El Orfeón cumple sus 'jóvenes' 125 años
Aniversario ·
El 21 de enero de 1897 se creó el coro, que prepara un programa de celebraciones. Su director actual, Sainz Alfaro, repasa la historia de un 'Donostiarra' que empezó en ArrasateMITXEL EZQUIAGA
Jueves, 20 de enero 2022, 06:57
Todo comenzó en los arkupes de la Plaza de la Constitución de Donostia un día de junio de 1896. Cuentan que el poeta Arzak comentó a unos jóvenes cantores de la Sociedad Coral que la Fiesta Euskara de Arrasate bien merecía una excursión. Una veintena de jóvenes al mando de Norberto Luzuriaga viajó días después hasta Mondragón, primero en tren y el tramo final en diligencia. Cantaron, lo pasaron bien y a la vuelta pactaron crear un coro que difundiera «el canto vascongado».
Un 21 de enero de 1897 se constituyó legalmente el Orfeón Donostiarra. Mañana se cumplen 125 años y el coro lo celebra «en un momento en que la media de edad de sus componentes es muy joven, se mantiene la fuerza y la tradición de siempre y hay energía para seguir, al menos, otros 125 siglos más», según subraya con humor José Antonio Sainz Alfaro, director del Orfeón desde hace 1987, cuando le tocó tomar el relevo del carismático y ya legendario Antxon Ayestarán, fallecido en un accidente de tráfico. José María Echarri es el presidente del coro desde 1996, en un compenetrado 'dúo' organizativo con el responsable artístico Sainz Alfaro.
«Que nos inviten a celebrar»
Sainz Alfaro dice que el coro trabaja en un programa de conmemoraciones para celebrar ese 125 aniversario, «pero como casi todo en este tiempo estamos a la espera de la evolución de la pandemia». Sí hay citas seguras, como el regreso a Arrasate en un guiño a la historia, pero otras quedan por concretar. Y Sainz Alfaro añade una reflexión en voz alta con un punto de provocación: «Aparte de lo que organicemos nosotros estaría bien que otras entidades musicales afincadas en Gipuzkoa, como la Quincena Musical o la Euskadiko Orkestra, nos invitaran o ayudaran a celebrar el aniversario como homenaje a una institución como el Orfeón, popular, 'amateur' y tan respetada en el exterior».
En la historia de la coral queda la celebración del centenario, en 1997, como un auténtico alarde de conciertos y actos que vivió su punto central en la histórica noche que llenó el estadio de Anoeta. El 125 aniversario será más discreto porque la fecha no es tan redonda como el centenario, que se preparó además con mucha antelación con una comisión especial, y sobre todo porque los dos años de pandemia han ralentizado las programaciones culturales.
La filosofía de siempre
Pero antes de mirar al pasado tomemos una fotografía del presente. ¿Cómo está hoy el Orfeón Donostiarra? «Nos siguen llamando de lugares de calidad y parece que cumplimos, como ocurrió recientemente en la Philarmonie de París, donde cosechamos unas estupendas críticas», responde Sainz Alfaro. «La media de edad de los cantores ha bajado y su preparación es extraordinaria», añade. «Solo se han reducido un poco las cifras de participación en los talleres y coros infantiles, pero pensamos que se debe en parte al descenso de la natalidad y también a la pandemia», dice el director. «Seguimos siendo fieles a la filosofía de siempre: ser un coro amateur que canta como si fuera profesional y ser una entidad que lleva el nombre de Donostia y de Gipuzkoa por el mundo».
En ese sentido Sainz Alfaro lamenta que el año pasado los confinamientos cancelaran la gira que iba a realizar el coro por algunos grandes auditorios holandeses y alemanes, «una gira que iba a constituir uno de los grandes momentos de nuestra historia y que por desgracia también fue víctima del Covid. Confiamos en que puede recuperarse cuando la situación mejore».
Mucho ha llovido y mucho se ha cantado desde aquella excursión fundacional a Arrasate hace 125 años. Sainz Alfaro considera que puede repasarse la historia del coro a través de sus directores, que han sido pocos porque todos han mantenido largas etapas al frente del Orfeón. Luzuriaga y Oñate fueron directores en los pasos iniciales, pero el primero que dejó una huella definitiva fue Secundino Esnaola, que estuvo al frente de 1902 a 1929. «Era además un gran compositor y un estupendo músico, y asentó los cimientos para que este coro fuera el gran coro que ha sido». Entre sus virtudes destaca que en 1909 decidió la entrada de mujeres en el coro.
