horarios de los trenes ya emocionaban en la novela y lo vuelven a hacer en la película. Dice Pérez Sañudo que era complejo rodar una película con una trama tan escueta, pero 'Azken erromantikoak' se ajusta al precepto del cuento-iceberg que muestra una parte y mantiene sumergido todo lo demás. Y bajo esa superficie, la peli ruge. Cabe preguntarse cuál es la realidad que bulle bajo nuestras apariencias, como para que un personaje tan lastimado concite la empatía, cuando no identificación, de tantos 'normales, supernormales y normativos'. La cinta compite en New Directors.

3Los cuatro episodios de la serie de Alauda Ruiz de Azúa 'Querer' llegan para recordarnos, ahora que está tan de moda la inseguridad ciudadana, que no hay calle tan peligrosa como algunos hogares. En primer lugar, porque el seno familiar es el único lugar en el que los abusos pueden repetirse hasta el infinito; y en segundo, porque esos comportamientos irradian su ejemplo a cuantos están alrededor, básicamente, los hijos que, a su vez, tenderán a replicarlos.

4Nagore Aranburu interpreta a esa mujer que, después de treinta años de matrimonio, interpone una denuncia por violación dentro del matrimonio contra su marido, interpretado por Pedro Casablanc. Si en toda serie hay un episodio en el que la narración explota o no y ahí se la juega, en este caso es el tercero. Aquí se constata que, llegados a un punto, la importancia de los hechos puros y duros sucumben a los relatos que de ellos nos contamos.

5La jornada que el Zinemaldia dedicó ayer a manifestar su solidaridad con la industria cinematográfica argentina es coherente desde el punto de vista cinematográfico con la línea programativa del festival. En los últimos años hemos podido seguir a través de diferentes secciones algunos de los episodios más relevantes de la historia reciente de este país: del asesinato suicidio del fiscal Alberto Nisman a los juicios a las juntas militares que gobernaron y saquearon el país, pasando por los 'vuelos de la muerte'. De Argentina se podrían decir muchas cosas buenas –entre ellas, su cine–, pero nadie podrá decir que ha conseguido descifrar este arcano político.