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El compromiso político del músico en «tiempos peligrosos» marcó los dos conciertos con varias intervenciones en las que arremetió contra el presidente Trump, al que califició entre otras cosas con un irónico «amado líder», y en defensa de la resistencia contra el totalitarismo y la libertad de expresión .
La exquisita sensibilidad de Bruce y su equipo respecto a los lugares en los que tocan les llevó a subtitular en euskera en dos pantallas y en castellano en la tercera todas sus alocuciones políticas y varios de los temas que interpretaron.
El ingreso y posterior intervención quirúrgica del guitarrista Stevie Van Zandt aquejado de una apendicitis supuso el primer contratiempo de la segunda de las actuaciones. Afortunadamente, el músico, que fue visitado en el centro hospitalario por sus compañeros, se recupera satisfactoriamente.
A consecuencia de la baja de Stevie Van Zandt, The E Street Band salió el martes al escenario con sólo dos guitarras por primera vez en mucho tiempo:la de Springsteen y la de Nils Lofgren. Los dos tuvieron la oportunidad de lucirse con el instrumento y a fe que lo hicieron.
El aparato eléctrico que iluminaba el cielo de Anoeta durante toda la primera parte del concierto del martes ofreció a los espectadores imágenes del estadio para el recuerdo y, en su caso, una bonita colección del fotos.
La interrupción del concierto una vez que las nubes descargaron la lluvia con toda intensidad no sólo cambió el repertorio que el músico tenía previsto: también la ubicación de muchos espectadores, algunos para buscar un lugar a cubierto, otros para saltar a la zona más próxima al escenario.
El empeño del rockero en construir en esta gira un setlist ajustado al mensaje político que deseaba transmitir ha servido, por si hacía falta, para evidenciar el filón inagotable construido a lo largo de cinco décadas. «El pobre hombre quiere ser rico / El hombre rico quiere ser rey / Y un rey no está satisfecho / Hasta que él gobierna todo», canta en ‘Badlands’, de 1978. La tocó el sábado y repitió el martes
Aunque ‘Rainmaker’ cobra otro sentido en el texto de la canción de Springsteen, quien más, quien menos se acordó del ‘hacedor de lluvia’ durante la media hora de interrupción y de incertidumbre. Porque hubo quién pensó que pese a lo anunciado, la interrupción acabaría en suspensión.
El que ha visto Springsteen desde su suite en el María Cristina, en la que ha pasado horas. A diferencia de lo sucedido en anteriores visitas y quizás porque ha viajado sin su mujer, no se ha prodigado mucho en su incursiones por la ciudad y las que ha realizado, han sido muy discretas.
No tanto por su aportación vocal e instrumental, pero hubo quien echó de menos en la gira y en los dos conciertos donostiarra a Patti Scialfa, cuya presencia escénica suele dar pie a a escenas de una cierta complicidad con su marido. Sin embargo, una enfermedad mantiene a la mujer de Springsteen apartada de los conciertos.
Lo único que no se esperaban los fans es que a su regreso al escenario tras amainar el temporal era que Bruce se arrancara en solitario con ‘Growin’Up’, un tema de su primer disco, álbum que ni ha rozado en toda la gira, al igual que ha hecho con el segundo. No era la primera vez que la interpretaba en Anoeta: en 2008 ya lo hizo.
Los que sí han aprovechado la visita han sido los músicos de la banda: Van Zandt firmó ejemplares de su autobiografía antes de ponerse enfermo, Garry Tallent acompañó a hacer lo propio a su mujer Nicki Germaine y el batería Max Weinberg se montó el domingo en el Victoria Eugenia su propia fiesta ‘Jukebox’.
La venta en el interior del estadio de cervezas, bebida a la que Springsteen dedicó una lista de canciones en un programa de radio, fue motivo de quejas por parte de los espectadores debido a su elevado precio: 7 euros por caña más dos a cuenta del vaso reciclable. En efecto: un buen margen de beneficios.
El hecho de que buena parte de los espectadores fueran foráneos y de que parte de los donostiarras no se aclarara sembró el caos al término del concierto. Fue notable el despiste de muchos a la hora de encontrar su parada, pese a las informaciones facilitadas por dBus.
Con todo, los atacascos del tráfico justo terminar las actuaciones dieron paso a un tráfico denso pero constante. Fueron también mucho los que aprovecharon la vuelta a pie hasta casa o el hotel para detenerse en los bares que encontraron abiertos.
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Javier Bienzobas (Gráficos) | San Sebastián
Laura Velasco | Granada
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