Jóvenes talentos que luchan por vivir del arte
Estudiantes de danza, arte dramático, piano o moda esperan abrirse camino con ayuda de las becas que concede la Diputación para una «formación de excelencia»
En un mundo cada vez más global, cada vez son más los jóvenes que optan por formarse lejos de casa. Es el caso de Leyre Molina, Markel García, Sarah Perarnaud e Inés Legarda, cuatro jóvenes guipuzcoanos que han iniciado el curso académico lejos de sus hogares, pero con la ilusión de estar cumpliendo el sueño por el que han luchado desde pequeños. Todos ellos han optado por una disciplina artística –moda, danza, música y arte dramático, respectivamente– y han recibido una beca de formación artística por parte del departamento de Cultura de la Diputación. Una ayuda económica que no cubre todos los gastos, «pero es una gran ayuda», reconocen.
En esta última convocatoria, diecisiete jóvenes han resultado beneficiarios de estas ayudas. El ente foral ha destinado en total 140.000 euros para «garantizar que las nuevas generaciones de artistas, creadoras y profesionales puedan acceder a una formación de excelencia, tanto dentro como fuera del territorio», aseguran desde la diputación, teniendo en cuenta el «contexto de transformación acelerada» que vive el sector cultural. Estas ayudas se han distribuido en las disciplinas de danza (9 becas), música (4), arte dramático (3) y moda (1) .
Leyre Molina Estudiante en el Central Saint Martins College of Art de Londres
«Quiero dedicarme a la moda creativa, no comercial»
La ordiziarra Leyre Molina acaba de aterrizar en Londres, donde el lunes comenzará a cursar un máster en la prestigiosa Central Saint Martins College of Art, «una de las mejores universidades a nivel mundial en el ámbito de la moda», explica. Se muestra «feliz», porque dice que «simplemente ser aceptada aquí ya es un gran logro». De momento, tiene previsto cursar un año de estudios, «aunque podría extenderlo dos años más», algo que supondría un espaldarazo para su carrera. «Este máster me dará visibilidad y muchos contactos y, sobre todo, una formación en creatividad, para crear cosas nuevas, pensar en la moda como algo diferente a lo que se hace, en nuevas formas de concebir la industria».
Leyre tenía claro que quería dedicarse a la moda y con 18 años se marchó a Escocia a estudiar, donde estuvo cuatro años. Pasó otro año en Estocolmo y otro en Berlín, haciendo prácticas y trabajando. Durante este tiempo se ha dado cuenta de que la industria de la moda no se enfoca tanto en la creatividad, sino en el mercado y en lo que les gusta a los clientes, «por eso no me han emocionado mucho los trabajos que me proponían». Ahora, quiere aprovechar este curso «para aprender a mirar la moda como algo más artístico, como una obra de arte, y no solo como un objeto de consumo».
De momento no se plantea ningún objetivo a futuro. «Sé que este master me va a dar muchas herramientas. Mi sueño sería poder ser independiente en el mundo de la moda, no depender de una marca, y si lo tuviera que hacer, hacerlo de forma autónoma, para proyectos concretos». Es consciente que hoy en día la moda se mueve en Londres, París, Nueva York, «y quizá en Berlín y Milán», por eso cree que «ahora no es realista que vuelva a casa, lo que quiero hacer yo es muy artístico y poco comercial, y eso ahora no es fácil de encajar allí».
Markel García Estudiante en Élite Dance Studio de Madrid
«Aquí recibo formación en distintas disciplinas de baile»
Con tan solo tres años Markel García ya empezó a bailar, «es lo que me ha gustado siempre», reconoce. Lo suyo es la danza urbana y desde el curso pasado este errenteriarra de 18 años estudia en el centro de formación profesional Élite Dance Studio en Madrid, un centro «único» en su opinión, porque ofrece formación en distintas especialidades. «Aquí nos dan una base de distintos estilos, y también aprendemos a gestionarlos, que es muy importante».
