El Conservatorio Francisco Escudero reclama una sede acorde a sus necesidades

Su director, Roberto Nuño, lo resume en pocas palabras. «Todos los premios caen bien, sobre todo si, como este, reconocen una trayectoria y una historia de difusión de la música en un momento en el que se restringen las enseñanzas culturales. Aquí no se enseña solo la práctica de un instrumento, sino también la disciplina, el trabajo en equipo o el esfuerzo. Enseñamos a ser ciudadanía y ese es un valor que debería tenerse en cuenta».

Más allá de la satisfacción por el premio que les otorga el Orfeón Donostiarra, sobre el Conservatorio Francisco Escudero, situado en la calle Easo y vecino de lo que fue la sede de los Bomberos, pesa una losa: la falta de espacio para poder albergar a más alumnos que los cuatrocientos que puede admitir actualmente, una situación que se ha visto empeorada por la pandemia y sus exigencias de distancias mínimas. «Ya no podemos habilitar más pasillos», ironiza Roberto Nuño.

Ellos tenían una solución que el Gobierno Vasco no veía con malos ojos, aunque dependía del Ayuntamiento de San Sebastián. «Cuando supimos el traslado de los Bomberos y de la Guardia Municipal a otros lugares soñamos con que toda la manzana urbanística que quedaba libre se dedicara a la cultura musical, que fuera un espacio que permitiera contar con un pequeño auditorio que albergara las necesidades de grupos pequeños que no necesitan espacios como el Kursaal».

«Pero el Ayuntamiento de San Sebastián no ha querido. Tienen un espacio para un elemento cultural a la altura de Vitoria o Bilbao, un espacio que va a pagar el Gobierno Vasco... Ahora los espacios libres de esta manzana son una especie de almacén de coches», añade Nuño.

Para matricularse en el Conservatorio Francisco Escudero, que da servicio a toda Gipuzkoa, no faltarán candidatos a las pruebas de acceso que van a realizarse a partir del 7 de junio. Los niños, que pueden acceder a partir de los 8 años, tendrán que realizar esas pruebas el 10 de junio. Quienes mejores notas saquen y demuestren mejores aptitudes podrán elegir instrumento. La oferta incluye todos los sinfónicos, además de los autóctonos, la guitarra o los electrónicos, a los que se tiene acceso a partir de los 12 años.

«El piano es el rey de todos ellos, el violín lo es de la cuerda y la trompeta, del viento. Hay otros menos conocidos que tienen más futuro profesional. Estoy pensando en el contrabajo o en la viola, por ejemplo. El txistu y el acordeón estaba muy demandados en los años ochenta, pero ahora han caído en picado», concluye el máximo responsable del conservatorio.