Lucy Kennedy llegando en solitario a la meta del Boulevard. J.M. López

Lucy Kennedy, una obra de ingeniería

La australiana inaugura a lo grande la primera Clásica tras remontar después de verse relegada por un pinchazo cuando iba en solitario

San Sebastián

Sábado, 3 de agosto 2019 | Actualizado 26/07/2021 14:49h.

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La tercera bala del Mitchelton-Scott ha hecho diana en el Boulevard donostiarra. Pero Lucy Kennedy (Brisbane, 1988) ha demostrado ser un proyectil de ... oro para abrir la primera brecha en el palmarés de la Clásica de San Sebastián. Ha vencido a lo grande. En solitario, la única manera en la que prácticamente sabe ganar. Ha coronado sola en cabeza las dos pasadas por Murgil Bidea tras sendas exhibiciones. Entre ambas subidas, ha tenido tiempo para otro recital tras verse relegada por un pinchazo en la bajada de Mendizorrotz que le ha obligado a remontar un minuto. Una locura.

Dos holandesas han completado el podio final. Ninguna ha sido Annemiek Van Vleuten, compañera de Kennedy, número uno del mundo y principal favorita. Jannek Ensing (WNT-Rotor) ha cruzado la meta 23 segundos después y Pauliena Roijakkers (CCC-Liv) lo ha hecho a 1:04 al frente de un trío. Tras él, a 1:12, ha llegado la alavesa Lourdes Oyarbide (Movistar), sexta y mejor vasca. La siguiente ha sido Ane Santesteban (WNT-Rotor), 19ª a 4:42. Han sido las dos únicas corredoras estatales en el top-20.

La errenteriarra ha llegado junto a las tres ciclistas que acaparaban casi todas las miradas, Ashleigh Moolman-Pasio (CCC-Liv), Amanda, Spratt y Van Vleuten (Mitchelton-Scott), cuarta, tercera y ganadora del reciente Giro de Italia. Han sprintado por la decimosexta plaza, tras correr bajo el guion escrito por el conjunto australiano. A sus 31 años recién cumplidos, Kennedy cumple su segunda temporada como profesional. No se subió a una bicicleta hasta los 24 años, cuando ya se había convertido en una ingeniera -como Oyarbide-, profesión que desempeñó durante cinco años. En la Donostiako Klasikoa ha rematado una obra de ingeniería de su equipo. Es fácil dominar cuando se tiene la superioridad del Mitchelton-Scott, y más en un ciclismo femenino aún desigual, sobre todo en un pelotón de una carrera que no es World Tour, como la Klasikoa. Pero no siempre es sencillo rematar. Y Kennedy lo hizo.

A la sombra de sus dos 'capos', Van Vleuten y Spratt, Kennedy ha aprovechado su libertad de movimientos para filtrarse en el corte que ha surgido en Jaizkibel y luego ha echado mano de su calidad para sobreponerse al infortunio, como ha hecho toda su vida. 'The cork' (el corcho) la llamaba Bradley McGee, exciclista y técnico de la Federación Australiana, por su facilidad para superar la adversidad y salir siempre a flote. Como cuando las lesiones lastraron su interesante carrera como atleta. Como suele ocurrir, le recomendaron hacer bicicleta. Y comenzó a escribir su cuento a pedales. El físico y la capacidad de sacrificio lo tenía de serie. Su capacidad de adaptación hizo el resto.

Entre Jaizkibel y Arkale

Mucho se había escrito de la doble ascensión a Murgil Bidea, y la Clásica ha comenzado a decidirse mucho antes. En Jaizkibel. Primero han saltado Anastasiia Chursina (Ljubljana) y Lourdes Oyarbide (Movistar) y por detrás se ha formado un grupo de 14 ciclistas entre las que se han colado algunos de los nombres importantes de la carrera como Rooijakkers (CCC-Liv), Ensing (WNT), Eugenia Bujak (BTC-Ljubljana) y Kennedy, con su compañera Georgia Williams.

La presencia de estas dos australianas ha liberado al Mitchelton de trabajar en el pelotón, labor que ha asumido Movistar (Mavi García y Eider Merino). Pero el grupo delantero se ha ido a más de dos minutos.

Poco antes de la ascensión a Mendizorrotz (Murgil), cazadas Chursina y Oyarbide, han saltado Chiara Perini (Bepink) y Bujak. Las ha remachado Kennedy. Ha coronado con más de 40 segundos. La Clásica ha parecido sentenciada. Sin embargo, en la bajada, a 33 kilómetros de meta, ha pinchado su rueda delantera. La moto-neutra estaba cerca, pero el cambio no ha sido rápido. Mientras, la ha adelanto Ensing, que le ha recortado mucho. Kennedy ha vuelto a parar. La han sobrepasado Rooijakkers, Bujak y Edwige Pitel (Cogeas). Enlazó con ellas a 24 kilómetros. Ha llegado alguna más, como su compañera Williams, clave en recortar a Ensing, que ha llegado a superar el minuto. La holandesa ha comenzado Murgil con 37 segundos. Insuficientes ante la paliza que llevaba encima y el gas que ha abierto la ingeniera Kennedy.

«La afición me ha llevado en volandas; no me lo creo»

Annemiek Van Vleuten estaba deseosa de calarse una txapela. No tiene ninguna. Ganó el Durango-Durango Saria en 2017, pero allá no dan boinas. A la holandesa le mostró esta prenda su compañera Lucy Kennedy, que no acababa de digerir el triunfo. «Aún no me lo creo», señaló en la meta. «Tras el pinchazo tener que parar por segunda vez, no digo que lo vi perdido, pero sí muy difícil. Pero seguí luchando».

La australiana luce cuatro victorias este año: etapa y general del Herald Tour en enero, el Durango-Durango Emakumeen Saria y la Clásica de San Sebastián, tras ser segunda el martes en la Nafarroako Emakumeen Klasikoa. «Es mi segundo triunfo en el País Vasco, así que se me da bien esta tierra. Me gustan sus carreras, que son duras, con puertos, y sus aficionados son increíbles. En la última subida, me han llevado en volandas».

En el Giro de Italia deparó una escena curiosa en la meta en alto de Piedicavallo. Llevaba una leve ventaja y alzó un brazo, pero se le coló Marianne Vos. «Me dio rabia, pero aprendí: no volveré a alzar los brazos antes de la raya», explica.

Lourdes Oyarbide, «feliz»: La alavesa fue una sorpresa ayer. «Me metí en una fuga para trabajar luego para Mavi García y Eider Merino. Pero fuimos para adelante, me sentí bien y aguanté. Estoy muy contenta del sexto puesto, además ante la afición vasca, que hacía un pasillo espectacular».

Las Clasificaciones de la Clásica de San Sebastián.