Sonidos con claroscuros para la poesía de Mirande

En otro concierto en Beasain, en 2017, coincidieron Elena Setién y Grande Days, y cada uno interpretó un tema del otro. «Dijimos 'qué bien funciona esto', y decidimos hacer juntos un disco en euskera. Koldo Almandoz nos sugirió la poesía de Jon Mirande, que es un autor maldito muy controvertido, con ideologías muy 'heavys', pero muy interesante». Y esa idea espontánea se ha materializado.

Elena Setién escribió las canciones, con los textos que eligieron entre todos. «Me gusta mucho la métrica de Mirande», dice Setién. «La forma en que utiliza el idioma es muy musical. Por eso he cogido poemas enteros y los voy leyendo en alto y de ahí va saliendo la melodía de la canción, porque yo creo que todos los poemas llevan una melodía implícita».

El mundo de Mirande tiene romanticismo e ironía, y también «hay cosas muy sutiles, pero que están ahí, como la tendencia al voyeurismo o cierto acercamiento al nazismo», señala Setién. «Hemos reflejado todo, con sus claroscuros, sin desechar la fealdad. Lo que me gusta de este trabajo es que desde mi estética preciosista y romántica, he cantado algo mucho más oscuro, feo, pero dándole también un poco de belleza. He empezado a cantar de forma más cruda y más cercana, un aprendizaje que me lleva a mi siguiente etapa como cantautora».

Sobre la base con piano de Elena Setién, Erkizia ejerció de productor, además de aportar su habitual investigación con los sonidos. En Bera, en Mik Estudioa de Maikel García, fueron dando forma definitiva a las canciones, grabando en cinta magnética.

Ha sido un reto también para Grande Days, porque «ellos tienen un sonido muy potente, pero Xabier Erkizia nos rompió todos los esquemas, y a ellos les dijo que rebajaran esa potencia, que hicieran muy poco. El reto para todos era encontrar algo que funcione con lo mínimo, conseguir un equilibrio en algo que se tambalea».

El disco también contiene algunos poemas grabados en la calle o dejados en un contestador, pero se cimenta en seis canciones. Se abren con 'Zergatik' que «plantea 'por qué aprender si voy a olvidar todo lo aprendido', ya indica un mundo muy existencialista». 'Igelak' en cambio es «una canción onírica, de añoranza del contacto con la naturaleza, y de lo que nunca vas a alcanzar. Es el Mirande más libre, lejos de la ciudad y de los que le critican». La última canción es un dúo de Elena Setién con Xabier Erkizia. «Es un trabajo muy minoritario pero creo que indaga en el inconsciente colectivo de todos los vascos», expresa Elena Setién. «Creo que estamos en un momento en que tenemos que sacar fuera las cosas feas, liberarnos y reinventarnos. Asumir lo que somos, y no ser el cliché de nosotros mismos. Ser nuestro nuevo yo».