Mitsuko Uchida: «Beethoven era alguien que veía el final del universo. Y era optimista»
La pianista japonesa, una de las referencias del instrumento a nivel mundial, ofrece esta tarde un recital en el Victoria Eugenia
La de hoy es, sin duda, una de las grandes citas de la Quincena. Mitsuko Uchida (Tokio, 1948) visita Donostia por tercera vez, esta vez ... en solitario. La intérprete y directora, que mantiene una estrecha relación con orquestas tan prestigiosas como la Filarmónica de Berlín, la Concertgebouw de Amsterdam, Chicago o Cleveland, interpreta la música de uno de sus compositores fetiche, Beethoven.
Publicidad
– Actuó en nuestra ciudad en 2021 con un recital sola y en 2023 con la Mahler Chamber Orchestra. ¿Qué recuerdos tiene de sus anteriores visitas?
– Me gustó mucho San Sebastián, porque es una ciudad preciosa, está muy bien situada junto al mar y, además, la comida es muy buena.
– ¿Destacaría alguna característica del público ?
– Cada ocasión y cada ciudad son distintas. Y respecto al público de San Sebastián, no sabría qué decir. La mitad de la gente que acude a mis conciertos en Londres, Nueva York, Viena, Berlín o Ámsterdam viene porque soy yo. Tengo un público fiel, pero no sé si también en San Sebastián. Espero que sea maravilloso.
– Las dos ocasiones anteriores actuó en el Kursaal, pero esta vez lo hará en el teatro Victoria Eugenia. ¿Le influye tocar en un recinto u otro?
– Lo que influye no es el edificio, sino la acústica. Espero que la del Victoria Eugenia sea buena.
Publicidad
– ¿Prefiere una acústica seca o que haya reverberación?
– La acústica seca es para el habla. Para la música necesitamos que haya reverberación. El Musikverein de Viena es una de las salas más maravillosas del mundo y tiene una reverberación muy, muy larga. Mis favoritas son esta sala, la Concertgebouw de Ámsterdam y, gigantesca pero maravillosa, el Carnegie Hall de Nueva York.
«Descubro lo que significa la gran música en el momento en el que estoy en el concierto junto al público»
«No es intensidad, es un milagro. Era un genio, alguien del cielo componía para él y podía inventar cosas»
«La acústica seca es para el habla. Para la música necesitamos que haya reverberación»
– ¿Y qué condiciones debe tener el piano para que le permita transmitir su música sin limitaciones?
– Ojalá pudiera describirlo con facilidad. Si fuera posible, me llevaría mi propio piano, como hago cuando voy a Berlín, Ámsterdam o Viena. Pero en España la distancia es demasiado grande, así que alquilo un piano local y pido que lo ajuste un técnico de mi elección. Esta puesta a punto es muy importante. Por otra parte, me encanta actuar en salas de tamaño adecuado con instrumentos auténticos, antiguos y originales. He tocado en el museo de Viena con fortepianos como un Walter de 1796, o con un Graf de alrededor de 1830. Son instrumentos antiguos de la mejor calidad, si se ajustan bien y se utilizan en un repertorio concreto: Walter para Mozart o Graf para Schubert. También es importante el tamaño de la sala. Si es muy grande se convierte en un problema. Así que la sala, los instrumentos y el repertorio deben encajar. Espero que esta vez todo sea adecuado: que el sonido de la sala, el del instrumento, el repertorio y yo misma, encajemos.
Publicidad
– ¿Sigue algún tipo de ritual el día que actúa?
– No especialmente, tengo que descansar y dormir. El ritual del día es que ensayo por la mañana, luego como un buen filete, descanso por la tarde y después tomo chocolate con menta, quizá un pastel o un trozo de queso, y a veces un plátano.
– Hoy interpreta las tres últimas sonatas de Beethoven. ¿Qué destacaría de estas obras compuestas ya sordo al final de su vida?
– El Beethoven tardío alcanza una calidad muy diferente de humanidad. Cada gran artista tiene algo diferente, pero en el caso de Beethoven es complicado de explicar. Si pudiera transmitirlo, dejaría de hacer música y me dedicaría al periodismo. Sea lo que sea lo que transmite, lo descubrimos todos juntos. Yo descubro lo que significa la gran música en el momento en el que estoy en el concierto junto al público. La visión de Beethoven es muy singular, creo que era alguien que veía el fin del universo. Y era optimista. Estaba sentado en el infierno, pero tenía fuerza para mirar hacia arriba y ver un pequeño destello de luz. Esa fuerza de Beethoven es algo único. Y tiene, en mi opinión, una gran humanidad. Pero cada uno capta algo diferente. Un aspecto de Beethoven, incluso en sus últimas obras, es que tiene una intensidad increíble, única entre todos los compositores. Por ejemplo, Mozart no es intensidad, es un milagro. Era un genio, alguien del cielo componía para él y podía inventar cosas. Beethoven luchó mucho para componer y puedo escuchar eso en su música. Es muy diferente a alguien como, por ejemplo, Brahms, a quien adoro. Hay mucho arrepentimiento y tristeza en su música. Y amor. Es muy conmovedora y emotiva. Cada uno es un tipo diferente de genio, así que somos muy afortunados. Lo único que puedo decir es que me siento afortunada de haber nacido después de que ellos existieran.
Publicidad
– ¿Es posible transmitir esa profundidad de la que habla al público?
– Es algo que no sé y que yo también estoy descubriendo. Tengo que luchar por ello y escuchar. Porque tocar música no es solo exhibir, es también experimentar con uno mismo. Yo me estoy escuchando, soy una más entre los que escuchan la música.
– ¿Tiene estos mismos objetivos y vivencias cuando hace música de cámara?
– Es diferente. He estado dirigiendo orquestas, he sido directora del festival de música de cámara Marlboro Music en Vermont, en Estados Unidos, durante más de dos décadas y llevo treinta años involucrada en él, un festival que comenzó en 1951 con Rudolf Zerkin y Adolf Busch, dos de los mejores músicos del siglo XX y ambos refugiados de Hitler. Hacer cámara es increíblemente divertido, descubres y aprendes mucho trabajando con otras personas. Ser músico supone tener una vida de descubrimientos. Por eso no se puede clasificar la música como de cámara y solista. Yo, en realidad, cuando toco sola estoy tocando con diferentes voces que hay dentro de mí. ¿Qué prefiero? Pues no lo sé, pero me encanta cada vez que sale bien.
Publicidad
– El mundo está revuelto. ¿Qué puede hacer la música para mejorarlo?
– No podemos mejorar la guerra ni a los políticos, pero la música es un consuelo para algunas personas. Trae esperanza a la vida. Solo espero que haya paz en el mundo, pero en este momento el mundo está en un lío. Es realmente horrible y es una demostración de la codicia humana. Espero que esta vez lo resolvamos pacíficamente. Eso es todo lo que puedo decir.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión