El eterno regreso de los Rolling Stones

A las 15.30 horas concluye la cuenta atrás. El temporizador puesto en marcha el pasado 31 agosto en la página web www.hackneydiamonds.com llega este miércoles a su fin, y con él el mundo conocerá el nuevo álbum de los Rolling Stones. Será el primero que incluya canciones inéditas desde el 'A Bigger Bang' de 2005, el primero que publican sin el difunto baterista Charlie Watts, y quién sabe si el último en la dilatada discografía de Sus Satánicas Majestades.

Aún después de seis décadas, la irreverente e icónica lengua del rock vuelve a burlarse de quienes la enterraban antes de tiempo, y lo hace con un nuevo formato –como un cristal roto– que apela directamente al título del flamante álbum: 'Hackney Diamonds'. El 26º trabajo discográfico de estudio de los británicos contará con doce temas originales de los cuales ya se han filtrado sus títulos y de los que apenas se han escuchado 17 segundos de la canción 'Don't Get Angry With Me'.

El setlist lo completan (sin orden confirmado) 'Bite my Head Off', 'Depending on You', 'Dreamy Skies', 'Driving me Too Hard', 'Get Close', 'Live by the Sword', 'Mess it Up', 'Morning Joe Cues', 'Sweet Sounds of Heaven', 'Tell me Straight' y 'Whole Wide World', que fueron registradas en la Asociación de Compositores, Autores y Editores (ASCAP), con Mick Jagger, Keith Richards y Andrew Watt –quien se rumorea ha sido el productor–, como autores.

Entre otras de las novedades que ya se han adelantado están la participación del ex Beatle Paul McCartney como bajista en una de las canciones, el regreso del bajita original (hasta 1993) Bill Wymann, y la utilización de ciertas líneas de batería pregrabadas por Charlie Watts. El resto han corrido a cargo de Steve Jordan, baterista que se unió el pasado año a la gira de celebración del 60 aniversario de la banda.

Seis décadas desde aquella primera noche del 12 de julio de 1962 en el Marquee Club de Oxford Street. «Va pasando el tiempo y todos sabemos que son eternos, pero todos sabemos que no es así. Será difícil el día que no estén», lamenta Iñigo Argomaniz, director de la promotora Get In. El donostiarra les ha visto en directo en infinidad de ocasiones y lugares, incluso estuvo en una de las dos citas históricas que los Stones impartieron en el estadio Vicente Calderón en 1982. «No estuve en aquel caótico concierto bajo los truenos, pero recuerdo que hubo algo especial. La primera vez les vi tenía veinte años y el último fue en el Bernabéu con mi hijo, cuando él tenía veinte años. Eso es lo que indica que son inmortales».

Get In llevó en 1995 a los británicos a tocar al estadio de El Molinón en Gijón. «Cada uno venía con su 'crew' y estaban súper preparados. Jagger estaba con su preparador físico hasta justo antes de salir al escenario y eso que todavía tenía sesenta y pico años». Argomaniz también estuvo en el concierto de 2007 en Anoeta, aunque en aquella ocasión como mero espectador. «Lo promocionó la llevó un empresario vizcaíno que terminó arruinándose», recuerda. «Quizá el único concierto en Anoeta que no ha ido bien ha sido el de los Stones. Era para 40.000 espectadores y se pinchó, metieron menos de 30.000».

Más allá de aquella gran trilogía de los 70 que formaron 'Let It Bleed' (1969), 'Sticky Fingers' (1971) y 'Exile On Main St.' (1972), el empresario donostiarra se queda con el 'Some Girls' del 78. A continuación se publicaría 'Emotional Rescue', el favorito de aquella época del crítico de rock Eduardo Ranedo. «Les seguí hasta los 90, luego las cosas que han hecho no me han interesado. Es un grupo que hace honor a su leyenda, pero quizá no tanto a su presente». El lanzamiento de este disco y de una hipotética gira de los Rolling le genera un entusiasmo que no sabe si es más «un ejercicio de nostalgia» o «ese chute de energía que sentirte parte de algo».

Y si el crítico se queda con 'Emotional Rescue', el pianista Mikel Azpiroz parece de acuerdo con seguir con el siguiente en la lista de forma cronológica: 'Tattoo You', el último que alcanzó el número 1. «Para mí es su último trabajo con cierta entidad, en adelante no les he seguido mucho. Creo que ya a partir de ahí han estado más a merced de mantener su estatus comercial».

Todo comenzó el pasado 17 de agosto con la publicación de un anuncio en un periódico local inglés, el Hackney Gazette. En una esquina, una compañía de reparaciones llamada Hackney Diamonds publicitaba su nueva apertura con el siguiente texto: 'When you say gimme shelter, we'll fix your shattered windows' (Cuando dices dame refugio, te arreglamos las ventanas rotas).

Una reclamo plagado de detalles. Justo encima de la 'i' de 'Diamonds' se podía apreciar el logo de la lengua y, en la parte de abajo, aparecía 1962 como año de fundación de la empresa, mismo año de nacimiento de la banda. A lo largo de las próximas semanas, la renovada lengua de los Rolling Stones fue adornando las fachadas de monumentos históricos de varias ciudades.

«Nuevo álbum, nueva música y nueva era», decía el post en redes de la banda. Sin embargo, y a pesar de las altas expectativas, no parece que vaya a ser muy diferente de sus anteriores publicaciones. «Confieso que el 'trailer' de adelanto no me ha entrado bien», admite Ranedo, a quien el nuevo disco le suscita «curiosidad», pero «dudo mucho que este disco sea un producto a la altura de su leyenda. Ojalá, pero me sorprendería. También te digo que no he encontrado a nadie que no haya salido satisfecho de un concierto de los Stones».

Azpiroz añora un trabajo «más analógico, crepuscular, lo más sencillo posible, de banda clásica de rock. Siempre han sido protagonistas y camaleones que han sobrevivido a todas las fases de este negocio». Sustentados en la «nostalgia», como la de muchos otros.

«Tengo ilusión porque se nota que ellos también la tienen. Además, seamos sinceros, no creo que veamos muchos más discos suyos. La pareja compositiva Jagger-Richards pasará a la historia», reconoce Argomaniz. Y concluye, «si ya encima anuncian gira me desmayo».

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