Las mil caras del eibarrés que pintó un mundo

Escribía Ramiro de Maeztu en 1903 que Ignacio Zuloaga era en ese momento el pintor vivo en el mundo con más obras expuesta en museos de todo el planeta. «En los tiempos en que no había fútbol los países rivalizaban en la calidad de su arte, y exhibían a sus pintores como si fueran tenistas», dice Ignacio Suaréz-Zuloaga, nieto del pintor y responsable, con su esposa Margarita Ruyra, de la Fundación Zuloaga. «Zuloaga era el español de su época más conocido fuera del país».

Aquel artista eibarrés que amaba a los gitanos y a los pobres y pintó un mundo no deja de sorprender. El 26 de julio se cumplen 150 años de su nacimiento y múltiples actos reivindicarán en los próximos meses tanto su obra como su figura. El objetivo es descubrir al «verdadero» Zuloaga. Así se titulará el libro escrito por veinte autores y coordinado por la Fundación que lleva el nombre del pintor y que quiere recuperar al Zuloaga real, con algunas revelaciones como su simpatía con los republicanos en la Guerra Civil.

Los enclaves más característicos del n, desde Eibar hasta Madrid pasando por Zumaia y Donostia, con guiños a Andalucía y París, acogerán actividades que van desde un curso de verano hasta exposiciones, una 'romería' a Fuendetodos o una proyección audiovisual en Las Vistillas de Madrid, junto al lugar donde murió, que quizás también podrá verse en San Sebastián.

Una de las grandes aportaciones de este año, en opinión de los responsables de la Fundación, será el libro 'El verdadero Zuloaga', coordinado por Juan Pablo Fusi, en el que veinte autores aportan nuevas revelaciones sobre el personaje. Ignacio Suárez-Zuloaga piensa que será el mayor estudio sobre el artista después del publicado en 1950 por Enrique Lafuente Ferrari y que ha sido considerado hasta ahora como un clásico sobre el pintor.

Entre las novedades del libro figura un texto de Javier Novo, del Bellas Artes de Bilbao, que recupera el periodo de la contienda de 1936 y, la proximidad de Zuloaga con los republicanos, hasta el punto de que llegó a aparecer en una lista de represaliados, aunque terminó apoyando al régimen de Franco.

El interés del artista por los mundos de los gitanos, los mendigos o la prostitución generarían la llamada «cuestión Zuloaga», es decir, las acusaciones que se esgrimían contra el artista de difundir en el exterior la imagen de una España pobre y próxima a la leyenda negra. Ese aspecto también es analizado en el libro.

El Zuloaga que participó en la fundación de la liga internacional de los derechos humanos, el que huía de la corbata y elegía la txapela para sus autorretratos (pese a las críticas que tuvo que escuchar en varios momentos como «mal vasco») o el Zuloaga que rechazó el título nobiliario que le ofrecía Alfonso XIII «porque en nuestra familia siempre hemos defendido que nadie es más que nadie», según remarca Ignacio Suárez-Zuloaga, desfilan por una publicación que da nuevos detalles sobre la relación del pintor con la música y los músicos (de Falla a Albéniz), su presencia internacional o sus lazos con el arte de Zurbarán, además de su conocida pasión por Goya.

El libro se presentará días antes del 6 y 7 de julio, fechas en que se desarrolla en el Palacio de Miramar el Curso de Verano de la UPV sobre Zuloaga dirigido por Juan Pablo Fusi y Sara Hidalgo.

La programación arranca antes y precisamente en línea con una de las pasiones del pintor, la cultura gitana, que suscitó un interés que incluso le llevó a aprender caló. El 8 de abril, día internacional de la cultura gitana, habrá una ofrenda y un encuentro ante el monumento de la Plaza de Zuloaga de San Sebastián, como los celebrados en años pasados en Zumaia. También en junio los responsables de la Fundación Zuloaga impartirán charlas en centros educativos de Eibar sobre los valores del pensamiento del pintor.

En la Plaza de las Vistillas de Madrid, cerca de donde el artista tuvo su último estudio y murió, se proyectará los días 25, 26 y 27 de julio un montaje de luz y sonido que recupera los últimos días de vida de Zuloaga tal como los escribió Antonio Díaz Cañabate. Ese mismo montaje podría llegar en los meses siguientes a Segovia, Eibar y Donostia.

Zumaia también tendrá una importante presencia con la exposición comisariada por Ismael Manterola en la sala Oxford, en septiembre. En Eibar, a finales de ese mismo, las calles se convertirán en un gran museo con la exposición de veinte amplias telas que representan obras conocidas del pintor. También en Eibar, coincidiendo con las fiestas de San Andrés, a finales de noviembre, se expondrá en la parroquia 'El ciego de Arrate', la primera obra que pintó Zuloaga, con solo 16 años, y que la familia ha recuperado en Chicago.

Para próximos años se trabaja ya en un catálogo razonado con toda la obra. Su arte vive 150 años después de nacer.