El pianista Satxa Soriazu reinventa el thrash metal de Megadeth en clave de jazz
El músico hernaniarra edita 'The Megadeth Project', un álbum en el que arregla los temas del 'Rust in Peace' de 1990 con lenguaje jazzístico
Que el jazz y el heavy metal son dos estilos altamente compatibles podría parecer una irreverencia que a muchos haga llevarse las manos a la cabeza. Una blasfemia, un ultraje que por suerte hay quienes se han propuesto desmentir. Así es como Satxa Soriazu (Hernani, 1977) cogió su disco favorito de Megadeth, papel y lápiz, y se dedicó a traducirlo a su propio lenguaje, el del piano de jazz, para dar lugar a 'The Megadeth Project: Rust in Peace' (Aztarna). Un álbum en el que arregla canción por canción los agresivos riffs de guitarra de uno de los cuatro grandes del trash metal, para interpretarlos ahora por su cuarteto de jazz junto a Alejandro Mingot (guitarra), Kike Arza (contrabajo) y Dani Lizarraga (batería).
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De las aulas de Musikene y las noches del Altxerri a formar parte de esa segunda generación de músicos vascos que cogieron el testigo de los Iñaki Salvador, Gonzalo Tejada, Patri Goialde, Sorkunde Idigoras y Mikel Andueza. Aquellos abrieron el camino a la efervescencia del jazz en la ciudad para que otros pudieran encontrar el suyo propio. Soriazu lo encontró al mirar atrás hacia esa colección de discos heredados de su hermano mayor que siempre intentaba tocar en su piano. Así es como ha dado vida a este álbum, nacido como trabajo de fin de Máster pero cuya génesis se remonta casi treinta años antes.
THE MEGADETH PROJECT: RUST IN PEACE. SATXA SORIAZU
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Género Jazz
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Discografía Aztarna
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Grabación Estudios Ona Etxea
«De crío escuchaba heavy metal: el 'Made in Japan' de Deep Purple, el 'Seventh Son' de los Maiden... me gustaba el ruido pero, claro, yo tocaba el piano», recuerda. Le volvió «tan loco» que se fue a ver a Megadeth un septiembre de 1992 al festival Monsters of Rock del Velódromo, donde también actuaron Pantera, Gun y Iron Maiden. «Solo iba para ver cómo Marty Friedman tocaba en la guitarra el solo de 'Tornado of Souls'».
El cuarteto presentará el disco en directo el 25 de mayo en San Agustin Kulturgunean de Mendaro, dentro de 'Jazz Egunak'
Pero, ¿cómo llevar todo eso al piano? Fue internándose en el rock progresivo y sinfónico de Genesis, Pink Floyd y Emerson, Lake & Palmer y se dio cuenta «de que se podía hacer caña sin guitarras y que el teclado tenía un peso específico». Lo del jazz iba a ser algo inevitable y la fundación de Musikene en el año 2001 le abrió sus puertas de par en par.
Hagan la prueba y escuchen cada canción de 'Rust in Peace' seguida de su gemela jazzística. «Respeté todas las tonalidades del disco original, pero sí he jugado con compases más raros, con estructuras del free jazz o la estética del 'second line' de Nueva Orleans. Musicalmente es un disco que tenía mucho donde rascar». Escuchen y al hacerlo también se darán cuenta de que Soriazu sigue el orden del 'setlist' con la excepción de que 'Lucretia' y 'Poison Was the Cure' intercambian puestos. «Fue casualidad que siguiéramos el orden original», reconoce, «sí es verdad que el disco tenía que empezar con el primer tema y seguir con el segundo, pero a partir de ahí... metimos 'Lucretia' como tercero porque era el único que parecía una balada, para relajar la leña del principio».
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Del estudio a rehabilitación
'Rust in Peace' para la mayoría probablemente sea el mejor disco de Megadeth. Nominado a los Grammy, su creación estuvo rodeada de infinitas anécdotas:es el primero que grabaron estando sobrios –Dave Mustaine se encontraba en un programa de rehabilitación–, motivo por el cual el productor Mike Clink no fue despedido;su gira por EE UU acabó suspendiéndose por los numerosos ataques verbales y acusaciones por el mal olor corporal de los miembros de la banda. «¡Imagínate cómo debía ser Mustaine para que antes le echaran de Metallica!», bromea Soriazu.
Sobre si su reinvención de 'Rust in Peace' contentará por igual a fieles del jazz y fieles del metal, el pianista hernaniarra lo tiene claro: «He hecho lo que me ha dado la gana, pero habrá quien diga que esto no es jazz. Sí que ha habido cierto conflicto interno porque, después de 30 años escuchándolo, el cuerpo me pedía limitarme al original». Y es que este es un trabajo que atraviesa la vida de Soriazu desde sus infancia hasta hoy. «Un amigo me dijo: 'escucho este disco y te escucho a ti'. Y no me puede hacer más ilusión». En directo promete trasladarlo a nuevas dimensiones y el próximo 25 de mayo el público podrá comprobarlo en San Agustin Kulturgunean de Mendaro.
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