Markel se muestra «encantado» con la experiencia que está viviendo en Madrid. Este segundo curso arrancó el 15 de septiembre, y a pesar de que son «muchas horas de clases y ensayos», está convencido de que todo lo que está aprendiendo le servirá para encontrar trabajo. «Me gustaría mucho coreografiar, intentar hacer otro tipo de espectáculos, darle una vuelta a lo que se hace, de hecho ya estoy haciendo algunas cosas...», admite. Por eso cree que es «muy importante» ejercer como bailarín en distintas producciones y conciertos, «para saber lo que siente el bailarín». En su caso, el año pasado ya tuvo la oportunidad de formar parte del elenco de bailarines que acompañaron a la cantante Miriam Rodríguez en una actuación que ofreció en el Movistar Arena de Madrid. «Aquí es más fácil poder acudir a los castings que se organizan, hay más oportunidades, por eso decidí venir…», asegura.
Este joven bailarín también tuvo que superar una prueba para acceder a este centro, en el que cada curso admiten a 30 alumnos. En junio terminará los estudios y espera poder dedicarse a la danza, «es una disciplina que se está moviendo mucho, cada vez más», sostiene. No descarta volver a casa, pero de momento se dejará «ir fluyendo, iremos viendo lo que sale, pero siempre teniendo en cuenta de donde vengo».
Sarah Perarnaud Estudiante de piano en el Conservatorio Nacional Superior en París
«Es un mundo competitivo, hay mucha gente y muy buena»
Sarah Perarnaud está cumpliendo el sueño de cursar sus estudios de piano en el Conservatorio Nacional Superior de Francia en París. A sus 19 años, ya sabe lo que es vivir fuera de casa. «Alos quince años me fui a Alemania, donde estudié en un colegio en el que también recibíamos formación musical». El curso pasado ingresó en el conservatorio regional de Saint Maurk (cerca de París) para recibir clases de piano y órgano, «y este curso también sigo allí con los estudios de órgano».
La pasión por el piano le viene de familia. «Mi madre era organista y desde siempre le oí en casa tocar el piano, el clavecín y el órgano». Sarah empezó a darle a las teclas a los cinco años, y siempre quiso ir a París, «veía que era la ciudad de las artes, donde los jóvenes tienen un acceso increíble a la cultura, con muchas exposiciones y actividades gratuitas. Creo que es el mejor sitio para formarse», asegura. Además, desde pequeña tenía claro que quería «diversificar» los estudios, «el método de enseñanza es distinto en cada país, y yo quería reunir todas esas enseñanzas para después combinarlas y hacer una mezcla con todo lo que aprenda para elegir luego los métodos y las maneras de tocar que más me gusten o más efectivas sean para mí».
No oculta que el suyo es un mundo muy difícil «y muy competitivo, hay mucha gente y muy buena». Sarah dedica entre seis y ocho horas diarias al piano y otras dos al órgano, «siempre que las clases me lo permitan», cuenta. «Es algo que tiene que gustarte, porque tienes que estar muy concentrado durante las horas de estudio, para que sean efectivos. Tiene que ser una pasión, y en mi caso casi lo es». Esta donostiarra sueña con ser pianista, «lo ideal sería ser solista», admite, «pero sé que es difícil». A pesar de todo, lo quiere intentar, aunque tampoco descarta el ámbito de la enseñanza. «Durante este último año he dado clase a niños, y es una vía que me gustaría explorar».
Inés Legarda Estudiante en Madrid Audiovisual Drama School
«Quiero ser actriz, pero no me cierro ninguna puerta»
Inés Legarda aspira a dedicarse a la interpretación. Pero decidió estudiar la Diplomatura de actuación y creación audiovisual en Madrid Audiovisual Drama School (MADS) «para aprender lo que se hace delante y detrás de las cámaras». En su segundo año en la escuela, se muestra «encantada» con lo aprendido. «El curso pasado ya hice un corto y el que viene, que es el último, haremos una película». La joven donostiarra se está formando en «interpretación, canto, movimiento, escritura, guion, dirección, edición...», asignaturas que le han despertado «inquietudes», por lo que, a día de hoy no quiere cerrarse puertas. «Quiero ser actriz, pero estoy descubriendo que la escritura, la producción y la dirección también me atraen».
Hasta la fecha, Inés tiene experiencia en el teatro amateur –en Gaztetxo Antzerki Eskola, entre otros grupos–, pero espera tener alguna oportunidad enMadrid, «aquí se hacen muchas pruebas». Sabe que es complicado, pero está dispuesta a pelear por ello. «Hay que intentarlo, en eso estoy».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión