¿Qué hay detrás de una canción creada por la inteligencia artificial?
Primero fue internet y la piratería, luego Spotify. La IA generativa plantea oportunidades y riesgos para los compositores que están revolucionando ya la producción musical
E
l pasado 3 de noviembre el mundo escuchó por primera vez en casi 45 años una nueva canción de los Beatles. Bueno, algo así. Más bien se trataba de unos compases compuestos a piano y voz por John Lennon en 1978 que una inteligencia artificial (IA) ha completado/regrabado/masterizado, y que McCartney y Starr han decidido publicar ahora con el título 'Now and Then'.
Es solo una muestra más de las capacidades de la IA generativa y de cómo está sacudiendo el mercado musical, «el que se está viendo más asediado por el aumento de estos contenidos». Pero, ¿es esta una canción que se pueda considerar 'original'? ¿Debe ser la IA reconocida como autora de la obra? ¿Está por tanto protegida por derechos de autor? ¿Es simplemente un fraude?
Hace apenas unos meses el usuario 'ghostwriter977' publicaba en TikTok una canción titulada 'Heart On My Sleeve' que emulaba las voces de Drake y The Weeknd mediante una inteligencia artificial. El resultado: 15 millones de reproducciones en TikTok, 600.000 escuchas en Spotify y 9.400 dólares en ganancias. Este es solo un ejemplo de cómo el uso fraudulento de la herramienta puede aprovechar los resquicios legales -de una ley todavía en trámites- para el beneficio propio de falsos artistas.
9.400 dólares
ganó el usuario 'ghostwriter977' tras publicar una canción en TikTok que emulaba las voces de Drake y The Weeknd
280.000 horas
de melodías alimentan la nueva IA de Google llamada MusicLM que, a partir de un texto, es capaz de crear cualquier tipo de música
Ni Drake, ni The Weeknd participaron en el registro de esta música, por lo que podríamos estar hablando de un delito de suplantación de identidad o contra los derechos de imagen. Sin embargo, en la actualidad aún no existen marcos legales que regulen esta tecnología, mientras en la Comisión Europea continúan las negociaciones en torno a la nueva Ley de la Inteligencia Artificial. «Acabamos de realizar el cuarto trílogo y vamos avanzando, se prevé que haya otro dos y que tengamos aprobada la propuesta para finales de año», asegura Iban García del Blanco, eurodiputado en el Parlamento Europeo y autor del informe 'sobre diversidad cultural y las condiciones de los autores en el mercado musical de streaming europeo'.
Un nuevo escenario
Si con la llegada de internet apareció la piratería y con la de las plataformas de 'streaming' cambió la manera en que escuchamos la música, los sistemas de inteligencia artificial parecen poner ahora en la encrucijada a los compositores. «Esto no es nuevo», explica la directora general de SGAE, Cristina Perpiñá-Robert, «los autores siempre han trabajado con inteligencia artificial desde el uso del 'autotune' al de los 'samplers' de los sintetizadores. Lo que ha generado todo este debate es el salto de sofisticación que estos sistemas han pegado en los tres últimos años: ahora es cuando se está empezando a valorar el que una máquina pueda sustituir al autor de forma absoluta. Va a llegar», reconoce la experta en IA y directora de Asuntos Jurídicos del CISAC (Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores).
Por su parte, el parlamentario europeo reconoce que vamos por detrás y que «la velocidad de la transformacion digital dificulta en ocasiones su corrección». Es por eso que el pasado 1 de noviembre se celebró en Bletchley la primera Cumbre Mundial sobre Seguridad de la IA en la que participaron líderes de 28 países. ¿Su conclusión? Breve, que tiene beneficios para mejorar la vida humana, pero que «plantea riesgos significativos». Y ahí García del Blanco señala tres. Primero: «que se han utilizado de forma masiva contenidos protegidos por la propiedad intelectual sin el permiso de los artistas y eso es una expropiación forzosa». Dos: «que se va a utilizar la IA para crear una imitación de obras artistas y habría que ver qué tratamiento se le va a dar en el mercado». Y por último: «en relación a las distintas formas de fraude para obtener ingresos».
Ahora bien, de aquí al catastrofismo que aventura la próxima guerra de los clones hay un trecho. «La IA 'solo' es capaz de hacer algo con lo que ha aprendido antes (que no es poco), pero no se puede comparar a lo que es capaz de hacer la mente humana», explica Gorka Azkune, profesor de la Facultad de Informática de la UPV/EHU e investigador de Hitz Zentroa. «Por ejemplo, si solo entrenas el modelo con música de Bach no será capaz de crear una canción de rock. Es decir, se trata de redes con poca capacidad de generalización: no son capaces de extrapolar lo aprendido a otros terrenos, cosa que sí hacemos los humanos».
Tu canción en sencillos pasos
Un caso práctico. Pero antes de salsear con la herramienta es preciso comprender qué hay detrás de ella. «Son redes neuronales artificiales que se entrenan aprendiendo una gran cantidad de datos», explica Azkune. Datos que podrían ser, por ejemplo, pinturas de Van Gogh o canciones de los Village People y que, «si los tienen etiquetados en su base de datos, son capaces de capturar sus estilos y recrearlos». A su manera, claro.
Tras un sencillo registro en una página web, cualquiera puede crear su canción. Vayamos por ejemplo a MusicGen, la inteligencia artificial que Mark Zuckerberg ha creado a través de su empresa matriz Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp) para crear música. Este sistema gratuito y de código abierto ('open source') permite, con tan solo una breve descripción de texto y una referencia, crear una pista musical breve de apenas 15 segundos.
Activa el sonido para disfrutar de esta experiencia
Pongamos que se le pide: «Una banda sonora para un juego de arcade con una melodía rápida, alegre y un pegadizo riff de guitarra eléctrica inspirado en 'Despechá' de Rosalía».
Ahora le pedimos «una canción pop de los 80 con baterías pesadas y pads de sintetizador de fondo inspirada en la 'Tocata y fuga en Re menor' de Bach».
Y por último, juguemos con la IA a ver cómo interpreta «un ritmo funky con una melodía alegre de guitarra eléctrica basado en el Himno de la Real Sociedad».
AUX STEP FOR JS
El sistema bebe de una base de datos alimentada por más de 20.000 horas de música licenciada y... tachán. Pero MusicGen no es el primero, ni el único. Ya se han presentado otros modelos de IA centrados en la música como Riffusion, Dance Diffusion, Jukebox o incluso MusicLM, de Google, entrenado con cerca de 280.000 horas de melodías.
Con la canción recién descargada en el ordenador es cuando surgen los interrogantes a los que responde Cristina Perpiñá-Robert.
- ¿Es Rosalía la autora de esta canción, lo es el usuario o lo es el dueño de la aplicación?
- Aunque se haya generado una obra nueva con su propia originalidad y sin la intervención de un compositor, esta se ha nutrido de obras preexistentes. Y ese 'input' que necesita la IA para desarrollar su propio algoritmo y crear algo nuevo, ya requiere que se tenga en cuenta a los autores (Rosalía), sobre todo si la obra se utiliza para fines comerciales.
- ¿Debería entonces Rosalía recibir 'royalties' por cada escucha que se realice de la canción en 'streaming'?
- Según la Directiva Europea del Copyright de 2019, en su Artículo 4 se establece una excepción cuando se utiliza minería de datos para fines científicos o educativos. Pero en este caso, al tener fines comerciales, se puede usar siempre que el autor no haya explicitado que no quiere que su obra alimente las herramientas de inteligencia artificial. Pero lo que quieren los autores es, que si se van a usar sus obras, que ellos tengan una remuneración. Sin llegar a ser un derecho de copia privada.
- ¿Se estarían vulnerando derechos de propiedad intelectual o de imagen de Rosalía? Y en casi afirmativo, ¿a quién se debe responsabilizar de ello?
- En este ejemplo, el dueño de la herramienta artificial debería haber pedido autorización a Rosalía o, a posteriori, reconocer que las ha usado y pagarle a la autora. Pero habría que ver caso a caso.
Llegados a este punto, recurrimos a un caso reciente de un estafador que creó con la IA nueve canciones falsas emulando la voz del cantautor Frank Ocean, para luego publicarlas en «un foro clandestino» haciéndolas pasar por supuestas filtraciones del nuevo álbum de Ocean. Una trampa para cobrar derechos de autor que le granjeó aproximadamente 8.800 euros.
Ese es uno de los motivos que llevó a la compañía discográfica Universal Music Group (UMG) a exigir a plataformas como Spotify o Apple que bloquearan el acceso a estas empresas de inteligencia artificial que buscan entrenarse con las canciones de sus artistas. Aunque meses después (el pasado agosto), UMG aplicó la máxima de 'mantener al enemigo cerca' y empezó a negociar la posibilidad de crear su propia herramienta para generar música con IA.
Oyentes que no oyen
Todo esto si miramos hacia el lado del sector que implica a los productores y editores musicales; si ponemos el foco en la distribución, las plataformas también pelean sus propias batallas.
Empresas como Spotify combaten ahora contra el llamado 'streaming artificial' o lo que es lo mismo: oyentes imaginarios, oyentes que no oyen. Se trata de una trampa, «un fraude» que usa bots para hacerse pasar por oyentes humanos y que inflan el número de reproducciones de las canciones para así generar regalías.
Por lo tanto, no se trata ya tan solo de tener una canción creada de forma autónoma sin músicos, sin productores, sin autores y que -no podemos estar seguros de si- infringe alguna normativa de propiedad intelectual, sino que además es una canción que no se está escuchando realmente. Y, aún y todo, esta genera ingresos de forma continuada. Dejen de buscar, acaban de encontrar El Dorado.
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