Las memorias de la pandemia
El museo San Telmo amplía el plazo de entrega tras haber recibido más de un centenar de testimonios de guipuzcoanos en diferentes formatos
El museo de San Telmo ha ampliado hasta fin de mes el plazo de recepción de testimonios sobre la pandemia que abrió el pasado 18 de mayo. La iniciativa ha tenido una acogida muy positiva y son ya más de un centenar los ciudadanos que han hecho llegar al centro reflexiones en torno a sus vivencias durante la crisis sanitaria. Son textos, mensajes grabados, vídeos, canciones, fotos y hasta juegos que conforman un peculiar 'archivo' que permitirá reconstruir a las generaciones venideras las sensaciones y las emociones experimentadas durante los tres últimos meses.
San Telmo abrió a mediados del pasado mes de mayo un buzón virtual destinado a recoger testimonios sobre la pandemia realizados tanto por ciudadanos particulares como por colectivos. «Como museo de la sociedad vasca no podíamos ignorar esta situación sin precedentes que hemos vivido a raíz de la pandemia provocada por el Covid-19, así que hemos querido contribuir a fomentar una reflexión colectiva en torno a cómo la amenaza sanitaria ha influido en nuestra sociedad y también sobre el papel que va a desempeñar en la construcción de la sociedad post-pandemia», reflexionan desde San Telmo.
El buzón
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Documentos Se pueden hacer llegar archivos de foto, vídeo o audio, en cualquier idioma
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Los testimonios pueden enviarse en alguno de estos formatos: jpg, gif, png, wad, mp3, mp4, mov, avi, jpg, zip, dar o 7Z.
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Tamaño Los archivos deben tener 60 megas como máximo.
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Duración La duración máxima de los vídeos es de 3 minutos
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Dónde El buzón está en la página web de San Telmo: www.santelmomuseoa.eus
Inspiración en Zamora
La institución donostiarra se inspiró en una iniciativa lanzada por el Museo Etnográfico de Castilla y León que se ubica en Zamora. «Cuando aún estábamos confinados vimos que el museo zamorano ponía en marcha el proyecto y contactamos con ellos para sumarnos a esa línea de trabajo. De ahí surgió la idea, que se activó el 18 de mayo coincidiendo con el Día de los Museos y que ha tenido una respuesta muy positiva, especialmente en las últimas semanas, lo que nos ha llevado a prorrogar el plazo de recepción de testimonios, que se iba a cerrar el 18 de junio, hasta finales de mes». La propuesta no tiene límites en lo que se refiere a contenidos. El único requisito más allá de la obligada referencia a la pandemia es su formato digital. «Nos ha sorprendido la creatividad de algunos testimonios, pero sobre todo la carga emotiva que se esconde en muchos de ellos», apunta Miren Valverde, responsable de Comunicación de San Telmo. «Hay testimonios desgarradores de personas que han perdido a alguien cercano por la enfermedad, de gentes que viven solas y que cuentan que todos sus días giraban en torno a la pausa de los aplausos de las ocho de la tarde porque era el único momento que tenían para contactar con otra gente a través de los balcones…».
«Nos ha sorprendido la creatividad de algunos testimonios pero sobre todo la carga emotiva»
Aportaciones
«Un patrimonio de gran utilidad para documentar este periodo a las generaciones venideras»
Futuro
Aunque la tristeza es el componente que predomina en las vivencias que han llegado hasta el museo, también ha habido testimonios con un soplo más optimista. «Hay familias que se han hecho vídeos cantando y bailando, imágenes de dibujos infantiles llenos de colores e incluso hay quien nos ha hecho llegar fotos de una baraja de cartas sobre el coronavirus que se inventaron para jugar», precisa Valverde.
Patrimonio inmaterial
Los testimonios confirman que el ser humano mantiene intacta su capacidad de ver un lado bueno en los escenarios más adversos. «La idea era reflejar cómo nos hemos adaptado a una realidad desconocida hasta ahora, ver si la pandemia ha acarreado solo consecuencias negativas o si ha traído también nuevas oportunidades de aprendizaje y convivencia, y el resultado hasta ahora nos está mostrando ambas caras. Todas las personas nos hemos visto afectadas por el coronavirus, pero aunque todos somos igual de vulnerables y nos hemos tenido que confinar, lo hemos vivido de manera diferente en función de nuestro entorno, nuestras circunstancias particulares y nuestra forma de ser».
Los testimonios son sobre todo particulares aunque también ha habido asociaciones como Cáritas que han hecho llegar sus aportaciones. El museo aún no se ha planteado qué hará con todo el material que va a conformar esa suerte de gran archivo de la pandemia. «Es un patrimonio colectivo inmaterial que será de gran utilidad a la hora de documentar este periodo para las generaciones venideras, pero todavía es demasiado pronto para saber si hará o no una exposición», reflexiona Miren Valverde. «Primero vamos a ver todo el material que vayamos recopilando hasta fin de mes y luego ya iremos viendo». En estas cosas es mejor dejar que pase el tiempo para adquirir cierta perspectiva antes de tomar cualquier decisión».
Material para reconstruir la escala humana de la crisis sanitaria
¿Qué no darían los historiadores actuales por tener testimonios a pie de calle de episodios como la invasión napoleónica, la pérdida de Cuba y Filipinas, la irrupción de la gripe de 1918 o el golpe de estado de 1936? Esa es la premisa bajo la que el Museo de Castilla y León de Zamora puso en marcha el trabajo de recopilación de testimonios al que se ha sumado San Telmo. Conscientes de que la crisis del coronavirus va a ser un acontecimiento que se recordará en el futuro, los responsables del museo zamorano se propusieron reconstruir «la escala humana de la pandemia» de la mano de testimonios que a buen seguro serán estudiados detenidamente por los investigadores del futuro». Habrá quien estudie las diferencias entre la experiencia de confinamiento en el entorno rural y urbano o quien analice cómo se vivió esta situación desde las distintas franjas de edad; habrá quien realice el análisis en busca de las asimetrías a la hora de identificar cómo afectaron las desigualdades sociales y económicas a las personas durante la pandemia o quien se interese por los hábitos de consumo durante un estado de alarma. El futuro interés de este archivo- concluyen los responsables del museo de Zamora- nos trasciende».
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