De Gorostidi a Ayestarán
Siguió Juan Gorostidi, de 1929 a 1968, responsable de la nave en los años complicados de la guerra y la posguerra. «Él supo abrir el coro a otros estilos, como la zarzuela y la ópera, y consigue los grandes éxitos del Orfeón en el exterior». En 1968 tomó el relevo Antxon Ayestarán, un director carismático con el que el coro da otro salto de calidad. «Supo modernizar la institución y profundizar en la internacionalización con las míticas giras por Estados Unidos o la antigua Unión Soviética», rememora Sainz Alfaro. La trágica y temprana muerte de Ayestarán en un accidente de tráfico llevó a Sainz Alfaro, entonces subdirector, a la máxima responsabilidad del coro en 1987, con apenas 30 años de edad.
En este tiempo el coro ha vivido otros momentos dorados de su historia, desde las actuaciones en la Filarmónica de Berlín con el maestro Abbado hasta la participación en 1999 en el montaje operístico de 'La condenación de Fausto' de La Fura dels Baus en el festival de Salzburgo, meca de la música clásica. «Fue algo histórico, con la presencia durante varias semanas de los orfeonistas en Salzburgo en los ensayos y preparativos».
Ha actuado en los grandes escenarios del mundo y ha sido dirigido por algunos de los grandes maestros contemporáneos, como Abbado, Argenta, Barenboim, Chailly, Frühbeck, Gergiev, López Cobos, Maazel, Mehta, Muti, Nézet-Séguin, Ozawa, Pletnev, Rattle, Salonen, Sokhiev, Stokowsky, Temirkanov, Ticciati, Víctor Pablo Pérez o Zedda, por citar solo algunos clásicos. «Muchas veces son los grandes directores nuestros mejores 'agentes', porque cuando trabajan con nosotros nos reclaman luego para repetir», dice el director.
El cupón de hoy
Hoy habrá una celebración especial y distinta. El cupón que se sortea este 20 de enero, festividad del patrón de San Sebastián, tendrá como protagonista al Orfeón Donostiarra. Un total de 5,5 millones de cupones de la ONCE que se han vendido estos días se suman al 125 aniversario de la fundación de la coral. El cupón, ilustrado por una fotografía de los cantores del Orfeón Donostiarra delante de los cubos del Kursaal, se sorteará hoy. Según informó la Once, «al ser un 'cupón de diario' ofrece, por 1,5 euros, 55 premios de 35.000 euros en cinco cifras».
Así que el 125 aniversario del Orfeón Donostiarra viene con un pan debajo del brazo gracias al cupón. «No es mala forma de empezar», concluye con humor Sainz Alfaro, 'Sani' para sus amigos y compañeros. «Ojalá mejore la situación sanitaria y podamos celebrar el cumpleaños como queremos, con nuestro público».
Directores que marcaron historia
(1902-1929)
Secundino Esnaola
Pone los cimientos. El Orfeón gana numerosos galardones en competiciones locales que culminan en 1906 con el Grand Prix d'Honneur de París. En 1909 da entrada a las mujeres y transforma el coro de voces graves en un coro mixto. El coro empieza sus triunfos en el Real de Madrid.
1929-1968
Juan Gorostidi
El coro actúa en los principales festivales internacionales y amplía el repertorio, que se extiende al campo de la zarzuela y la ópera. Gorostidi está 39 años seguidos al frente del coro, con hitos como un 'Réquiem' de Brahms en París con Ataúlfo Argenta (1957) y una 'Atlántida' de Falla en Edimburgo (1962).
1968-1986
Antxon Ayestarán
Era subdirector con Gorostidi y le sucedió a su muerte. Carismático, modernizó el coro, cultivó su cantera y logró el premio Príncipe de Asturias en 1984, además de protagonizar grandes giras internacionales. Falleció en 1986 en un accidente que supuso toda una conmoción para el coro y la cultura guipuzcoana.
Desde 1987
José Antonio Sainz Alfaro
Subdirector con Ayestarán, le tocó asumir un traumático relevo con apenas 30 años. En este tiempo ha matenido el nivel artístico del coro y lo ha seguido modernizando con varios hitos fundamentales, como el centenario o las visitas a Salzburgo o Berlín, dos de las mecas de la música clásica.
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