Cuando Terranova fue Eldorado
Pesquerías. El libro 'Rumbo al bacalao' muestra 500 de las más de 50.000 fotos sobre las campañas en los Grandes Bancos recopiladas por el especialista canadiense Jean Pierre Andrieux
La ya amplia bibliografía sobre las pesquerías del bacalao en Terranova se ha enriquecido con la reciente publicación de 'Rumbo al bacalao', un libro del canadiense Jean Pierre Andrieux que repasa algunos de los episodios más significativos de la epopeya protagonizada por los pescadores españoles en los Grandes Bancos y recupera medio millar de las más de 50.000 fotos recopiladas por el autor. Además del evidente valor de las imágenes, buena parte de ellas inéditas, se trata del primer trabajo que ve la luz sobre las campañas de Terranova escrito desde el punto de vista de un canadiense. La obra documenta también el declive de la pesquería a partir de 1978 después de la entrada en vigor del límite de las 200 millas y la introducción de las cuotas de capturas, una etapa sobre la que apenas existen estudios.
La pesca en Terranova siempre ha ejercido un atractivo especial. Las campañas de las pequeñas embarcaciones que viajaban hasta el Atlántico Norte para capturar bacalao haciendo frente a unas condiciones de extrema hostilidad han tenido reflejo tanto en libros de ficción –recuérdese el magnífico 'Gran Sol' que escribió Ignacio Aldecoa– como de investigación académica y estudio. En los últimos años se ha realizado un esfuerzo especial para recuperar testimonios y documentos de los protagonistas de aquella epopeya que aún sobreviven. Fruto de ese trabajo han sido documentales como 'Arte al agua', producido por la productora donostiarra Sincro, o el libro 'Los vascos y la pesca del bacalao', de José María Unsain y Peio Urrutia, probablemente una de las mejores aproximaciones al fenómeno tanto por la calidad de sus fotografías como por la solvencia de sus autores.
Ahora llega a las librerías 'Rumbo al bacalao. Una historia gráfica de las pesquerías españolas en Terranova (siglos XVI-XX)', un volumen de más de 400 páginas que tiene un doble interés: se trata del primer trabajo sobre la pesquería realizado desde la perspectiva de un canadiense y muestra además medio millar de estampas de la que es probablemente la mayor colección de fotografías sobre la pesca del bacalao que existe en el mundo. El autor del libro es también el titular de esa colección de imágenes: Jean Pierre Andrieux, que a pesar de haber nacido en Montreal se instaló con su familia desde muy pequeño en Saint Pierre, uno de los puertos más frecuentados por las embarcaciones vascas que participaban en las campañas. Aunque no se dedica profesionalmente al bacalao, Andrieux tiene una pasión por la pesquería que le ha llevado a contactar personalmente con buena parte de los protagonistas de las campañas y a recopilar del orden de 60.000 fotos.
«Que Dios bendiga a mi mamá y a mi papá y que nos traiga un naufragio por la mañana», rezaban los niños de Terranova
«Andrieux conoce a capitanes, armadores y pescadores de bacaladeros no solo de Canadá, sino también de España, Portugal Francia o Rusia», dice Erik Braune, responsable de la Fundación Fram, la editorial que ha publicado el libro. Cónsul honorífico de España en San Juan, otro de los puertos de refugio en Terranova de la flota bacaladera española durante décadas, el canadiense ha escrito una veintena de libros relacionados con el mar. El autor ha contado con la colaboración de Peio Urrutia, encargado de la coordinación y la documentación, y la asistencia técnica de José María Unsain y Soco Romano.
Asentamientos
El libro resume en su primera parte la historia de unas pesquerías que se iniciaron en el siglo XVI cuando los pescadores vascos se aventuraron hasta las costas de Terranova atraídos por la riqueza de unas aguas con una gran concentración de plancton por el contraste entre las corrientes del Golfo (cálida) y del Labrador (fría). Aquellos pioneros llegaron a establecer asentamientos en la zona, pero las circunstancias geoestratégicas de la época frustraron la empresa y la Paz de Utrech (1713), la misma que dejó Gibraltar en manos británicas, cerró a cal y canto las aguas de Terranova a las embarcaciones españolas.
Durante el siglo XVIII fueron muchos los mercantes españoles que recalaron en Terranova para cargar sus bodegas con bacalao salado antes de poner rumbo a la península. El autor recuerda que la población local vivía de ese comercio e incluso recupera un plegaria infantil que se ha mantenido hasta hace poco: «Que Dios bendiga a mi mamá a a mi papá y que nos traiga un naufragio por la mañana».
Además del valor de las fotos, muchas inéditas, el libro enfoca la crisis del bacalao desde el punto de vista de un canadiense
Las pescadores vascos regresaron a Terranova en las primeras décadas del siglo XX. La creación en 1926 de la Pysbe (Pesquerías y Secaderos de Bacalao de España) en Gipuzkoa sentó las bases de una de las industrias más prósperas de la época. En los años sesenta se vivió la edad dorada del bacalao. Convertido en el principal puerto bacaladero del planeta, Pasaia llegó a acoger a más de un centenar de embarcaciones. Eran los días en que Trintxerpe era conocida como la 'Ciudad del Dólar' y los pescadores hablaban de Terranova como si fuese el nuevo Eldorado.
La implantación en 1977 del límite de las 200 millas y las moratorias como consecuencia de la sobrepesca precipitaron una crisis de la que Pasaia aún no se ha terminado de recuperar. El libro de Andrieux documenta de forma exhaustiva esa etapa con la incorporación de documentos y fotografías sobre las persecuciones de bacaladeros a cargo de helicópteros y patrulleras canadienses. Es el triste epílogo de una época de esplendor que es difícil que se vuelva a repetir.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión